Nacido en Almería en 1945, pasó gran parte de su vida en Granada, como profesor titular de Filosofía del Derecho de la Universidad de Granada.

Agitador cultural y padre espiritual de generaciones de escritores, poetas y artistas

Estudioso de Clarín (Hipótesis sobre Clarín, Granada, 1985) y de Pasolini (Salò. El infierno según Pasolini, con J. Ignacio Mendiguchía, Córdoba, 1993), en los años ochenta dirigió la revista Olvidos de Granada y en los noventa La Fábrica del Sur. Entre 2004 y 2008 fue columnista del diario El País, en su edición de Andalucía.

Pero, sobre todo, fue un intelectual imprescindible de la Granada de los 80, 90 y primera década del siglo XXI. Agitador cultural y padre espiritual de generaciones de escritores, poetas y artistas. Uno de los integrantes de aquellos encuentros en La Tertulia, que influyó en los inicios de las carreras de escritores y poetas como Antonio Muñoz Molina, Luis García Montero o Javier Egea.

En noviembre de 2011 sufrió un derrame cerebral, perdió el habla y la memoria. Su historia fue recogida por José Sánchez Montes en el documental Mariano Maresca. Palabra a palabra, en el que mostraba sus esfuerzos para reconectar los caminos de su cerebro, tras el ictus.

La rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, lo despedía en su perfil de Facebook, “con mucho pesar” a un “gran referente cultural”. “Fue, ante todo, un Humanista. Padre intelectual de generaciones, con un don especial para despertar vocaciones, nos lega docentes excepcionales. Gracias por tanto, Mariano”, añadía.

Descanse en paz.