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Pocas facetas culturales en las que la junta no quede retratada

La Cultura, relegada en Andalucía

Cultura - Juan I. Pérez - Domingo, 11 de Septiembre de 2022
Un análisis sobre la política cultural que llega del Gobierno de la mayoría absoluta del PP, apuntalada en la anterior legislatura.
Imagen del Albaicín y la Alhambra, buque insignia del patrimonio cultural de Andalucía. TOM LEIF EGGERT
Imagen del Albaicín y la Alhambra, buque insignia del patrimonio cultural de Andalucía. TOM LEIF EGGERT

La última decisión del Gobierno de la mayoría absoluta del PP de suprimir la independencia del Centro de Documentación Musical de Andalucía, con sede en Granada, es una muestra más de la (escasa) importancia que la Junta concede a la Cultura.

El estado de las políticas culturales en Andalucía es de pronóstico grave. Las políticas culturales, entendidas como un lugar donde hay un rumbo planificado, transparente y coordinado con objetivos a corto, medio y largo plazo, no existen

El estado de las políticas culturales en Andalucía es de pronóstico grave. Las políticas culturales, entendidas como un lugar donde hay un rumbo planificado, transparente y coordinado con objetivos a corto, medio y largo plazo, no existen.

No solo por la decisión de diluirla en una consejería que lidera Turismo y que comparte con Deporte, como síntoma evidente, sino por su decidida apuesta, iniciada en la anterior legislatura, de primar a toda costa la actividad económica, y relegar todo aquello que no genera beneficio inmediato.

De esta forma, mengua la Cultura, en todas sus artes y ámbitos de la creación, y hace peligrar la conservación y divulgación del rico patrimonio andaluz, y el de las nuevas generaciones artísticas.

Un grupo de turistas bajan de la Alhambra por la Cuesta de Gomérez. TOM LEIF EGGERT

No solo por la decisión de diluirla en una consejería que lidera Turismo y que comparte con Deporte, como síntoma evidente, sino por su decidida apuesta, iniciada en la anterior legislatura, de primar a toda costa la actividad económica, y relegar todo aquello que no genera beneficio inmediato

Con ello, el Gobierno andaluz desprecia la potente industria cultural andaluza, a la vanguardia de España, pero también la identidad andaluza, como obliga en su artículo 10.3 el Estatuto de Autonomía de Andalucía que, entre los objetivos básicos de la Comunidad Autónoma, subraya: “El afianzamiento de la conciencia de identidad y de la cultura andaluza a través del conocimiento, investigación y difusión del patrimonio histórico, antropológico y lingüístico”.

Los hechos demuestran que la (inexistente) política cultural del PP en Andalucía se limita a respaldar la vertiente turística -turistización- de la Cultura, con el riesgo que conlleva, -que ya se sufre-, para impulsar acciones solo si presupone el apoyo del público. Y si es masivo, mejor, donde las pequeñas iniciativas, aunque relevantes, no tienen cabida. Esa es la razón por la que la Cultura es relegada a un segundo orden, frente al Turismo, que casi todo lo come.

De ahí el perfil elegido para dirigir la consejería de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, un gestor cultural, que venía de ser director general de Turismo y Planificación Costa del Sol y, antes, consejero delegado de Extenda-Agencia Andaluza de Promoción Exterior. Y bien preparado académicamente para el sector, colaboró en un Máster de Dirección y Planificación Turística.

Arturo Bernal, toma posesión de cargo como consejero de Turismo, Deporte y Cultura, en presencia del presidente Juan Manuel Moreno Junta de Andalucía.

La crítica del consejero al cine. “Sólo hay una cosa que me dé más pereza y hartura que los separatistas catalanes y es la infumable e impresentable pantomima del cine español, que cada año tenemos que aguantar de una cuadrilla de ingratos que viven o han vivido de un país al que no paran de denostar porque eso es ser progre y moderno. Me niego”. Este comentario lo escribió en su cuenta de Facebook el ahora consejero de Turismo, Cultura y Deporte, cuando Bernal era gerente de Turismo de la Costa del Sol tras la Gala, cargo de la Diputación de Málaga, sobre los Goya de 2018, cuya gala se celebraba en Madrid.La prensa de Málaga informaba entonces de que el ahora consejero, del que depende también el cine, fue obligado a rectificar por el PP de Málaga, que gestionaba la Diputación con el siguiente post: “Anoche publiqué un comentario sobre la gala de los Goya que está generando cierta confusión y puede dar lugar a malentendidos. Llegando las cosas a este punto, pido disculpas si este comentario ha podido resultar ofensivo a la generalidad de la industria del cine. No era esta mi intención”, aclaraba Arturo Bernal, reconociendo además que “para significar que no se trata de una crítica general al cine español en absoluto, he preferido eliminar este post, en el que, reitero, expresaba una opinión estrictamente personal”.

