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EL CONJUNTO QUE PUDO HABER SIDO Y NO FUE (I parte)

Monumento a Isabel la Católica (1892): un proyecto trasquilado por el Gobierno

Cultura - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 1 de Junio de 2025
Gabriel Pozo Felguera nos deslumbra con la sorprendente historia de un monumento desgraciado desde sus orígenes, que provocó que su autor, Mariano Benlliure, no lo firmara, tras encargárselo directamente el presidente del Gobierno, Cánovas del Castillo, para una celebración, la del IV Centenario de la Toma de Granada, que fue un desastre. ¿Sabías que el monumento, en contra de lo que se piensa, no representa a una escena en el campamento real de Santa Fe? Por el mejor cronista de Granada.
Reconstrucción hipotética del primer boceto de Benlliure (1890).
LUIS RUIZ RODRÍGUEZ.
Reconstrucción hipotética del primer boceto de Benlliure (1890).
  •  Dos concursos fallidos para labrar el monumento en Granada abocaron al presidente Cánovas a encargarlo directamente, pero con presupuesto rebajado el 20%

  • Mariano Benlliure eliminó de su propuesta inicial las figuras de Boabdil, Gran Capitán, Conde de Tendilla, Cardenal Mendoza y Fray Pérez de Marchena

La escultura a Isabel la Católica-Colón es la más destacable de los bronces de Granada. Obra de Mariano Benlliure (1862-1947). Fue la contribución del Estado al IV Centenario de la Toma de Granada y del Descubrimiento de América. Un desastre de celebración en la provincia. Fue un monumento desgraciado desde sus inicios: el primer concurso para hacerlo fue declarado desierto; al segundo no se presentó nadie. Hasta que el presidente del Gobierno ─Cánovas del Castillo─ lo adjudicó a dedo a Benlliure, pero con el 20% de recorte presupuestario. El artista se vio obligado a rebajar las pretensiones de su propuesta inicial de gran conjunto: eliminó la figura de Boabdil y cuatro destacados cristianos que cubrían a la Reina bajo un dosel. También se suprimieron los dos bajorrelieves originales con escenas de la Toma de Granada; fueron sustituidos por una batalla en Vélez y el recibimiento de Colón en su primer regreso a Barcelona. Al menos ha sobrevivido el imponente dibujo que trazó el escultor para un lateral (y que no fundió). El fabuloso conjunto resultante adolece de incongruencias documentales. El genial maestro no quedó plenamente satisfecho con su trabajo y no lo firmó. Ni sus herederos con el entorno donde está ubicado hoy.

El Gobierno de España puso en marcha (principios de 1890) la idea de un programa de actos para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América. Iría unido a la efeméride surgida con la Toma de Granada a principios de 1492, hechos relacionados e inseparables

El Gobierno de España puso en marcha (principios de 1890) la idea de un programa de actos para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América. Iría unido a la efeméride surgida con la Toma de Granada a principios de 1492, hechos relacionados e inseparables. Se formó una comisión que presidía por entonces Mateo Sagasta, jefe del Gobierno. Habría actividades literarias y celebraciones. Se fijaron como primeros objetivos mejorar el sepulcro de Colón (por entonces en La Habana); celebrar una exposición de arte retrospectivo en Madrid, especialmente de objetos religiosos; y convocar concursos para levantar monumentos en las ciudades relacionadas con el evento: Barcelona, Granada, Huelva, Salamanca y Valladolid.  En aquella comisión estatal incluyeron a dos personas que tenían mucha relación con Granada. El catedrático y senador granadino Juan Facundo Riaño y el escritor cordobés Juan Valera, que se había formado en la Universidad de Granada.

La ciudad de Granada, por su parte, promovió iniciativas de menor calado

La ciudad de Granada, por su parte, promovió iniciativas de menor calado: concurso para un busto en yeso de Colón, bajorrelieves, estudios históricos sobre la Toma y Capitulaciones de Santa Fe, también de pintura historicista relacionada con el momento. De aquello quedaron poco más que algunos bocetos y libros premiados por la Real Maestranza de Caballería y el Ayuntamiento (Colón en Santa Fe y Granada, de Paula Valladar, y “La Toma de Granada y caballeros que concurrieron a ella”, de Joaquín Durán y Lerchundi).

Relieve en barro de Isidoro Marín, presentado a concurso de la Económica, que representa a Colón negociando con los Reyes Católicos en presencia de dos frailes, Fray Juan Pérez y Fray Antonio de Marchena. COLECCIÓN CARLOS SÁNCHEZ.

En Granada se haría un conjunto escultórico y en Barcelona un arco de triunfo

La primera decisión que tomó el Gobierno de Madrid en cuanto a los monumentos de Granada y Barcelona se conoció por un decreto (La Gaceta de Madrid, 2 de agosto de 1890) en el que se convocaba el concurso entre escultores y arquitectos. En Granada se haría un conjunto escultórico y en Barcelona un arco de triunfo. Con el monumento de Granada se pretendía perpetuar “el recuerdo de las grandezas del año 1492, como el momento más glorioso de la nacionalidad española y principio de una nueva era en la historia del mundo, simbolizando especialmente los dos grandes acontecimientos de aquella época, a saber: la Conquista de Granada y el descubrimiento de América”.

La obra debía estar acabada y colocada en su lugar antes del 12 de octubre de 1892. Se encomendaba a la Academia el seguimiento del trabajo del escultor para que no se apartase de la propuesta

Se destinarían 250.000 pesetas a financiar el conjunto escultórico. Se podrían presentar artistas españoles, con “plena libertad para imaginar, combinar y trazar las estatuas, relieves y demás partes de solidez y ornato que constituyan la obra, debiendo presentar los modelos y proyectos en la Real Academia de San Fernando, dentro del plazo de tres meses”. El tamaño de los modelos a concurso sería a escala de un cuarto de la obra final. Se podrían presentar con sus nombres o con pseudónimo. El monumento se haría en mármol Rabaggione y su basamento en piedra de Sierra Elvira o Macael. El pedestal sería macizo. Confiaron a la sección de escultura de la Real Academia de San Fernando elegir la obra ganadora y proponerla al Gobierno. La obra debía estar acabada y colocada en su lugar antes del 12 de octubre de 1892. Se encomendaba a la Academia el seguimiento del trabajo del escultor para que no se apartase de la propuesta.

