La URSS cartografió con detalle la ciudad de Granada en plena guerra fría
El Servicio Cartográfico de la antigua URSS levantó planos de ocho ciudades andaluzas en plena guerra fría, con un nivel de detalle que no existían en los mapas disponibles entonces en España. Según informa la Junta, en un reportaje difundido este domingo, los mapas fueron adquiridos a finales de los noventa, coincidiendo con la desintegración de la Unión Soviética, por el Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña (ICGC), que los puso a disposición pública en 2014 a través de su cartoteca digital.
La Junta resalta en el reportaje que ha difundido, el papel estratégico de Andalucía en el panorama geopolítico mundial por su ubicación entre dos mares y entre dos continentes, agudizado en los 70 con la polarización del mundo en torno a dos potencias hegemónicas como EEUU y la URSS. Dos décadas antes se habían firmado los Pactos de Madrid, que trajeron a España las bases norteamericanas. En Andalucía se instalaron las de Rota, Morón y San Pablo, esta última desmantelada. "Y el servicio cartográfico de la Unión Soviética pone su atención en este rincón del planeta", apunta el reportaje.
Explica que el Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña (ICGC) adquirió a finales de los años noventa, coincidiendo con la desintegración de la URSS, parte de los fondos producidos por esta antigua potencia relacionados con España, entre ellos los de Granada y otras 7 ciudades andaluzas
Explica que el Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña (ICGC) adquirió a finales de los años noventa, coincidiendo con la desintegración de la Unión Soviética, parte de los fondos producidos por esta antigua potencia relacionados con España. Entre ellos, una serie de mapas a escala 1:10.000 referida a las principales ciudades españolas, entre las que hay ocho ciudades andaluzas: Algeciras, Cádiz, Málaga, Gibraltar-La Línea, San Fernando, Granada, Jerez de la Frontera y Sevilla. [Se pueden consultar en la cartoteca digital del ICGC].
Según la información disponible en la página web del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), dependiente de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, la elaboración de esta cartografía en el primer lustro de los años setenta se corresponde con "un periodo de distensión en la conocida como Guerra Fría, en el que Andalucía, por la presencia de las bases norteamericanas, desempeñaba un importante papel en el sistema defensivo-ofensivo de Occidente". "El planteamiento estratégico del Pentágono a partir de 1950 fue que la Península Ibérica podía ser el último reducto de defensa en Europa Occidental y que las bases aéreas y navales en España eran fundamentales para completar su periferia defensiva", explica.
Los ocho planos urbanos de las ciudades andaluzas fueron levantados por el servicio cartográfico de la URSS entre 1971 y 1976 y editados, cada uno de ellos, dos años después. Las ciudades elegidas lo fueron por su interés estratégico, militar y económico, destacando aquellas relacionadas con el Estrecho de Gibraltar. De hecho, Algeciras no sólo fue la primera (1971) de la Península, sino también de todas las de Europa Occidental disponibles en el fondo del ICGC.
Gran nivel de detalle
Uno de los elementos "más sorprendentes de estos mapas" es su "gran nivel de detalle". En aquellos años, en España, sólo existían mapas topográficos publicados a escala 1:10.000 de contadas ciudades, y los disponibles estaban muy desfasados. De hecho, Andalucía no contaría con cartografía a escala 1.10.000 hasta 1992, y fue la segunda comunidad autónoma tras Cataluña en dotarse de una cartografía básica a una escala territorial de tanto detalle. Y la formación del actual Mapa Topográfico Nacional a escala 1:25.000 no comenzó hasta 1975 y se concibió como una serie limitada a zonas de especial interés: periferia costera, áreas fronterizas y grandes núcleos urbanos.
La riqueza de contenidos y la escala de esta serie hace pensar que su elaboración debió de incorporar las últimas tecnologías de reconocimiento territorial disponibles por la industria militar soviética, aunque las cartelas y el resto de la información marginal no aportan información útil para conocer cómo fueron elaborados, ni qué fuentes se usaron.
Ante la imposibilidad de realizar vuelos con aviones de reconocimiento fotográfico, tendrían que haber sido adquiridas desde satélites artificiales, apunta.
De hecho, la URSS disponía de satélites de observación de la tierra, como los Zenit-4, explotados entre los años 1963 y 1970, equipados con una cámara fotográfica de alta resolución capaces de obtener fotografías de entre 1 y 2 metros de cualquier lugar del mundo. Y en 1970 aparecieron los Zenit-4MK, que existieron hasta 1980, los cuales podían colocarse en una órbita más baja y obtener así una resolución y una calidad de imágenes más altas.
Además de las imágenes de alta resolución, los contenidos de estos mapas muestran que se debió de hacer uso de la cartografía española preexistente, que, aunque de escalas de menor detalle y desfasadas, fue imprescindible para plasmar elementos como la toponimia, la clasificación de las infraestructuras, la altimetría, la batimetría y otros tipos de informaciones. En los mapas se identifican algunos errores provocados quizás por el uso de información desfasada.
Carácter militar
"El contenido de esta planimetría deja claro su carácter militar y secreto (СЕКРЕТНО en alfabeto cirílico), con referencias al Estado Mayor (ГЕНЕРАЛЬНЫЙ ШТАБ). Las claves de los signos convencionales distinguen aquellos elementos de interés militar, que comprenden zonas industriales, estaciones de ferrocarril, instalaciones militares, depósitos de combustible, centros de telecomunicaciones edificios oficiales. También se distinguen los cuarteles en proyecto y los barrios densamente construidos con edificaciones en altura".
Datos sorprendentes que no llegaron a las agencias cartográficas española y andaluza hasta entrado el nuevo milenio
La topografía se completa en las zonas marinas con una "exhaustiva" información batimétrica, lo cual es inusual. La cartografía tiene también un "importante y rico repertorio toponímico, que es enriquecido con el callejero". Este último es un elemento "sorprendente", pues las agencias cartográficas de España (IGN) y de Andalucía (IECA), no se dotaron de un callejero hasta entrado el nuevo milenio, y sólo los ayuntamientos y el catastro contaban con cartografía con callejeros, con un nivel muy desigual de actualización.
Cada plano se completa con un recuadro con información literal sobre la ciudad y su entorno, incluyendo una "lista de objetos importantes", otra "lista de nombres de calles" (con referencias alfanuméricas que se corresponden con su localización en el plano) e información general sobre la ciudad, descripción geográfica, instalaciones de transportes y otras utilidades.