─Ya dejó Granada, ¿qué recuerdos y qué relación sigue manteniendo con nosotros?

"La mayoría de mis recuerdos de Granada están llenos de amigos, amigas, vecinas, muchas personas muy queridas con las que sigo manteniendo una relación"

─Tengo tantos recuerdos que no sabría ni por dónde empezar, pero por compartir uno en soledad, la alegría de despertarme cada mañana soleada en el Albaicín, y asomarme a la ventana. La mayoría de mis recuerdos de Granada están llenos de amigos, amigas, vecinas, muchas personas muy queridas con las que sigo manteniendo una relación. Vuelvo siempre que puedo a Granada y cada vez que llego, tengo la sensación de estar llegando a casa.

─¿Y qué encontró una asturiana aquí cuando vino, porque se convirtió en una muy querida agitadora de la escena...

─Encontré un lugar donde aún queda espacio para la libertad y la ensoñación, donde la poesía y la música tienen un espacio en la vida cotidiana y mucha alegría en el corazón.

─En fin... ¿Y qué suena más afinada, la botella de anís La Asturiana o la de anís La Granadina?

─Nada, las dos suenan muy afinadas una vez que te bebes la botella entera.

"Siempre he tenido interés por descifrar los misterios más profundos de la condición humana, lo que está en el origen y desde dónde se puede entender todo lo demás, y siento que las músicas tradicionales están cuajadas de estos misterios"

─La música clásica, el jazz, el... se han inspirado en las músicas populares, pero el pop ha vivido tan de espaldas como si fuera Portugal... ¿A usted cómo le entró ese interés?

─Siempre he tenido interés por descifrar los misterios más profundos de la condición humana, lo que está en el origen y desde dónde se puede entender todo lo demás, y siento que las músicas tradicionales están cuajadas de estos misterios, así como también el flamenco, otra de mis pasiones musicales.

─Sin embargo hay mucha gente joven ahora, y hasta radical (pienso por ejemplo en Mercedes Peón) haciendo todo tipo de barbaridades de vanguardia partiendo de lo más ancestral, también bandas mainstream como Vetusta Morla o Fito se alían con ‘folcloristas’, por no hablar de un abducido Antonio Arias... ¿Hemos descubierto lo nuestro?

─Ojalá que sí, que lo hayamos descubierto y sobre todo que hayamos aprendido a apreciarlo y a darle su sitio y su valor.

─Se elogian mucho sus historias ¿hay quien hace una canción a partir de un riff... ¿a usted le sale antes la música o el ‘cuento’?

─Yo soy cuentista por naturaleza...

─Antes la música acompañaba cada etapa de la vida, personal, profesional, familiar... Las había de siega, de boda, de mili, de primavera, navidad, de curas pícaros y corregidores corruptos de... ¿La música actual, el pop, tiene ahora mismo esa representación o se está quedando en los asuntos de pareja solamente, si tú, si yo, perreamos y vuelta a empezar?

"Me parece que entre las redes sociales, los algoritmos, las tendencias, las prisas y todo eso, se nos va cuadriculando y cuadriculando el pensamiento cada vez más y más, y cada vez menos espacio tenemos para pensar en cualquier cosa distinta..."

─Sí que me parece que entre las redes sociales, los algoritmos, las tendencias, las prisas y todo eso, se nos va cuadriculando y cuadriculando el pensamiento cada vez más y más, y cada vez menos espacio tenemos para pensar en cualquier cosa distinta... tenemos que tener cuidado que al final se nos va a quedar el cerebro en ná.

─No nos pongamos tan serios, porque aún se recuerda con sonrisas en el grupo mas divertido y kitch que ha tenido: Simpatía Latina...

─Con Simpatía Latina cumplí mi sueño de tocar en una orquesta todas esas canciones tan preciosas que he escuchado desde pequeña en las verbenas y que tan buenos recuerdos me traen.

─Viene con Los Rondadores, cuente, cuente...

"Son Rondadores porque mantienen viva esta tradición, ir tocando por las calles del pueblo y recibir en cada casa comida o bebida, la música sigue intrincada en la vida cotidiana"

─Vamos a presentar el último trabajo que he editado, grabado en colaboración con un grupo de músicos amateur tradicionales del Pirineo oscense, tañedores de laúdes y bandurrias, durante un mes que pasé conviviendo con ellos en el Valle de Hecho. Son Rondadores porque mantienen viva esta tradición, ir tocando por las calles del pueblo y recibir en cada casa comida o bebida, la música sigue intrincada en la vida cotidiana. Como desgraciadamente no puedo llevarme a todos esos músicos a los conciertos, los he sustituido por tan sólo tres, pero de muy buena calidad, eso si: Víctor Herrero a la guitarra portuguesa, Carlos Aquilué al laúd y Vicente Pérez al contrabajo. Tres grandes amigo y excelentes músicos que también disponen de espíritu rondador.

─Y siendo usted quien es, cómo es, y aquí... ¿Habrá invitados?

─Quien quiera saberlo, que venga al concierto... (risas).