Gaceta de Madrid del 2 de agosto de 1890 convocando el concurso para proveer de un monumento a Granada con motivo del IV Centenario de la conquista de la ciudad y Descubrimiento de América.

El presupuesto, fijado en 250.000 pesetas, no se podría superar

El presupuesto, fijado en 250.000 pesetas, no se podría superar. En el caso de Barcelona, se instaba a la sociedad catalana a que contribuyese con donaciones para poder engrandecer su arco. Nada se aludía a colectas populares respecto de la que se iba a colocar en Granada. La ciudad prepararía su propio programa de actos.

Se dejaba en manos de la Academia de Bellas Artes Virgen de las Angustias la elección del lugar donde ubicar el conjunto monumental en Granada. (Aunque al final lo impuso el Ayuntamiento)

Echaba a andar el reloj del monumento mixto al IV Centenario de la Toma de Granada y del Descubrimiento, ambos hechos con origen en esta ciudad. Se dejaba en manos de la Academia de Bellas Artes Virgen de las Angustias la elección del lugar donde ubicar el conjunto monumental en Granada. (Aunque al final lo impuso el Ayuntamiento).
 

Primer concurso desierto

A finales de noviembre de 1890 se reunió el jurado de la Academia de San Fernando para emitir el fallo del concurso abierto entre cuatro escultores presentados. Seguramente su decisión estuvo influida por las frías opiniones del público que vio previamente los trabajos expuestos, también por los pareceres de los críticos de prensa. El concurso fue declarado desierto. No obstante, mostraron su predilección por la idea que presentó el joven escultor Mariano Benlliure (28 años), establecido en Roma y que viajó a Madrid a estar presente en la decisión del jurado. Además de Benlliure, habían presentado ofertas los escultores Antonio Susillo Fernández, Arturo Mélida y José Alcoverro. Pero ninguna de ellas acabó por satisfacer plenamente el gusto del jurado. En su dictamen elevado al Gobierno argumentaban que lo más flojo de los cuatro proyectos eran las deficiencias en la línea arquitectónica, es decir, flaqueaban más como arquitectos que como escultores. Ponían como ejemplo “desdichado” el pedestal que sostenía el conjunto de Isabel la Católica entrando en Madrid (inaugurado en la Castellana en 1883), de Manuel Oms. Precisamente en éste se había basado Benlliure para diseñar su propuesta; Manuel Oms fue compañero suyo de taller en Roma cuando modelaba el conjunto de Isabel entrando en Granada; lo hizo como homenaje al amigo fallecido pocas semanas antes.

Monumento de Isabel la Católica entrando en Granada, instalado en la Castellana de Madrid (1883). La Reina, a caballo, acompañada del Gran Capitán y Hernando de Talavera. El primer basamento (foto izquierda) de Manuel Oms fue el que sirvió de inspiración a Benlliure para su propuesta inicial del monumento en Granada (Fue cambiado por otro pedestal al trasladar la estatua madrileña).

El periódico 'El Imparcial' del 30 de noviembre (nada más conocerse el fallo) alababa la calidad del “insigne escultor” que había regresado de Roma para presentar su obra en Madrid

El periódico El Imparcial del 30 de noviembre (nada más conocerse el fallo) alababa la calidad del “insigne escultor” que había regresado de Roma para presentar su obra en Madrid. Escribía que la obra “es un asombro de grandeza, de inspiración y de trabajo”. Además de la maqueta, circularon fotografías que ningún periódico tenía capacidad para reproducir. Es una pena que no se hayan conservado.

Pero por la descripción literaria podemos hacernos una idea aproximada de cómo fue el primer monumento ideado por Benlliure para Granada: Sobre un pedestal octogonal de cuatro caras grandes y otras cuatro menores, hecho en arquitectura de aspectos árabes, descansaría el conjunto principal. Estaba formado por la reina Isabel sentada sobre una silla gótica elevada sobre un pequeño estrado o escalinata, sujetando un documento que le entregaba Cristóbal Colón. A la derecha estaba el Almirante cruzando la mirada con ella y dándole explicaciones, en actitud noble, grandiosa y elocuente (prácticamente igual a las dos figuras actuales). A la izquierda de la Reina había una tercera figura de escala similar a Colón; era la del rey Boabdil “poniendo amargamente a los pies de la reina de Castilla la espada que no supo esgrimir con heroico tesón”.

Los portadores del dosel eran: Gonzalo Fernández de Córdoba, el Conde de Tendilla, el Cardenal Mendoza y Fray Pérez de Marchena

Todo ese cuerpo central octogonal le confería un aire de redondez al bulto emergente. Lo coronaba un friso gótico del que nacían cuatro doseletes que cubrían las tres estatuas principales, a modo de un palio sin tela central, pero con pequeñas colgaduras. Sus cuatro varales eran sostenidos por cuatro personajes de los más importantes en la vida de la Reina, de la Toma de Granada y del Descubrimiento. La escala de estos personajes secundarios era de menor tamaño. Los portadores del dosel eran: Gonzalo Fernández de Córdoba, el Conde de Tendilla, el Cardenal Mendoza y Fray Pérez de Marchena.

