Luis García Montero: "Invertir en cultura es apostar por la convivencia, la libertad cívica y el respeto"
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"Granada es una ciudad de futuro porque es una ciudad de profunda raíz cultural"
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"La búsqueda de mi ciudad nació de forma inseparable y para siempre en los libros"
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"El libro en papel sigue vivo"
El pregón ofrecido por Luis García Montero ha abierto oficialmente los actos de la Feria del Libro de Granada 2021, que vuelve al fin a las calles. En el templete de la música, en el Paseo del Salón, a pocos pasos de una biblioteca, el poeta, director del Instituto Cervantes, ha evocado su primer encuentro con los libros y en un discurso plagado de poemas y de alusiones a otros autores, con Federico García Lorca como referencia, pero también Elena Martín Vivaldi, Luis Rosales o Javier Egea, ha reivindicado el valor de la cultura y la fortaleza de la literatura y los libros, también en papel.
Su recorrido por esos recuerdos ha comenzado en su casa familiar, en la biblioteca que ha definido como un lugar sagrado. Un espacio que descubrió su curiosidad de adolescente y donde encontró una edición de obras completas encuadernadas en piel e impresas en papel biblia. "Libros sagrados en la habitación sagrada" que le llevaron a leer a Cervantes, a Calderón de la Barca o Lope de Vega. Y donde descubrió a García Lorca. En aquel lugar, ha dicho, "caí dentro de Federico". "Un mundo sagrado, dentro de un libro sagrado, en un lugar sagrado".
Para resumirlo, ha leído 'Obras completas' un poema incluido en su último libro 'No puede ser así. Breve historia del mundo'.
debajo de la piel y la firma de oro
no me esperaban letras
ni siquiera palabras en los brazos del tiempo
eran la soledad de una paloma oscura,
el amarillo hiriente del limón como un sueño en la boca,
la luna estremecida de aquello que no vuelve
y el sol entre los cascos de un caballo por el amanecer del horizonte.
Con el agua en los hombros, me senté
el cuerpo sumergido en un silencio,
la vida en un poema.
De pronto descubrí la autoridad de la tarde imprecisa y de la noche larga.
Una vez más, nacer, sobre mil novencientos creo... sesenta y nueve.
El mundo estaba abierto.
Me llamó la promesa incompleta de un destino.
Se ha congratulado García Montero de que no se cumpliera "la profecía" del fin del libro en papel, que "sigue vivo" y cuya fortaleza celebran hoy editores y escritores. "Si se pretendió el final de los grandes relatos, la literatura ha resistido", ha proclamado animando a "tomarse en serio qué significa la cultura".
"La pandemia no ha podido con el libro, pero ha puesto sobre la mesa el núcleo discutido del contrato social: la necesidad de articular las libertades individuales con los marcos del cuidado y la convivencia", ha reflexionado para alertar de que "vivimos en un mundo que pretende confundir la libertad con la ley del más fuerte o del sálvese quien pueda, o la seguridad con el autoritarismo, dos extremos que se dan la mano cuando la historia separa los valores de la igualdad".
"Las valoraciones del mundo estarán siempre al servicio de la dignidad humana si van de la mano del libro"
Ha resaltado por ello que "invertir en cultura es apostar por la convivencia, la libertad cívica, por la fraternidad, por el respeto y los cuidados, por la responsabilidad de lo común. Y en la responsabiliad de lo comun -ha añadido- sería una trampa grave separar la tradición humanta de la cultura de transformación científica y tecnológica, apartando las lecciones recibidas de los caminos abiertos por las nuevas posibilidades. La buena cultura permite que las valoraciones del mundo no se sometan al productivismo destructivo y a los intereses simplemente económicos. Estarán siempre al servicio de la dignidad humana si van de la mano del libro".
El hilo de su intervención lo ha llevado al necesario cuidado de nuestro entorno. "La escritura fue voluntad de contar y voluntad de permanencia", ha recordado incidiendo en que "la escritura necesita de un planeta en el que permanecer, un compromiso con el futuro para que la herencia humana pueda seguir dando testimonio de sus itinerarios". De ahí que haya advertido de los peligros del cambio climático, que "ataca al corazón de la escritura y al concepto del tiempo".
"Granada es una ciudad de futuro porque es una ciudad de profunda raíz cultural y nuestra vocación es la noche que conoce el valor de los amaneceres y el amanecer que no pierde nunca la conciencia de la noche".
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