Diana Carolina tenía 17 años y ya era mamá de un bebé cuando llegó a Cruz Roja en el año 2014 para mejorar su currículum y encontrar trabajo. Se incorporó en un itinerario formativo para ser dependiente de establecimientos de cocina rápida, aunque sus expectativas no eran muy altas. “Llegué desanimada y pensaba que las prácticas eran sinónimo de trabajar un mes gratis”, afirma Carolina, que consiguió mejorar sus competencias tanto profesionales como personales y desde que finalizó el período de formación se incorporó a trabajar. 

En estos cerca de ocho años, Carolina se ha ido formando para promocionar en su empresa y ha logrado ascender a encargada. Hoy es la responsable de formar a los nuevos encargados y a las nuevas incorporaciones de personal, entre las que se encuentran las personas participantes del Plan de Empleo de Cruz Roja que aprenden el puesto de trabajo en las prácticas de su itinerario formativo. “Hay muchos que vienen desanimados, con muchas pegas, como yo hace ocho años”, explica Carolina, que les cuenta su historia para que se animen a seguir adelante, porque es de las que piensan que “si te lo propones, puedes llegar a donde quieras”.

Un plan para casi 63.000 personas 

El Plan de Empleo de Cruz Roja cumple 20 años y en Granada ha trabajado con 62.941 personas (en todo el país, con 780.000), de las cuales el 57% de ellas eran mujeres, y de ellas, un 4% mujeres víctima de violencia de género, es decir, más de 2.500 mujeres víctimas de violencia de género han sido ayudadas por Cruz Roja para que puedan participar en igualdad de condiciones en el mercado laboral.

En estos 20 años, más de 25.900 personas han mejorado su cualificación a través de competencias clave demandadas por las empresas y cualificación profesional, y se han desarrollado 1.600 acciones formativas para el empleo.

Para hacerlo posible, han sido necesarias las alianzas con más de 3.700 empresas colaboradoras de la provincia de Granada que han hecho posible desde la realización de prácticas no laborales, hasta la simulación de procesos de selección de trabajo, pasando por charlas especializadas en oficios y ámbitos concretos.

Cabe destacar que 1 de cada 5 personas que ha participado en alguna iniciativa del Plan de Empleo ha conseguido un puesto de trabajo, por lo que unas 10.200 personas han logrado un empleo con la ayuda de la Cruz Roja. Y también 309 personas han puesto en marcha su propia iniciativa empresarial, como Marydee García que, con su negocio familiar de servicios turísticos de ocio y aventura ‘DIM TRAP’ consiguió un reconocimiento en los Premios Impulsa 2020.

“Las personas que participan en nuestro Plan de Empleo no solo cuentan con un acompañamiento sociolaboral, sino también con un acompañamiento humano. La incertidumbre y el desánimo son sentimientos habituales en las personas que buscan empleo, por eso lo primero de todo es trabajar con ellas aspectos tan importantes como la confianza y la autoestima”, precisa María Lirola.

En desventaja por la crisis de la pandemia

Y es que la crisis sanitaria, social y económica derivada por la pandemia de la COVID-19 ha afectado directamente a la situación de empleabilidad de todo el mundo, y especialmente, de las personas más vulnerables que, una vez más, se encuentran en desventaja frente a otras personas para conseguir su reincorporación laboral.

La COVID-19 ha contribuido a ampliar la desigualdad, las brechas de género en el mercado de trabajo, afectando en mayor proporción a mujeres que hombres, igualmente a las personas jóvenes. Este aumento de la desigualdad pandémica ha sido un nuevo reto al que el Plan de Empleo de Cruz Roja se ha tenido que enfrentar, y para el que de nuevo se han establecido herramientas concretas para reducir la situación mediante el plan Cruz Roja Responde.

Ésta no ha sido la primera vez que Cruz Roja adapta sus respuestas a las necesidades que marca la sociedad: ya lo hizo con la crisis socioeconómica que arrancó en 2008, y lo seguirá haciendo en el futuro. Son ya veinte años en los que la Organización ha visto reflejado en el desempleo uno los problemas de la sociedad, y veinte años en los que ha trabajado por revertir la situación.

Para Cruz Roja, “tener un Plan de Empleo significa poder contribuir a que las personas tengan derecho al trabajo, se favorezca la igualdad de oportunidades y de acceso al mercado de trabajo con independencia de su sexo, origen racial o étnico, religión o convicciones, edad u orientación sexual, en igualdad de trato y de oportunidades”, destaca María Lirola, directora del área de Empleo de Cruz Roja en la provincia de Granada.

Hoy, Cruz Roja mira la transformación que el mercado laboral está teniendo, cómo el impacto de la tecnología va a generar nuevos puestos de trabajo, el impulso que se está dando al empleo verde, etc. ; y todo ello hará necesarias nuevas adaptaciones en las respuestas que se ofrezcan a las personas, en adaptar el contenido de las capacitaciones para que se ajusten a lo que las empresas necesitan, el acompañamiento que las personas van a demandar para conocer y saber en qué consisten esas transformaciones, qué nuevos requerimiento van a solicitar las empresas, qué mecanismos nuevos se van a producir para reclutar personal y cómo pueden hacerlo. “Y un largo etcétera que va a suponer seguir conociendo el mercado laboral y orientar, acompañar y mediar con las personas para acercarles a esos nuevos mercados laborales que les permita tomar sus propias decisiones en el camino para participar en un mercado laboral cambiante”, concluye María Lirola, directora del área de Empleo de Cruz Roja en la provincia de Granada.