Aunque la principal aportación eran dos bajorrelieves en bronce que representaban sendas estampas relacionadas con lo que se pretendía celebrar

Las ocho caras del prisma octogonal en piedra de Sierra Elvira estaban llenas de símbolos y otros nombres del evento. Aunque la principal aportación eran dos bajorrelieves en bronce que representaban sendas estampas relacionadas con lo que se pretendía celebrar: uno recordando la entrevista de Colón en el campamento de Santa Fe del 17 de abril de 1492 recibiendo el encargo; el otro sería el momento en que el rey Fernando rechazaba un ataque nazarita al campamento cristiano de Santa Fe. O, alternativamente, los capitanes del ejército cristiano tremolando el pendón de Castilla desde una torre de la Alhambra.

Habían resultado falsos los rumores previos al fallo del jurado sobre que había sido convocado un concurso para justificar igualdad de oportunidades, cuando de antemano ya estaba designado el vencedor

Habían resultado falsos los rumores previos al fallo del jurado sobre que había sido convocado un concurso para justificar igualdad de oportunidades, cuando de antemano ya estaba designado el vencedor. Todos fueron descalificados

Prisas, adjudicación directa y modificación del proyecto

Hubo novedades políticas en la preparación del IV Centenario. Transcurrió casi medio año de 1891 sin que la Comisión tomase ninguna decisión sobre el monumento conmemorativo de Granada. Había cambiado el Gobierno; estaba como nuevo presidente Cánovas del Castillo. El 12 de abril volvía a publicarse otra convocatoria, esta vez directamente y más detallada por la Academia de San Fernando. El preámbulo de deshacía en elogios de la reina Isabel de Castilla, sin dedicar ni una sola mención a Fernando, como si él no hubiese tenido nada que ver en la guerra de Granada y descubrimiento de América: “La Nación no podía dejar de recordarla dignamente y ha creído que la manera más propia de hacerlo es elevarle un monumento en la ciudad encantadora del Darro y del Genil; allí donde lanzó su último suspiro la raza vencida, y su poderoso grito de triunfo la vencedora; allí donde por proverbial coincidencia, la gran Reina acogió el pensamiento de Colón, lanzando a través de mares desconocidos, en busca de un nuevo mundo, la Cruz del Salvador, cuyo glorioso estandarte acababa de tremolar victorioso en las torres de la Alhambra”. Quizás de esta soflama de los académicos partiera el ninguneo a Fernando, el capitán general de los ejércitos; sólo aparece su nombre en un costado.

Las condiciones de esta segunda convocatoria puntualizaban:

1. La estatua será de mármol sobre pedestal, también de mármol, colocada encima de una gradería. La aislará una artística reja.

2. La estatua aparecerá de pie y su dimensión será de cuatro metros, comprendido el plinto. El pedestal será proporcionado.

3. Deberá presentarse a la Reina Católica en actitud noble y majestuosa y con todos los caracteres adecuados a personificar y representar esta gran figura histórica.

4. La composición, estilo, proporciones y ornamentación quedan a libre inspiración del artista, teniendo muy en cuenta la importancia de persona a quien se consagra y la cantidad destinada a costear el monumento.

5. En los laterales del pedestal se presentarán, en bajorrelieves, los dos grandes hechos del descubrimiento de América y la rendición de Granada. En el frente anterior se leerá la inscripción que oportunamente acuerde la Comisión, y en el posterior se esculpirá una alegoría de unión de los reinos de Aragón y Castilla.

Era la misma convocatoria, pero con una rebaja del 20% de la publicada ocho meses atrás. Ningún escultor presentó proyecto

6. Materiales. Mármol Rabaggione blanco puro para la estatua de la Reina y para los bajorrelieves del pedestal y demás esculturas que se proyecten. Rabaggione más oscuro o veteado, de segunda clase, para la arquitectónica de pedestal y los graderíos; y para el zócalo de la verja se empleará mármol de Sierra Elvira.
 

7. El pedestal será macizo o sillería unida, cuyo tizón no sea menor de 60 centímetros. Las piezas se engraparán con bronce.

8. Se presentarán modelos de al menos ¼ de la escala final.

9. Llevarán una memoria detallada en la que el artista exponga su idea, con planos acotados.

10. El segundo clasificado recibirá 3.000 pesetas como accésit

11. Se asigna la cantidad de 200.000 pesetas como precio total de la obra ganadora, incluidos todos los gastos de transporte e instalación. Se entregará totalmente instalada antes del 12 de octubre de 1892

12. Los modelos irán firmados por sus autores. (No se aprecia firmado, a simple vista, el actual en las partes bajas del bronce. Tampoco los bajorrelieves).

Era la misma convocatoria, pero con una rebaja del 20% de la publicada ocho meses atrás. Ningún escultor presentó proyecto.

Así es que Cánovas llamó al escultor cuyo proyecto había concitado menos rechazo o cosechado mayores elogios; era Mariano Benlliure. Mantuvieron una reunión el 3 de enero de 1892, Benlliure acudió con un modelo en barro y acordaron suscribir el contrato mediante adjudicación directo

El tiempo se echaba encima y el nuevo ejecutivo descartó repetir por tercera vez la convocatoria y perder otro medio año en los plazos. Así es que Cánovas llamó al escultor cuyo proyecto había concitado menos rechazo o cosechado mayores elogios; era Mariano Benlliure. Mantuvieron una reunión el 3 de enero de 1892, Benlliure acudió con un modelo en barro y acordaron suscribir el contrato mediante adjudicación directa.

El monumento a Isabel la Católica de Granada lo haría Benlliure en su estudio de Roma y en la fundición de Alessandro Nelbi; en tanto que la piedra del basamento estaba en las canteras de Sierra Elvira, a legua y media de Granada. El mármol Rabaggione descartado. Los planos los enviaría directamente a los canteros granadinos. Una verja, también dibujada por Benlliure, sería encargada por él mismo cuando llegara a la ciudad a hacer la instalación (La hizo fundición Roca. Es la que está recolocada entre los contrafuertes de la Capilla Real).