El cine es una competencia de su consejería. La Gala de los Goya de 2023 se celebrarán el 11 de febrero en Sevilla, ciudad que ya los acogió en 2019. Y en Málaga, en 2021.En esta Gala de los Goya de Málaga acudieron diez consejeros del Gobierno de Juan Manuel Moreno.

En la misma línea, Rocío Díaz, directora del buque insignia del patrimonio cultural de Andalucía, la Alhambra, era antes de ser nombrada concejala de Turismo del Granada, durante seis años. Sin contar aquella machacona propuesta, escrita en documento por anterior Gobierno PP-Cs, de elegir por concurso público para un periodo de seis años al o a la responsable del Patronato de la Alhambra y Generalife.

En este desesperanzador contexto, no es de extrañar que, próximamente, asistamos a la ampliación del cupo de visitantes a la Alhambra, con el aplauso del sector empresarial,

En este desesperanzador contexto, no es de extrañar que, próximamente, asistamos a la ampliación del cupo de visitantes a la Alhambra, con el aplauso del sector empresarial, y a otros conjuntos monumentales gestionados por la Junta, mientras quedan en el olvido promesas de grandes y necesarios equipamientos culturales, que no son prioridad.

Nada hay en del Gobierno de la mayoría absoluta del PP de aupar la economía social de la Cultura, por ejemplo, incluyendo cláusulas sociales en las licitaciones públicas. Y poner en el centro los contenidos que potencien el tejido social.

Es como si el PP se decantara por la Cultura de Tele5, en lugar de la decida apuesta de La2.

La Cultura, desde el primer Gobierno Preautonómico

Tal fue la importancia de la necesidad de una Cultura, independiente de otras áreas, que la política cultural de Andalucía tiene su origen en el inicio del proceso de construcción del Estado de las Autonomías, que tuvo lugar en España entre 1978 y 1982. Antes de aprobarse el estatuto de Andalucía de Autonomía de 1981, el Gobierno Preautonómico de la Junta de Andalucía, presidido por Plácido Fernández Viagas, incluyó ya una Consejería de Cultura, dirigida por Rafael Vallejo, lo que denota la importancia política que se le dio, entonces, a esta materia.

La Cultura se incorporó a la construcción autonómica andaluza con un alto grado de protagonismo reivindicativo, pero también con una carga importante de simbología del bienestar. Al mismo tiempo, se incorporó con la necesidad de construir con cierta urgencia una administración cultural que impulsara la creación de un sistema cultural andaluz y, además, en un periodo de tiempo relativamente breve.

El objetivo más inmediato era el de sustentar en la Cultura un tronco de identidad regional. Andalucía, a diferencia de las otras comunidades históricas, no tenía un problema lingüístico y las señas de identidad de Andalucía estaban relacionadas más bien con su situación secular de atraso en todos los aspectos respecto al resto de España.

El gran objetivo político y social era en aquellos momentos superar ese atraso y eso condicionaría también la política cultural. En este sentido, otro objetivo no menos importante era expandir la acción pública en materia de cultura. Se presentaba entonces como tareas básicas de la política cultural autonómica la dotación de medios, infraestructuras y recursos hasta ese momento casi inexistentes, para ciudades, pueblos y barrios. No existían recursos para ello, ni tampoco una mínima tradición administrativa andaluza o española, que se confiaba en resolver con las transferencias estatales. Ese largo proceso lo culminó Javier Torres Vela, referencia como consejero de Cultura de Andalucía, cargo por el que han ejercido 15 personas, entre ellas Carmen Calvo, luego, ministra de Cultura, al que sustituyó Enrique Moratalla, al frente de una Consejería que convivió con otras materias o caminó sola, en todo este tiempo.

De las más habituales en convivencia, junto a Educación. Ahora, con Turismo y Deporte.

