Juan José Robles, responsable de Seguridad Privada de CCOO Granada, ha explicado que tras meses de negociación la patronal sigue mostrando "una manifiesta pasividad en abordar compromisos reales de incrementos mínimamente razonables de salarios", así como establecer "elementos de avance suficientes cimentados en el diálogo social". Por estos motivos, ha agregado el representante sindical, las tres centrales sindicales llamamos a la movilización en la Seguridad Privada.

Robles ha explicado que las principales reivindicaciones pasan por incorporar incrementos salariales razonables a la negociación, establecer cláusulas de revisión salarial, salvaguardar la subrogación en situación de prejubilación, y abordar la empleabilidad en el sector ante la implantación de las nuevas tecnologías.

También, ha insistido el responsable de Seguridad Privada de CCOO Granada, hay que abordar el debate sobre la jubilación anticipada, establecer criterios adecuados sobre los permisos retribuidos, y sobre todo, mantener la negociación abierta para incorporar posibles acuerdos que se establezcan en la mesa abierta con el Ministerio de Fomento.

En su opinión, la Seguridad Privada en España merece "un cambio de modelo tanto en el sector público como en el sector privado". Y en este sentido CCOO defiende que una de las prioridades debe pasar por "eliminar la competencia desleal entre empresas con la complicidad de sus clientes", lo que debe convertirse en la máxima tanto de sindicatos como de trabajadores y trabajadoras desde la movilización y la negociación.

Torcuato Ruiz, responsable de Seguridad Privada en la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo (FeSMC) de UGT Granada ha señalado que en la negociación del convenio del sector de seguridad privada se dirimen dos modelos radicalmente distintos: "aquel que entiende que la mejora del contexto económico debe repercutir positivamente en las condiciones sociolaborales de los trabajadores; o aquel otro que ve en los posibles recortes de derechos a este mismo colectivo, una oportunidad para mantener un modelo empresarial que arruina al sector y precariza las condiciones de trabajo, y todo ello, explica el ugetista, a pesar de que este último modelo arruina, también, a las propias empresas de seguridad". 

Por otra parte, el representante de UGT ha opinado que "los propios clientes de las empresas de seguridad privada, incluidas muchas Administraciones Públicas, no ocultan en muchas ocasiones cierta satisfacción, al comprobar que patronales y empresas, paralizadas por el miedo y sin perspectivas ni proyecto de futuro, no encuentran el modo de poner en valor el coste del servicio que los profesionales de la seguridad aportan a esos clientes". En realidad, ha afirmado, "este es un exiguo beneficio basado, exclusivamente, en un criterio economicista que provoca el deterioro progresivo de la calidad en los servicios de seguridad prestados; un deterioro que es directamente proporcional a la precarización de las condiciones laborales de los profesionales de la seguridad".