Ante aquella importante rebaja y las observaciones recibidas del jurado de la Academia, también Benlliure impuso sus condiciones: la haría en su taller de Roma sin someterse a supervisión de nadie

Pero durante la negociación directa con el presidente del Gobierno éste le recordó que el precio de adjudicación no sería el de la primera convocatoria, sino el de la segunda, un 20% menor, dejándolo en 200.000 pesetas (Hoy superaría ampliamente un millón de euros). Ante aquella importante rebaja y las observaciones recibidas del jurado de la Academia, también Benlliure impuso sus condiciones: la haría en su taller de Roma sin someterse a supervisión de nadie; y también redujo y modificó considerablemente los elementos de su maqueta inicial.

Reconstrucción ideal del primer boceto de Benlliure, a partir de la descripción literaria del proyecto del genial escultor valenciano (Presentado al concurso de la Real Academia de Bellas Artes San Fernando, convocado en agosto de 1890 y declarado desierto).  1. Dosel que cubriría a la Reina Isabel, sujetado por cuatro personajes históricos de menor tamaño. 2. Isabel la Católica. 3. Cristóbal Colón. 4. Pergamino que Colón muestra a la Reina con las condiciones para viajar. 5. El Rey Boabdil postrado. 6. Espada gineta que Boabdil deposita en el estrado. 7. Gran alfombra que baja de los escalones del estrado. 8. Dos cariátides o figuras alegóricas a Granada y América. 9. Relieves con escenas históricas. 10. Friso con motivos heráldicos. 11. Esquinas en chaflán con unas granadas coronadas. 12. Basamento en piedra de Sierra Elvira con los dos bajorrelieves y nombres de personalidades del momento. 13. Columnas y elementos inspirados en los Palacios Nazaríes. En la versión definitiva Benlliure eliminó las figuras representadas con los números 1, 5, 6 y 7, más las columnas nazaritas 13.

El material de las esculturas no sería mármol sino bronce que era más rápido y con lo que mejor se manejaba por entonces el escultor. La primera figura en caerse del pedestal fue la de Boabdil entregando su espada a los pies de la Reina

Para empezar, el basamento dejó de ser octogonal, con esquinas salientes de estilo alhambreño y pasó a rectangular puro. El material de las esculturas no sería mármol sino bronce que era más rápido y con lo que mejor se manejaba por entonces el escultor. La primera figura en caerse del pedestal fue la de Boabdil entregando su espada a los pies de la Reina. Quedaron solamente la de Colón, un poco a la derecha, no en perpendicular, y la de Isabel de Castilla en su trono. También fueron eliminados los cuatro personajes menores sujetando los varales del dosel que cubriría todo el conjunto.

Pero el hecho ya no ocurría en el pabellón real del campamento de El Gozco, sino que se había reconvertido en una recepción a Colón tras su regreso del primer viaje. El escenario era Barcelona

En cuanto a los dos adornos laterales del pedestal, los bajorrelieves que completaban la historia a modo de cómic isabelino, también sufrieron modificaciones: se incorporó el que representa a Colón ante la corte de los Reyes Católicos… pero el hecho ya no ocurría en el pabellón real del campamento de El Gozco, sino que se había reconvertido en una recepción a Colón tras su regreso del primer viaje. El escenario era Barcelona; aquel encuentro tuvo lugar a primeros de abril de 1493, en el Palacio Real Mayor de Barcelona o en el Monasterio de San Jerónimo de la Murtra (Badalona). Se ve la arquitectura de un edificio gótico catalán que rodea la estancia. No obstante, se aparta de las pinturas historicistas y de las crónicas que describen a Colón rodeado de indios taínos y animales exóticos traídos como presentes a los monarcas. También es probable que el escultor cometiera otro error al pensar que Santa Fe tenía ese tipo de arquitectura (Mucha gente sigue creyendo todavía que se refiere a Santa Fe).

Último boceto que pintó mariano Benlliure del conjunto a principios de 1892, a partir de cual modeló el barro. PERIÓDICO EL LIBERAL.
Bajorrelieve de la cara norte (arriba), que representa al rey Fernando acometiendo al ejército nazarita en la toma de Vélez-Málaga. Debajo, de la cara sur. Los Reyes reciben a Colón en el Palacio Real Mayor de Barcelona, abril de 1493, tras su represo del primer viaje a Indias. En este dibujo de la Ilustración Española se decía que era de la firma del pacto en Santa Fe. Eso dio pie al error repetido desde entonces, ya que la arquitectura de la sala corresponde al gótico catalán.

Desapareció del proyecto definitivo el bajorrelieve previsto de la tremolación del estandarte desde la Torre de la Vela (o de Comares, según otras fuentes) aquel día 2 de enero en que se verificó la entrega de la ciudad

Desapareció del proyecto definitivo el bajorrelieve previsto de la tremolación del estandarte desde la Torre de la Vela (o de Comares, según otras fuentes) aquel día 2 de enero en que se verificó la entrega de la ciudad. En su lugar fue colocado otro cuadro que representa la toma de Vélez-Málaga (1487), donde el rey Fernando corrió serio peligro de muerte. Lo mismo le ocurrió al de Fernando rechazando la arremetida de los nazaríes contra el campamento de Santa Fe. Aunque quedó la nebulosa de si en realidad no se trataría de la acometida de Santa Fe.

Nunca se supo cuál fue el motivo de aquellos cambios de última hora. Fundió escenas diferentes en lugar de las estampas de la toma de la Alhambra o de la escaramuza de Santa Fe

Nunca se supo cuál fue el motivo de aquellos cambios de última hora. Fundió escenas diferentes en lugar de las estampas de la toma de la Alhambra o de la escaramuza de Santa Fe. Representa una escaramuza en la que no hay una referencia paisajística ni simbólica concreta que se refiera a Vélez ni al rey Fernando. Podría valer para cualquier otra toma de ciudad de las representadas en la sillería de la catedral de Toledo. ¿La tenía ya hecha previamente el escultor y recurrió a ella ante la falta de plazo? Eso nunca lo sabremos. La prensa sí hizo constar la premura de tiempo, que le requirió partir inmediatamente para Roma.

