La doctora Elena Lima es la primera firmante de un prometedor artículo que, junto a los doctores Juan D. Alché y Jose C. Jiménez, describe las bases moleculares del efecto antiinflamatorio de las semillas de altramuz. Se trata de un estudio liderado por la Estación Experimental del Zaidín y que se ha desarrollado gracias a la colaboración con investigadores e investigadoras del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, el Servicio Andaluz de Salud, la Universidad de Burdeos, La Universidad de Western Australia y el SCIRO australiano. 

Los altramuces podrían funcionar como nutracéutico, un término acuñado en 1989 por Stephen L. DeFelice que hace referencia a los productos medicinales cuyo origen es un ingrediente natural. El concepto puede aplicarse desde nutrientes aislados, suplementos dietéticos o plantas así como a dietas específicas. 

Existe en la actualidad una demanda muy alta de proteínas derivadas de plantas como componentes de alimentos funcionales. Las legumbres como el altramuz suponen una buena y económica fuente de proteínas de alta calidad alimentaria. 

La particularidad de las proteínas contenidas en las semillas de altramuz reside en su alto valor nutricional así como los efectos beneficiosos para la salud al tener propiedades preventivas de enfermedades relacionadas con inflamación crónica como las dislipemias, enfermedades del corazón, diabetes, obesidad y síndrome metabólico entre otras.

El efecto de estas proteínas es anti-inflamatorio y se puede atribuir a un tipo especial de proteínas presente en los altramuces, las β-conglutinas. Estas proteínas disminuyen la producción en el propio cuerpo de sustancias inflamantes como el óxido nítrico, citoquinas, quimiocinas y otros mediadores de la inflamación. Este estudio aporta evidencias sólidas e importantes que indican que las β-conglutinas de las semillas de altramuz constituyen un alimento funcional y pueden jugar un papel muy relevante como una nueva opción terapéutica para la prevención y tratamiento de enfermedades de base inflamatoria, a través de la reducción de la producción y actividad de mediadores pro-inflamatorios.