Profesionales del Clínico se forman en lengua de signos para atender a personas sordas
Treinta profesionales del Hospital Clínico San Cecilio han recibido formación básica en Lengua de Signos Española (LSE) para eliminar barreras en la atención a las personas sordas.
El objetivo, según informa el hospital, es mejorar la atención que se presta a este colectivo, especialmente a las mujeres víctimas de violencia de género, ya que los centros sanitarios son junto a los servicios sociales y los cuerpos y fuerzas de seguridad los primeros en tener contacto con ellas. De esta forma se pretende que los profesionales puedan entender mejor las dificultades a las que se enfrentan estas mujeres y facilitar así un trato sensible y acorde a las circunstancias.
La formación es impartida por la Agrupación de Mujeres Sordas ‘10 de febrero’, que viene desarrollando estas acciones en colaboración con la Diputación de Granada. En ella se ofrecen nociones básicas sobre la comunidad sorda, así como expresiones clave para comunicarse con mujeres víctimas de violencia de género, eliminando muchas de las barreras que estas encuentran en su día a día.
Los profesionales del hospital participantes pertenecen a diversas especialidades y áreas que trabajan en la atención directa al paciente y para los que es fundamental desarrollar estas habilidades comunicativas. Se trata de que estas mujeres puedan comunicar con una mayor facilidad a personas oyentes su situación de maltrato y paliar los efectos de la violencia de género.
La acción formativa incluye además una guía editada por la Agrupación y materiales audiovisuales complementarios con los que se puede reforzar las nociones básicas recibidas de forma presencial. A través del taller se propone también, según, las formadoras “un espacio de trabajo y aprendizaje, donde las experiencias y dificultades de estas mujeres son la base principal, mostrando también las habilidades necesarias para comprender sus sentimientos. En definitiva, se trata de intentar favorecer un trato sensible y empático”.
El desarrollo de esa actividad permite avanzar al hospital en tres importantes líneas de trabajo: humanizar la atención sanitaria, fomentar la participación ciudadana y la relación entre profesionales y ciudadanía así como mejorar las herramientas de atención y prevención de la violencia de género