La CONGRA, con el dolor de las víctimas de Catalunya y contra el odio y la violencia

Los miembros de la Coordinadora Granadina de ONGDs (CONGRA), expresamos nuestra rotunda condena del atentado de Barcelona. La CONGRA, como organización que representa a la sociedad civil que trabaja en el ámbito de la cooperación internacional, nos unimos al dolor de las víctimas y de sus familiares. Queremos mostrar nuestra solidaridad y condolencias por las personas a las que han arrebatado la vida, una de ellas de nuestra provincia.

A la vez nos unimos a todas las fuerzas sociales en la lucha contra el terrorismo y por el respeto de los derechos humanos. Especial agradecimiento a los grupos que han trabajado durante las horas posteriores a la masacre, ciudadanos y ciudadanas, fuerzas de seguridad, personal sanitario, informadores, taxistas, dueños de restaurantes.

Queremos señalar que rechazamos sin paliativos el uso de la violencia como medio para conseguir cambios sociales o reivindicaciones políticas, que defendemos las vías de encuentro y de diálogo como medios para facilitar el entendimiento entre pueblos y culturas. Creemos firmemente en que los seres humanos, con sus dispares costumbres, creencias y origen geográfico, tienen más elementos que les unen que diferencias que les distancien. 

A la vez que denunciamos la execrable violencia del extremismo yihadista, afirmamos que el terrorismo no tiene religión ni moral, que es un cúmulo de odio, ignorancia y cobardía. Por lo tanto, rechazamos rotundamente la injusta asociación que algunos  medios y redes sociales hacen entre violencia y fe musulmana. Nuestra ciudad de Granada tiene una larga tradición de convivencia pacífica con la comunidad musulmana. La CONGRA, a través de sus organizaciones socias, comparte proyectos y compromisos, aquí y en terreno, con creyentes musulmanes que luchan en situaciones extremas por la paz y por un mundo más justo para todos. Aquí, como en muchos sitios del mundo, la comunidad musulmana no sólo no ha guardado silencio ante los ataques terroristas, sino que sale a la calle en contra del terrorismo, defendiendo la tolerancia y la convivencia armónica. 

Queremos recordar que ocho de cada diez víctimas de los actos de terrorismo yihaidista que se producen en el mundo son musulmanas. Queremos recordar que lo que ha vivido Barcelona el día 17 de agosto lo viven diariamente miles de personas en el mundo, motivo por el cual se ven obligadas a salir de sus casas, de sus países y buscar refugio en lugares que les permitan preservar su vida. Ellos no son terroristas. Son las principales víctimas del terrorismo. Y las políticas de muros y fronteras que caracterizan las políticas migratorias y de acogida de la Unión Europea no les ayudan en absoluto. Igualmente, el comercio de armas entre países europeos y países en conflicto sin tener en cuenta su uso sobre objetivos civiles, no ayuda mucho a lograr soluciones pacíficas, antes bien, exacerba la violencia y acrecienta la posibilidad de actos como el que hoy lamentamos.

El terrorismo produce muchas víctimas. Sólo en este mes de agosto se han producido atentados terroristas en Afganistán, Burkina Faso, Yemen, Camerún, Egipto, Filipinas, India, Iraq, Kenya, Nigeria, Pakistán, Siria, Somalia, Tailandia, Mali, Arabia Saudí, Myanmar y Libia. La CONGRA recordamos también a las víctimas de estas masacres más anónimas y menos mediáticas. 

Además, entre las víctimas del terrorismo también está la confianza y los puentes que se habían construido entre comunidades. El fatídico mal del terrorismo asesina a una sociedad que busca la convivencia entre mundos culturales diversos, acrecienta el odio y generaliza la culpa, que se asigna sin distinciones a un grupo social y étnico que nada tiene que ver con el ejercicio de la violencia. Con esto, el terrorismo consigue que la xenofobia en Europa esté aumentando sin freno. Y esto deriva indefectiblemente a más odio y más violencia.

La CONGRA invita a Granada, a sus ciudadanas y ciudadanos, a reconocerse como la histórica ciudad de convivencia y tolerancia que ha sido siempre, a no dejarse atrapar por mensajes que incitan al odio y a la división, que haga gala de los muchos siglos de encuentro de tres grandes culturas que han enriquecido nuestro acervo y permitido que hoy seamos lo que somos: una ciudad de corazón abierto.