Una estatua en ocho meses de trabajo

Entre enero y septiembre de 1892, Benlliure trabajó frenéticamente con su equipo en infinidad de encargos. De vez en cuando se publicaban notillas en la prensa madrileña y granadina que dejan ver la enorme dedicación y las prisas que le estaba dedicando al encargo del Descubrimiento.

El 15 de septiembre de 1892 ya estaba en Granada Mariano Benlliure para dirigir los trabajos de colocación de su monumento. La obra, por piezas, le había precedido. Le pareció perfecto el punto de colocación elegido por el Ayuntamiento, en la confluencia de los paseos de la Carrera y del Salón

El 15 de septiembre de 1892 ya estaba en Granada Mariano Benlliure para dirigir los trabajos de colocación de su monumento. La obra, por piezas, le había precedido. Le pareció perfecto el punto de colocación elegido por el Ayuntamiento, en la confluencia de los paseos de la Carrera y del Salón. La Reina miraría hacia Sierra Nevada, a ambas figuras principales se les vería de perfil según bajábamos por la Carrera de la Virgen. Las primeras descripciones decían que iba soportado sobre un grandioso basamento que sostiene las dos figuras; en las caras laterales, dos altos relieves representando uno el episodio ocurrido en el sitio de Vélez-Málaga. Lo comparaban con otro parecido sobre la toma de Algeciras en el monumento a don Diego de Haro (colocado en Bilbao dos años antes).

En cuanto al otro bajorrelieve, se creyó inicialmente (y así lo publicó y reprodujo la prensa del momento) que se trataba de la firma del contrato entre los Reyes y Colón en el campamento de Santa Fe. Definían el monumento muy al estilo del gusto renacentista florentino en cuanto a su ornamentación. Habían desaparecido los guiños a la arquitectura árabe. Es plenamente gótico en todos sus aspectos.

El flaco e “imberbe” Benlliure, hacia 1900, retratado por Ramón Casas. MUSEO NACIONAL DE CATALUÑA.

“Nótase en él bastante desaliento y quizá no tenga la fuerza física necesaria para concluir otros encargos y obras de gran empeño. Es muy de lamentar el estado del notable artista”

Los periodistas locales destacaron la asombrosa fecundidad del “imberbe” Mariano Benlliure (30 años). Además del monumento granadino, en lo que iba de año se había apuntado los de la regente María Cristina, el General Cassola, dos relieves pompeyanos, dos estatuas para el palacio de la duquesa Ángela de Medinaceli en la Castellana de Madrid; también trabajaba en el mausoleo de Gayarre y en unos relieves para el salón de Marguai en Nueva York. No obstante, resaltaban que su exceso de trabajo le hacía parecer no estar en plena salud: “Nótase en él bastante desaliento y quizá no tenga la fuerza física necesaria para concluir otros encargos y obras de gran empeño. Es muy de lamentar el estado del notable artista”.

El 29 de septiembre ya tenía montado el pedestal y colocados los dos relieves laterales. Seguiría colocando las dos figuras alegóricas frontales, dos mujeres que representan a Granada y América descorriendo un tapiz con las fechas. Los dos bultos principales quedarían subidos probablemente ese mismo día de la fiesta de San Miguel. La gente podía ver la gradería adornada con filigranas árabes y los emblemas de los Reyes Católicos (castillos, flechas, yugos, leones, granadas). La verja había sido encargada días antes a la Fundición Roca.

Recibiría las felicitaciones de la reina regente María Cristina, del rey heredero Alfonso XIII y de todo el Gobierno, con su presidente Cánovas del Castillo a la cabeza

El escultor viajó a Madrid durante los primeros días de octubre de 1892 para participar como jurado en un concurso. Pero estaría de vuelta para estar en la fiesta del IV Centenario del Descubrimiento de América. Recibiría las felicitaciones de la reina regente María Cristina, del rey heredero Alfonso XIII y de todo el Gobierno, con su presidente Cánovas del Castillo a la cabeza. También se esperaba que llegaran periodistas de todos los medios nacionales, pues en Granada se preveía el arranque de los actos como origen de todo lo ocurrido en 1492.

Al final, el IV Centenario del Descubrimiento de América fue un fiasco en lo referido a Granada. Por incomparecencia de la Regente y del Gobierno. Dieron esquinazo a esta provincia y se centraron en las celebraciones de Sevilla y Huelva

Al final, el IV Centenario del Descubrimiento de América fue un fiasco en lo referido a Granada. Por incomparecencia de la Regente y del Gobierno. Dieron esquinazo a esta provincia y se centraron en las celebraciones de Sevilla y Huelva. Mariano Benlliure cogió su tren a finales de octubre y regresó ninguneado a Madrid, camino de su estudio de Roma. No regresó a Granada hasta el año 1914 para participar en una exposición del Centro Artístico. No quedó plenamente satisfecho con el resultado de su única obra en Granada.

Lo ocurrido en aquel desaire monumental a Granada provocó serias revueltas en la ciudad. Ya lo conté en este mismo diario digital hace un tiempo. Se puede leer en el siguiente enlace: Cuando Granada 'mandó a la porra' a la regente María Cristina y al gobierno de Cánovas, en 1892.

Portada de la Ilustración (22 de octubre de 1892), todavía sin colocar la verja protectora y pendiente de que las autoridades viniesen a inaugurarlo.
Monumento a finales del XIX, en la confluencia de la Carrera de la Virgen y principio del Salón. La verja de forja de Fundición Roca había sido pintada de color blanco. Una escalinata de cuatro peldaños elevaba el basamento.
En esta fotografía se ve como fondo la iglesia de los Escolapios.
Acuarela de Manuel Ruiz Sánchez-Morales, con los Escolapios a la Derecha y Sierra Nevada al fondo.

