El sindicato de los periodistas
Un monumento en la Placeta de los Peregrinos recuerda a Constantino Ruiz Carnero, director de El Defensor de Granada, fusilado por los franquistas en la tapia del cementerio por ser amante de la verdad y valiente para contarla. Según Ruiz Carnero, la pluma debe servir para algo más útil que escribir bellas notas de color o emborronar cuartillas, “ha de formar el alma del pueblo”. Por eso denunció en las páginas de El Defensor el despotismo de caciques y terratenientes, que le costó la vida. Ruiz Carnero también representa a los más de 2.000 periodistas asesinados en el mundo, en los últimos 20 años, cuando intentaban informar.
El monolito que le rinde homenaje está situado justo donde se encontraba la sede del diario republicano, cerrada violentamente por los golpistas en 1936. Ruiz Carnero y El Defensor se han convertido hoy en un símbolo del derecho a la información, donde los periodistas nos concentramos cada vez que hay un ataque contra la libertad de prensa, como el atentado terrorista sufrido por la revista humorística francesa Charlie Hebdó.
Enfrente del monolito, podemos ver la puerta de la Asociación de la Prensa de Granada, cerrada a cal y canto. La junta directiva que salió elegida en las últimas elecciones intentó salvarla con una gestión transparente, pero se encontró con una entidad en quiebra. Un agujero económico de más de 160.000 euros, que resultó ser letal para la supervivencia de esta asociación y, lo peor de todo, mandó al paro a dos compañeras.
Lo cierto es que la Asociación de la Prensa de Granada, fundada por Luis Seco de Lucena en 1912, había dejado de representar a los periodistas en los últimos años y parecía defender otros intereses. Ocurrió lo mismo en la época de Seco de Lucena, cuando Juan Pedro Mesa de León y Ruiz Carnero se vieron obligados a fundar la Asociación de Periodistas, al comprobar que la Asociación de la Prensa sólo defendía los intereses de los empresarios.
Afortunadamente, los profesionales de la información tenemos hoy el Sindicato de Periodistas de Andalucía, cuya presencia en los comités de empresa de los medios informativos es decisiva para evitar despidos y mejorar condiciones laborales, en una profesión cada vez más precarizada y humillada. Ahí están los llamados “periodistas a la pieza” que cobran por línea publicada, cuando cobran. Los abogados del sindicato defendieron a los trabajadores en los expedientes de regulación de empleo de diarios como La Opinión y el último ejemplo de acción sindical desarrollada por el SPA lo tenemos en el conflicto de Unidad Editorial, empresa editora de El Mundo, que amenaza con dejar en el paro a 224 periodistas más, en un colectivo que ha sufrido 11.151 despidos, desde que empezó la crisis en 2008.
En un momento en el que la profesión se juega su futuro, los periodistas necesitamos mucho más que una Asociación dedicada a celebrar el centenario y organizar exposiciones. Cuando la profesión está más cuestionada que nunca, hace falta un sindicato con la valentía necesaria para denunciar la manipulación informativa de los grupos mediáticos y para reivindicar el derecho de la ciudadanía a recibir una información plural, acorde con una sociedad democrática. En eso está el Sindicato de Periodistas de Andalucía.
Por Francisco Vigueras