Así, que qué le puede importar al Gobierno del PP un centro de referencia, creado en 1987, dedicado, entre otros objetivos, a la recuperación del material musical creado o relacionado con Andalucía en todas sus formas: partituras, grabaciones sonoras y audiovisuales, manuscritos y toda clase de textos y objetos con ellos relacionados. Es decir, a preservar el legado musical andaluz y registrar lo nuevo de calidad que se produce.

También, como rasgo singular de la Cultura andaluza del PP el apoyo a tradiciones, pero alejada de la necesaria etnología, más bien como con el ejemplo de los toros, para cimentar una mal entendida identidad andaluza, que suena a castañuelas y luce faralaes, con pulseritas en la muñeca con banderita española y la blanca y verde

También, como rasgo singular de la Cultura andaluza del PP el apoyo a tradiciones, pero alejada de la necesaria etnología, más bien como con el ejemplo de los toros, para cimentar una mal entendida identidad andaluza, que suena a castañuelas y luce faralaes, con pulseritas en la muñeca con banderita española y la blanca y verde.

El caso del Centro de Documentación Musical de Andalucía, del que ha informado minuciosamente El Independiente de Granada, ante el silencio de grandes, medianos y pequeños medios de comunicación, no es un caso aislado.

Se trata por el contrario de un hecho, desgraciadamente, generalizado en los centros dependientes de Cultura en Andalucía. Hay museos que cierran por falta de personal, bibliotecas y archivos con graves problemas para funcionar, delegaciones al mínimo, y conjuntos arqueológicos prácticamente abandonados.

La Junta retrasa y retrasa la creación de la Fundación Pública que debe gestionar el Centro Federico García Lorca de Granada, que no termina de despegar. A la misma Junta que se le o lvida declarar BIC el Valle del Darro, que alejaría cualquier tentación especulativa en el entorno

En Granada, en este tiempo de Gobierno de derechas, en lo referente a Cultura, tan solo destaca el apoyo obligado para que la Orquesta Ciudad de Granada no quebrara y después de apoyar económicamente a otras orquestas andaluzas. Y solo la programación del Teatro Alhambra se salva de una gestión autonómica silente, que ha dejado caer certámenes y festivales afianzados, como Cines del Sur, o iniciativas como el Legado Andalusí. La Biblioteca de Andalucía, con sede en Granada, espera de la Junta un necesario nuevo emplazamiento.La Junta retrasa y retrasa la creación de la Fundación Pública que debe gestionar el Centro Federico García Lorca de Granada, que no termina de despegar. A la misma Junta que se le o lvida declarar BIC el Valle del Darro, que alejaría cualquier tentación especulativa en el entorno. Y eso que después del tirón de orejas de la UGR, el CSIC o la Real Academia de Bellas Artes, el delegado territorial de Cultura y Patrimonio Histórico se comprometiera con la Plataforma en Defensa del Río Darro a tramitarlo de urgencia. El delegado era Antonio Granados, ahora, delegado del Gobierno de la Junta.

En defensa de la Cultura andaluza. Un grupo de intelectuales y artistas ha redactado un Manifiesto en Defensa de la Cultura Andaluza. El documento ha sido impulsado desde las ocho provincias andaluzas por personas de “diferentes orientaciones ideológicas y políticas”, vinculadas al mundo de la cultura y la educación, pero también de otros ámbitos y expresa la “preocupación por la grave situación de las políticas culturales en Andalucía”, así como el “firme compromiso por hacer de la cultura uno de nuestros más importantes valores de futuro”.

Por ello, exigen una “Consejería de Cultura con las importantes competencias que requiere y con una dotación económica y funcional suficiente para impulsar como es necesario la cultura de Andalucía”, señala el manifiesto impulsado por Álvaro Salvador, catedrático de Literatura Hispanoamericana y Española de la Universidad de Granada y poeta, o Manuel Ángel Vázquez Medel, escritor y profesor de la Universidad de Sevilla.

Reconocen que uno de los detonantes ha sido “la supresión del importante Centro de Documentación Musical de Andalucía, y su relegación a unidad administrativa dependiente de la Biblioteca de Andalucía” que, en opinión del documento, son “verdaderamente alarmantes y parecen ignorar la importancia de la Música de Andalucía, que hace solo unos años conseguía el reconocimiento del Flamenco como Patrimonio de la Humanidad”.

Y abunda en lo anterior al subrayar, además, que “la Biblioteca de Andalucía desde el momento de su creación hasta hoy, sigue sin tener un edificio adecuado a sus posibilidades y dormita alojada en los locales de la Biblioteca Pública Provincial de Granada. ¿Cómo puede tener una “unidad” una Biblioteca que no existe?”.

