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No aprovechar el potencial de Granada es un acto de incompetencia

La ciudadanía pide Cultura para todos

Cultura - Juan I. Pérez - Domingo, 21 de Junio de 2015
Una vivienda en la calle Molinos, en el corazón del Realejo. En la ventana, un cartel en el que se puede leer: La cultura/corre/Intercambio. Y ofrece libros de diversas clases y autores, entre ellos, una pequeña colección en su caja de cartón.
Una iniciativa original en una vivienda del realejo.
A.V.
Una iniciativa original en una vivienda del realejo.
No es solo un BookCrossing, esa práctica de dejar libros en lugares públicos para que cualquier lector o lectora los recojan, con la intención de que después hagan lo mismo. Es algo más.
 
La promotora de la iniciativa, la inquilina de la vivienda, habla de por qué no compartir la cultura. Si ella los ha leído hace tiempo y esperaban en su biblioteca a ser de nuevo disfrutados. Por qué no ofrecérselos a cualquiera que quiera leerlos. No es necesario, piensa, registrarlos en la base de datos oficial de BookCrossing, para saber el recorrido de los libros. No. Lo realmente trascendental, lo que importa, es ofrecer lo que uno tiene para que otro pueda disfrutarlo.
 

La venta de la vivienda del Realejo con los libros y el cartel. A.V.

Es un gesto maravilloso, de querer ofrecer cultura para todos y todas. Así de sencillo. La cultura que está en su mano. La accesible.

Escuchas la sencilla explicación de la promotora de la iniciativa y piensas que algo está cambiando

 
Y escuchas la sencilla explicación de la promotora de la iniciativa y empiezas a creer que algo está cambiando. Que el gesto de generosidad refleja un nuevo estado de opinión. La ciudadanía es generosa y quiere compartir sus pequeñas grandes cosas. En este caso la cultura, en otros su ayuda desinteresada a familias para paliar la crisis profunda en la que estamos instalados.
 
Cerca de la vivienda, poco antes del descubrimiento, en el Cuarto Real de Santo Domingo, la  cola para acceder al concierto de un cuarteto programado por el FEX era interminable. Muchos se quedaron fuera. Era gratuito.
 
El sábado contábamos el gran concierto de fin de concurso de los alumnos de Gabba Hey en la Plaza de La Pasiegas. La respuesta del público fue excepcional. Era gratuito.
 
No se trata de simplificar que cuando es gratis responde la ciudadanía. Necesitamos cultura. Cultura para todos y para todas. Como un bien preciado que hay que preservar. Como un servicio público, tan necesario como otros.
 
Atender las necesidades básicas de la población, es lo prioritario. Y un empleo digno y de calidad, por supuesto.

No aprovechar el potencial cultural de Granada es un acto de incompetencia

 
Pero la Cultura no puede estar relegada para las élites, para el que se la pueda pagar, como un seguro médico. Debe ser accesible, universal. Para todas las edades y todos los públicos.  Llevarla a todos los rincones es una prioridad de las instituciones, de la clase política.
 
Granada es, pese a todo, una potencia cultural universal. Dónde se concentran tantos escritores, poetas, músicos, artistas, compañías teatrales… que dan prestigio a la ciudad, a la provincia.
 
No aprovecharlo es un acto de inconsciencia y de incompetencia.
 
La ciudadanía demanda Cultura. Y las instituciones, si fueran fiel reflejo de la ciudadanía a la que mandan, deben atender esta demanda con la misma generosidad que practican hombres y mujeres anónimos.
 
Y eso debería ser un compromiso irrenunciable, otra forma de mejorar la calidad de vida.