36 NOMBRES ILUSTRES JALONAN EL MONUMENTO

En las cuatro caras del pedestal, a distintas alturas y con distinto cuerpo de letras, el escultor inscribió los nombres de 36 personalidades que tuvieron mucho que ver en la Guerra de Granada (1482-92), en sus finanzas, la administración de la Corte y las negociaciones de los monarcas para iniciar el viaje a lo desconocido. Parece la cámara de una pirámide egipcia donde la faraona quiso enterrarse con los recuerdos de las personas que más cerca tuvo en su reinado.

La relación de nombres que incluyó está basada en las investigaciones que hizo Joaquín Durán y Lerchundi

La relación de nombres que incluyó está basada en las investigaciones que hizo Joaquín Durán y Lerchundi. Este autor fue fiscal de juzgado y alcalde de Granada (julio de 1890 a julio de 1891). Fue premiado por la Real Maestranza de Caballería en el certamen literario-histórico con motivo del IV Centenario. El estudio se tituló “La Toma de Granada y caballeros que concurrieron a ella” (publicado en 1893).

No conocemos los criterios que utilizó el escultor a la hora de repartir los nombres por el bloque de piedra. Para empezar, al rey Fernando lo ninguneó: no tuvo figura en el grupo escultórico ni desde el primer boceto; se limitó a poner su nombre en mayúsculas bajo el relieve de la batalla de Vélez. En cambio, el del prior de la Rábida de Huelva, Pérez de Marchena, lo puso en preferencia en la cara más vistosa, bajo la fecha de los dos eventos, 2 de enero de 1492, 12 de octubre de 1892.

El resto de los personajes se reparten sin orden cronológico ni temático. Incluso hay dos que están repetidos porque eran las mismas personas que acumulaban varios títulos nobiliarios 

El resto de los personajes se reparten sin orden cronológico ni temático. Incluso hay dos que están repetidos porque eran las mismas personas que acumulaban varios títulos nobiliarios (casos de Ínigo López de Mendoza ─Conde de Tendilla y Duque del Infantado─ y Diego Fernández de Córdoba ─también figura como Conde de Cabra─). No sólo figuran los grandes capitanes de ejércitos que concurrieron, también religiosos, el jefe de la artillería y un ingeniero. La única mujer que incluyó fue la principal dama de compañía y consejera de la Reina, la Duquesa de Moya. También figura uno que nunca tuvo relación con la Toma de Granada, sino con el Gran Capitán en sus guerras italianas.

Buena parte de los que figuran en este monumento también estamparon su firma de confirmación en las Capitulaciones suscritas para la entrega el 25 de noviembre de 1491

Buena parte de los que figuran en este monumento también estamparon su firma de confirmación en las Capitulaciones suscritas para la entrega el 25 de noviembre de 1491.

Las letras de los nombres fueron grabadas en bronces de manera independiente. Diseñadas por Benlliure o sus colaboradores a partir de tipografía gótica de finales del siglo XV. No incluyeron los acentos sobre los nombres. Solamente puso crucetitas como puntos de las íes.

CARA DELANTERA

-Fechas del IV Centenario de la Toma de Granada y del Descubrimiento, en números romanos: 2 enero de 1492, 12 de octubre de 1892.

-Fray Pérez de Marchena. Fray Juan Pérez fue un franciscano español y fraile del convento de La Rábida que vivió en el tránsito de los siglos XV a XVI. Ayudó a Cristóbal Colón a convencer a los Reyes Católicos de apoyar su proyecto de navegación al mar de Occidente desconocido. En realidad, parece que fundió en uno los dos nombres de los frailes que le ayudaron: Fray Juan Pérez y Fray Antonio de Marchena.

-Cardenal Mendoza. Pedro González de Mendoza (1428-1495) fue un eclesiástico, político, militar y mecenas castellano, conocido como Gran Cardenal de España. Perteneciente a la alta nobleza y al linaje de la Casa de Mendoza. Una de las figuras más brillantes de la aristocracia de la segunda mitad del siglo XV. Todos los Mendoza participaron en la Guerra de Granada. Fue uno de los que subió a la Alhambra la mañana del 2 de enero a enseñorear el Pendón de Castilla y la Cruz. 

-Alonso de Quintanilla.  O Alfonso Álvarez de Quintanilla (1420-1500) fue un político y estadista. Tesorero de la Corona en la segunda mitad del siglo XV.  Fue promotor de la Santa Hermandad en la conquista de Granada. Fue reclutador de los más de diez mil peones que la Hermandad envió a la Guerra de Granada. Estuvo en retaguardia encargándose de los aprovisionamientos. 

-Fray Fernando de Talavera. Fray Hernando de Talavera (1428-1507). Monje de la Orden de San Jerónimo, prior del Monasterio de Nuestra Señora del Prado en Valladolid, obispo de Ávila (1485) y primer arzobispo real de Granada (1492-1507), confesor y consejero de Isabel la Católica desde 1475. 

-Marquesa de Moya. Beatriz de Bobadilla (1440-1511). Dama castellana, marquesa de Moya, dama consejera y persona muy próxima a Isabel I de Castilla. Salvó a la reina en el atentado de Málaga. 

-Luis de Santángel. (1439-1498). Fue un prestamista, escribano y mercader encargado de los asuntos financieros del rey Fernando el Católico. Convenció a los Reyes Católicos para que aceptasen el proyecto de Colón hacia el océano. Él mismo financió la mayor parte de la expedición. Fue determinante para la consecución de la expedición de Cristóbal Colón, al que conoció en 1486. Fue en busca del almirante cuando ya se encaminaba hacia Francia a ofrecer su proyecto de navegación al monarca galo. Le hizo retroceder en el Puente de Pinos.

