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Los hombres de 26 a 55 años no aprueban que la libertad sexual de la mujer sea idéntica a la del hombre, según un estudio de la UGR

E+I+D+i - IndeGranada - Jueves, 17 de Diciembre de 2020
Ana Álvarez, Carmen Gómez y Juan Carlos Sierra.
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Ana Álvarez, Carmen Gómez y Juan Carlos Sierra.

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR), pertenecientes al Laboratorio de Sexualidad Humana (LabSex UGR) del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), han concluido que los hombres españoles de 26 a 55 años no están de acuerdo con que la mujer tenga la misma libertad sexual que el hombre, algo que sí hacen los que están fuera de esa franja de edad (de 18-25 años y los mayores de 55 años), que sí apoyan la norma igualitaria, según informa la UGR.

En un artículo publicado en la revista The European Journal of Psychology Applied to Legal Context, los investigadores han analizado el denominado ‘doble estándar sexual’, es decir, el “doble rasero” que se emplea para evaluar la misma conducta sexual dependiendo de si la lleva a cabo un hombre o una mujer.

“Ese doble rasero se observa cuando las personas valoran las conductas sexuales relacionadas con el ejercicio de la libertad sexual, pues la misma conducta (por ejemplo, tener muchas parejas sexuales) se valora más positivamente si la realiza un hombre que si la realiza una mujer”, explican los autores del artículo.

De forma similar, cuando las personas valoran las conductas sexuales relacionadas con el recato (por ejemplo, tener pocas parejas sexuales) se valora más positivamente si esa conducta la realiza una mujer. Para designar esta forma concreta del doble rasero se utiliza el término doble estándar sexual favorable al hombre.

Estudio con 2.002 personas

En este estudio, los investigadores de la UGR analizaron cómo se distribuye el apoyo a las diversas formas de doble estándar sexual (favorable al hombre, favorable a la mujer e igualitario) en la población española. Para ello, contaron con la participación de 2.002 personas heterosexuales (1.001 hombres y 1.0001 mujeres), de diferentes lugares del territorio español, distribuidas en cuatro grupos de edad (18-25, 26-35, 36-55 y mayores de 56 años), que contestaron la versión española de la Sexual Double Standard Scale, una escala validada en población española que mide el ‘doble estándar sexual’.

“En este estudio nos interesaba conocer cómo se distribuye, entre los hombres y las mujeres y entre los grupos de edad de los participantes de nuestra investigación, la incidencia de esas tres formas de raseros o normas (favorable al hombre, favorable a la mujer e igualitaria) para evaluar las conductas sexuales”, apuntanlos investigadores de la UGR.

Diferencias hombre-mujer y según la edad

Los principales resultados reflejaron que en el conjunto total de la muestra prevalece la norma sexual igualitaria. Sin embargo, se hallaron diferencias entre hombres y mujeres, y en función de la edad de la persona. La mayoría de los hombres apoya un doble estándar que favorece a los hombres, entre las mujeres se observa mayor prevalencia de la norma sexual igualitaria y la favorable a las mujeres. En cuanto a las diferencias por edad, los hombres entre 26 y 55 años apoyan el doble estándar sexual favorable al hombre, mientras que los hombres jóvenes de 18-25 años y los mayores de 55 años apoyan la norma igualitaria. En todos los grupos de edad de las mujeres la norma que más prevalece es la igualitaria.

El conocimiento del porcentaje de la población que apoya esta actitud es importante para promover políticas educativas que favorezcan la igualdad de género en el ámbito de la sexualidad y desarrollar programas de intervención que ayuden a las personas a ser más igualitarias en sus relaciones heterosexuales, estima la UGR.

Este estudio forma parte de la tesis doctoral de Ana Álvarez-Muelas, investigadora contratada FPU del Laboratorio de Sexualidad Humana (LabSex UGR), ubicado en el CIMCYC de la Universidad de Granada. El Director del Laboratorio de Sexualidad Humana y de esta tesis doctoral es el Catedrático Juan Carlos Sierra.

El estudio está incluido en un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad llevado a cabo en colaboración con la profesora Carmen Gómez Berrocal del Departamento de Psicología Social de la Universidad de Granada.