Del Gran Kiki a La almeja traviesa
En el barrio en el que vivo hay tres bares que están muy cerca el uno del otro y que concitan el aprecio de los clientes porque rara vez están vacíos. El primero se llama ‘Gran Kiki’, lleva abierto treinta años y es famoso en el barrio del Zaidín por la cantidad y la calidad de sus tapas. Allí es difícil coger una mesa fuera si el día está soleado y más difícil cogerla dentro si el día esta lluvioso. Además, su peculiaridad onomástica es propicia para la insinuación y puede provocar segundas intenciones en una conversación de pareja el Día de San Valentín.
-¿Quieres que esta noche lo celebremos en ‘Gran Kiki’? -le podrás preguntar a tu novia, esposa o amante al entregarle el ramo de flores.
Si Paco León dice en una película que si con ‘Kiki, el amor se hace', con el ‘Gran Kiki’ se pueden contemplar los fuegos artificiales.
El segundo bar del que hablo, que está prácticamente al lado de ‘Gran Kiki’, también tiene un nombre con el que se pueden hacer todo tipo de conjeturas y juegos de palabras en este día dedicado al santo de los enamorados. Se llama ‘La almeja traviesa’ y es una cervecería que presume de ser una “marisquería con todo tipo de carnes”. Marisco con carne, como debe ser. Si 'Gran Kiki' está lleno, te puedes dirigir a éste que está al lado con la siguiente propuesta a la enamorada:
-Cariño, ¿vamos a ver cómo está ‘La almeja traviesa’?
-Vale, pero primero tomamos algo.
Y el tercer bar que puede completar esta apresurada lista de lugares en los que celebrar San Valentín, se llama ‘Eloy’, que con ‘Gran kiki’ y ‘La almeja traviesa’ forma el triángulo de la concupiscencia gastronómica. En 'Eloy' ponen de tapa unas morcillas y unos chorizos que está feo señalar. San Eloy fue un santo francés que ejerció obispo de Noyon y fue fundador del monasterio de Solignac. Pero sobre todo es famoso porque se convirtió en el santo patrón de plateros, orfebres y joyeros. Si se te olvida comprarle a tu amada una joya en el Día de San Valentín, para compensarla llévala al ‘Eloy’ y que haga comparaciones.
Como dice ese lema que corre por el ‘guasap’, está claro que este año al coincidir San Valentín con el Miércoles de Ceniza las posibilidades de echar un polvo se duplican. Si se pasa antes por estas tabernas, esas posibilidades se pueden triplicar. Háganme caso.