CARA SUR

-Hernán Pérez del Pulgar. El de las hazañas. (1551-1531). Capitán que participó en todas las campañas de Granada (1482-1492). Nombrado gentilhombre por los Reyes Católicos. Logró éxitos militares en Alhama (1482), el castillo de Salar (1486, localidad que recibió en premio), el sitio de Baza (1489) y Salobreña (1490). Escribió por orden de Carlos V el Breve parte de las hazañas del excelente nombrado Gran Capitán (1527).

-Gonzalo de Córdoba. Gonzalo Fernández de Córdoba y Aguilar, el Gran Capitán (1453-1515). De los capitanes más destacados al servicio de los Reyes Católicos. Negoció las Capitulaciones de la rendición del Reino. Perteneciente a la casa de Aguilar, se formó a caballo entre la tradición guerrera de la frontera andaluza y la corte real castellana. 

-Martín de Alarcón. Fue uno de los siete caballeros de confianza del rey Fernando que entraron a la Alhambra a tratar la salida de Boabdil la noche del 8 de diciembre de 1491. Accedieron por un agujero llamado arco del agua cercano a la Puerta Siete Suelos. Se encargó de la vigilancia y traslado de Boabdili cuando fue detenido en Lucena. 

-Alonso de Aguilar. Señor de las villas de Cañete, Priego y Montilla. Hermano del Gran Capitán. Acudió a Alhama a auxiliar al sitiado Marqués de Cádiz, en 1482. Estuvo en el sitio de Loja. Mató al alcaide Aliatar de Loja, suegro de Boabdil. Estuvo en el sitio de Ronda y Málaga. Murió en una escaramuza en Sierra Bermeja a manos de Ferí Ben Estepa, un grupo de moriscos levantados el 18 de marzo de 1501.

-Conde de Miranda. Pedro de Zúñiga y Avellaneda (1448-1492). Fue II conde de Miranda del Castañar, XI señor de Avellaneda, Aza, Fuente Almejir, Peñaranda de Duero, Íscar, Candeleda y otras villas, miembro de la casa de Zúñiga, consejero real de los Reyes Católicos y mariscal de Castilla. Participó en 1482 en la conquista, toma y socorro de la Alhama. 

-Marqués de Villena. Diego López Pacheco y Portocarrero (1447-1529). También llamado Diego Pacheco y Diego Fernández Pacheco. II marqués de Villena, II duque de Escalona, conde de San Esteban de Gormaz, IV señor de Belmonte, señor de Serón, Tíjola, Tolox y Monda. Durante la Guerra de Granada en 1490 fue nombrado capitán general de la frontera y participó en las acciones militares que condujeron a la rendición de la capital. 

-Pedro Ruiz de Alarcón. Capitán de 400 lanzas. Destacó en la feroz toma de Málaga auxiliando al rey Fernando en un portillo abierto. Cayó muerto en la toma de Monda, junto a Tello de Aguilar.

-Pedro Enríquez. Pedro Enríquez de Quiñones. Fue un noble castellano, I señor de Tarifa y IV adelantado mayor de Andalucía. Pedro Enríquez de Quiñones falleció en 1493 a la vuelta de la campaña de la toma de Granada en 1492. Recibió sepultura en la Cartuja de Santa María de las Cuevas de Sevilla.

-Juan Fajardo. Este personaje contiene un error de identificación. Se refiere a Pedro Fajardo Quesada (1444-1482), adelantado de los Vélez. Era hijo de Juan Chacón y Luisa Fajardo. 

-Alonso Montemayor.  Martin Alonso de Montemayor, señor de Montemayor. Mandaba el ala izquierda que acosó el castillo de Bibataubín y la Puerta del Pescado cuando una columna musulmana salió a atacar a la Reina el día que se acercó a ver Granada desde los altos de La Zubia. Se apoderó de la artillería que habían sacado de la ciudad. Mataron a 600 moros en lo que todavía se llama Cortijo de la Matanza e hizo 1.500 prisioneros.

-Duque del Infantado. Íñigo López de Mendoza, Duque del Infantado, Marqués de Santillana, Conde del Real, primo del Rey y de la Reina, primer capitán general de Granada y alcaide de la Alhambra. 

-Duque de Alburquerque. Beltrán de la Cueva y Mercado (1435-1492). Noble, político y militar castellano, considerado uno de los personajes más importantes de su tiempo, por ser la mano derecha de Enrique IV de Castilla, junto a Juan Pacheco, marqués de Villena, y a Miguel Lucas de Iranzo, condestable de Castilla. Combatió en las filas isabelinas durante varios años, tanto en la guerra sucesoria como en el asedio de Granada de 1491. 

CARA TRASERA

-Leyenda con “Acepta Isabel la Católica las proposiciones de Colón en el Real de Santa Fe”.

-Diego Fernández de Córdoba. Primer conde de Cabra, Señor de Baena. Estuvo en el cerco de Baza (Figura dos veces).

-Duque de Medinasidonia. Enrique de Guzmán el Bueno y Meneses. II duque de Medina Sidonia, IV conde de Niebla, I marqués de Gibraltar y VII señor de Sanlúcar II. Destacó en la toma de Alhama en 1482 y Málaga. Es de los más nombrados en todas las crónicas de la guerra de Granada 

-Gutiérrez (sic) de Cárdenas. Gutierre de Cárdenas (1440-1503). Fue figura principal durante el reinado de los Reyes Católicos, siendo comendador mayor de León de la Orden de Santiago, a pesar de no ser caballero, contador mayor de Castilla y alcalde mayor de Toledo. Tuvo el gran honor, en el amanecer del 2 de enero de 1492, de enarbolar su bandera en la torre de la Vela o de Comares; recibió las llaves de la Alhambra de manos de Boabdil en su palacio. Vivió siempre al lado de los reyes, acompañándolos a cuantos lugares marchaban.

