Escritor, músico libre, médico familiar y un sin fin de cosas más, Guillén es conocido en los medios musicales por su adscripción las músicas más experimentales y esquinadas desde la vanguardia más radical en marcas como Sefronia, Les Rauchen Verboten, Alondra Satori (con Juan Manuel Cidrón y Justo Bagüeste), y Jun y Gor (con Javier Carmona). Su incontenible carrera en solitario incluye música electrónica, improvisación, composición ‘oblicua’ y música de theremin, además de iniciar el sello y colectivo Gruppo Ungido, centrado en experiencias espirituales a través de la música y las artes. Se define como ‘anartista’ siempre trabajando en, desde y para las zonas que se escapan de los radares de lo convencional, y para sus habitantes. Frank Zappa, Val del Omar o Allen Ginsberg con seguridad estarán en su banda ideal.   

En el acto de la Librería Inusual estuvieron también Fernando Jaén y Javier Gilabert

Ante el teclado, desde su primer libro ‘Kénosis’, su escritura es «un reflejo del fuego que anima su obra y vida: el sonido y la música como momento sacro infinito de emancipación espiritual, de uno y de todos, contra toda institución autoritaria, capitalista, espectacular, desarrollista, tecnocrática».

En Las noches campesinas que perdiste, según sus promotores (ediciones Fantasma), «la prosa poética de Antonio Luis Guillén reflexiona acerca del ‘valor digital mercantil’ y la ‘ética competitiva imperante’, a partir de una alegoría de la relación padre-hijo bíblico-patriarcal en relación con el capitalismo, con matices de filosofía, antropología y mística». En el acto de la Librería Inusual estuvieron también Fernando Jaén y Javier Gilabert.