Ya lleva más de un millar de firmas en la plataforma change.org, entre otras y otros, Juan Pinilla, Andrés Neuman, Gracia Morales, Juan Vida, Pepa Merlo, Angeles Mora, Javier Vela o Amparo Sánchez

No hay faceta cultural en la que no quede la Junta retratada

La Junta solo presume de la próxima Ley del Flamenco, una obligación, tras la la inscripción de la Unesco en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Pero casi no quedan facetas culturales en las que no quede la Junta retratada. En la víspera del inicio de Zaidín Rock, que este año cumple cuarenta años, la asociación vecinal de barrio que organiza el más veterano y relevante de los festivales de música gratuitos de cuantos se celebran en Europa, lamentaban que el Gobierno andaluz había rechazado apoyar con 18.000 euros el certamen, “referente a nivel nacional e internacional de la música, tanto por la existencia de artistas y bandas de reconocido prestigio, como por la enorme programación que ofrece”.

Es como si el PP se decantara por la Cultura de Tele5, en lugar de la decida apuesta de La2

Lo expresaba el concejal de Turismo de Granada, Eduardo Castillo, quien contrapuso la negativa de la Junta a respaldar al festival gratuito granadino, a los 4,2 millones de euros con los que, por el contrario, subvenciona el Andalucía Big Festival de Málaga, que se celebra esta semana, como el Zaidín Rock, con deslumbrantes bandas internacionales.

Una subvención millonaria, concedida a dedo y en exclusiva por la Junta de Andalucía, a una empresa foránea, con cargo, en un 80 por ciento a los fondos europeos destinados a la recuperación del sector cultural andaluz, que generó la fuerte crítica de promotoras musicales y festivales andaluces, al sentirse, con toda la razón, despreciadas y considerar una competencia desleal.

El legado ha sido generoso con Granada, como en el resto de Andalucía. Pero para una ciudad que aspira por derecho a ser la Capital Cultural Europea, el descomunal patrimonio monumental no puede ser solo su baza principal. Aún queda mucho por hacer y la Cultura en Granada no ocupa el lugar que merece, pese a ser un núcleo artístico de referencia nacional e internacional, que deslumbra, en música, literatura, entre otras, gracias a la iniciativa privada. Ha perdido Granada una ocasión única de conmemorar como merecía el Centenario del Concurso de Cante Jondo y reivindicarse como ciudad mundial del flamenco. Salvo alguna excepción, acciones deslavazadas, descoordinadas, sin un plan organizado con tiempo, cuando hubiera merecido una comisión interinstitucional y apostar decididamente por la efeméride.

Con todas sus bondades, el Milnoff no alcanza ni la categoría ni la repercusión de la Bienal de Flamenco de Sevilla, este año dedicado, precisamente al Centenario del Concurso que promovieron, entre otras personalidades, Falla y Lorca, con su primer premio a la granadina Eva Yerbabuena, entregado por Felipe VI, y con pregón de Laura García Lorca.

El Centro Lorca no termina de arrancar y convertirse en lo que se aspiraba: una sede de referencia mundial en el estuido y la difusión del universal poeta y dramaturgo y el que fuera centro cultural de prestigio durante 30 años, en Puerta Real, gestionado por CajaGranada, donde se vieron las mejores exposiciones en la provincia, sigue vacío sin saber muy bien a qué se va a dedicar. ¿Y de aquella agenda cultural para que no coincidieran en un mismo día actividades de relevancia? Tanto por hacer.

Y sin Cultura ni Educación, no hay sociedad que avance ni pensamiento crítico con la que afrontar un complicado mundo.

Y sin Cultura ni Educación, no hay sociedad que avance ni pensamiento crítico con la que afrontar un complicado mundo

Aunque muchas y muchos, en esta Andalucía, como en el resto de España y del mundo, se conformen, con el agravante, de que saben leer y escribir, pero no ejercen, y engrosan esa masa de gente que poco le importa la Cultura y engrosan esa categoría, a las que el mercado cuida y mima, adormecidos con la superficialidad, lo frívolo vacuo.

Camino de ser mayoría dominante, aunque sin saberlo, sea la dominada, por despreciar la Cultura y entregarse al nuevo analfabetismo. Contra el que hay que rebelarse.