-Conde de Benavente. Rodrigo Alonso Pimentel (Ca. 1441-1499). Participó en las guerras de sucesión castellana y en la  guerra de Granada, titulado IV conde y I duque de Benavente. 

-Fedro Fernández de Velasco. (1430-1492). Segundo conde de Haro desde 1470. Fue uno de los colaboradores más destacados de los Reyes Católicos, tanto en la política interna de los monarcas como en la última fase de la conquista de Granada. En 1488 se hallaba don Pedro en Castilla, pues no participó en el asedio y caída de Málaga, aunque sí lo hicieron sus tropas señoriales al mando de su hijo, Bernardino Fernández de Velasco. Esta ausencia hay que achacarla a la avanzada edad del conde de Haro, pues su presencia en las crónicas es muy escasa, lo que puede ser indicativo de que se había retirado de la vida política y militar. Falleció en Burgos a los pocos días de la Toma de Granada. 

-Conde de Tendilla. Íñigo López de Mendoza. (Repetido. Ya figura como Duque del Infantado).

-Conde de Cifuentes. Juan de Silva y Castañeda, Conde de Cifuentes (1452-1512). Alférez mayor de Castilla, capitán general de Sevilla y presidente del Consejo de Castilla. Tuvo parte muy activa en la toma de Vélez y Baza. Estuvo en el cerco final de Granada. Era el copero real en el campamento de Santa Fe. Estuvo cautivo dentro de Granada. 

CARA NORTE

-Marqués Duque de Cádiz. Rodrigo Ponce de León (1443-1492). Noble y militar, X señor de Marchena, III conde de Arcos, II y último marqués de Cádiz, I duque de Cádiz en 1484 y I marqués de Zahara. Fue uno de los principales capitanes de los Reyes Católicos en la guerra de Granada. Tomó Alhama en 1482 y precipitó la campaña. Se decía de él que era el que más trabajó en toda la guerra de Granada. Casó con Beatriz Pacheco, hija del Marqués de Villena. Falleció en Sevilla tras regresar herido en la guerra de Granada. 

-Garcilaso de la Vega. Famoso nombre por el desafío mantenido con el moro Tarfe en la vega (que fue sólo literatura). En realidad, se refiere a García Laso, un caballero que vino al frente de una compañía de lanzas de Murcia. También hubo otro Garcilaso de la Vega en la guerra, capitán con cuarenta lanzas, que defendió al rey Católico en la toma de Vélez Málaga.

-FERNANDO EL CATÓLICO.

-Duque de Medinaceli. Luis de la Cerda y de la Vega (ca.1442-1501). V Conde de Medinaceli, I Duque de Medinaceli y I Conde de El Puerto de Santa María, noble castellano de la casa de Medinaceli.

-Duque de Plasencia. Álvaro II de Zúñiga y Pérez de Guzmán. Mandaba el ala derecha del ejército cristiano con 220 lanzas de gente de Extremadura. Álvaro II de Zúñiga toma parte con pendón y hueste de su abuelo, Álvaro de Zúñiga y de su padre Pedro de Zúñiga en la guerra de Granada desde 1482 hasta la rendición de Granada en 1492. Fue uno de los más distinguidos caballeros que sirvieron a los Reyes Católicos en la guerra de Granada. Estuvo en las tomas de Baza, Guadix y Almería

-Francisco Ramírez de Madrid. Francisco Ramírez o Ramírez de Oreña o de Madrid), apodado el Artillero (1445-1501). Secretario, consejero de los Reyes Católicos y capitán general de la Artillería, que obtuvo repetidas victorias durante la Guerra de Granada. Fue el marido de Beatriz Galindo, la Latina, doncella ilustrada de la reina Isabel. Falleció en Sierra Bermeja en 1501.

-Conde de Ureña. Juan Téllez-Girón, (1456-1528). Segundo conde de Ureña, ricohombre, notario mayor de Castilla, señor de Osuna. Estuvo en el socorro de Alhama, la Axarquía y en la tala de Granada. Aportó 200 lanzas y 300 peones. Estuvo en la batalla de La Zubia.

-Conde de Cabra. (Repetido) Diego Fernández de Córdoba y Mendoza (1460-1525). III conde de Cabra, III vizconde de Iznájar, I señor de Valenzuela y V señor de Baena. Participó activamente en la Guerra de Granada contra el Reino nazarí y a favor de las fuerzas castellanas de los Reyes Católicos. Asimismo, ocupó los cargos de alcaide de Alcalá la Real, virrey, gobernador, embajador y Grande de Castilla.

-Fadrique de Toledo. Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez. II Duque de Alba, Conde de Piedrahita, capitán general de la frontera de moros y adelantado de Andalucía. Primo de Fernando el Católico. La Puebla de Don Fadrique (antigua Bolteruela) lleva su nombre porque fue su señorío.

-Pedro de Navarro. Pedro Navarro (1460-1528). Noble, marino, militar e ingeniero navarro, destacado por su participación en las guerras italianas, en cuyo transcurso inventó la mina explosiva para demoler fortificaciones. Estuvo al servicio del Gran Capitán en las guerras de Italia, aunque no figura en la relación de soldados destacados en Granada de años anteriores. No se tiene conocimiento de que estuviera en Granada.

-Luis Portocarrero. Luis Fernández de Portocarrero. Comendador de Azuaga, VII señor de Palma del Río. Yerno de Fadrique Manrique (casado con su hija Francisca Manrique de Figueroa). Comendador de Écija. Acudió al socorro de Alhama y la Toma de Granada con 600 lanzas alistadas de la comarca de Sevilla.

Dibujos y mejora de ilustraciones a cargo de Luis Ruiz Rodríguez.
NOTA: El próximo domingo, segunda y última parte. Un magnífico monumento obra de un genial artista.