Memoria frente a impunidad y olvido
"No quiero entristeceros más. Quisiera teneros aquí a todos conmigo para besaros y abrazaros. Benditos todos, adorados míos. Me voy al otro mundo pensando en vosotros. Desde allí os seguiré queriendo y desde allí os bendeciré, os protegeré. Adiós a todos. Besos, abrazos, el alma entera mía para vosotros".
Son las últimas palabras de Francisco Menoyo Baños a su familia antes de ser fusilado, en agosto de 1939, tras acabar la guerra, en la tapia del cementerio de Granada. Las ha recordado su nieta, Pilar Menoyo García, en el acto celebrado junto a la tapia del cementerio para honrar la memora de las víctimas del franquismo. Las ha pronunciado, con entereza, entre lágrimas, y con emoción las han recibido las personas que, un año más, se han reunido en este lugar en el que fueron asesinados por los golpistas miles de hombres y mujeres para recordarles y reinvidicar su memoria, frente a la impunidad y el olvido.
Pilar ha trazado la semblanza de su abuelo, militar leal a la República, defensor de la legalidad democrática; un hombre cultivado, como ha explicado, que fue alcalde de Granada entre 1931 y 1932 -primer alcalde socialista de la ciudad-, poniendo en marcha importantes actuaciones urbanísticas, como el alcantarillado, o el último tramo del embovedado del Darro, entre el puente de Castañeda y el Genil. Y, sin embargo, como ha lamentado, no tiene ni una calle que lleve su nombre, ni un retrato en el Ayuntamiento que lo recuerde.
La memoria, el mayor legado para las familias
Su memoria es el mayor legado para su familia, como lo es la de Rosalía Moyano Ariza para la suya, especialmente para su hija María, que ha seguido emocionada el acto. Ha sido Rosalía Jiménez Rueda, nieta de Rosalía, hija de María, la encargada de recordar a su abuela. Una mujer que fue fusilada porque no lograron capturar a su marido. Rosalía Jiménez Rueda ha rendido homenaje a su abuela, y también a su madre, María, que tuvo hambre, frío y que trabajó de sol a sol como no debe hacerlo una niña. Una niña que había perdido a su madre y que lloró desconsolada, junto a su hermano, cuando la detuvieron.
Rosalía no se pudo despedir de su familia, que nunca ha podido recuperar sus restos. "Nosotros también somos víctimas. No nos olvidéis", le ha pedido Rosalía a la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López Calahorro, y al presidente de la Diputación, José Entrena, representantes de las dos únicas instituciones que de manera oficial han participado en este acto organizado por las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada.
Porque este año, ni la Junta de Andalucía ni el Ayuntamiento de Granada han acudido a la tapia del cementerio para honrar a las víctimas del franquismo.
El acto ha finalizado con una ofrenda floral en el memorial. indegranada
Después de varios años en los que no fue posible, en esta edición el acto se ha celebrado de manera conjunta por parte de todas las asociaciones memorialistas, gesto que ha elogiado Entrena, recordando el momento tan delicado para las políticas de memoria, que pretende desmantelar el Gobierno andaluz por exigencia de la ultraderecha de Vox.
Entrena se ha comprometido a reforzar el área de Memoria de la Diputación
Entrena se ha comprometido a reforzar el área de Memoria Histórica y Democrática creada en su primer mandato. También la subdelegada del Gobierno ha trasladado el compromiso del Ejecutivo con las políticas de memoria. López Calahorro ha cerrado su intervención con un recuerdo a la poeta Mariluz Escribano, fallecida este sábado 20 de julio en Granada. Era hija de Agustín Escribano, que fue director de La Normal y, por ello, fusilado en 1936. Lo ha hecho leyendo versos del poema que dedicó a su padre, a quien no conoció. "Mi padre es un silencio que mira cómo crezco...", es uno de los versos de ese poema que la escritora finalizó con un "Todo el mundo conoce que heredé de mi padre una bandera".
Unidad del movimiento memorialista, que exige a las instituciones que se cumplan las leyes
"Nuestra reivindicación de memoria es un legítimo ejercicio de libertad en el marco de una democracia que necesita seguir avanzando", destaca el comunicado firmado por todos los colectivos que han organizado el acto. Un comunicado que exige a las instituciones el cumplimiento de las leyes aprobadas para garantizar el derecho a la verdad, la justicia y la reparación.
Homenaje a las víctimas del franquismo junto a la tapia del cementerio de Granada. alejandro casasola
Reproducimos a continuación, íntegramente, el comunicado que firman las asociaciones memorialistas de Granada:
"El 20 de julio de 1936 las fuerzas militares de la guarnición de Granada, con apoyo de fuerzas policiales y una parte de la sociedad granadina, se sumaban al golpe militar que desde el 18 de julio ponía en jaque a la República Española. Las autoridades civiles junto con las organizaciones que sustentan al Frente Popular ofrecen una primera resistencia a pie de calle, formándose barricadas, siendo asediadas las sedes del poder público… comenzaba un auténtico baño de sangre propiciado por la determinación de los golpistas a eliminar cualquier tipo de contestación al “nuevo orden” que mediante la violencia y el miedo surgía en nuestro país. En apenas unas horas la capital granadina sucumbía a la fuerza de las armas y comenzaba una persecución sin cuartel hacia las organizaciones del Frente Popular, organizaciones sindicales y hacia cualquier persona que hubiera colaborado en la construcción y desarrollo del régimen de libertades y derechos sociales nacido en 1931 con la Segunda República Española.
Durante tres largos años el pueblo español resistió heroicamente a esta terrible agresión a la que se sumaron las fuerzas de la Alemania nazi y la Italia fascista, convirtiendo nuestra tierra en el primer campo de batalla de la confrontación que asolaría las tierras de Europa y el mundo hasta mediados los años 40.
Con el final del conflicto armado en nuestro país llegó la VICTORIA, la imposición, la continuación de la persecución, del horror y del miedo. Campos de concentración, fusilamientos al alba, torturas, asesinatos… convirtieron a nuestro país en una inmensa prisión. Pequeños focos de resistencia recordaron durante los años 50, 60 y 70 que la esperanza debía seguir viva. La muerte del dictador y la decrepitud del Régimen creado a su imagen y semejanza, junto con el impulso de las fuerzas democráticas, abrieron las puertas a una nueva y controvertida etapa de lucha por los derechos civiles y de construcción de una sociedad democrática.
Han transcurrido más de 40 años de la aprobación de la Constitución que configuraba el nuevo marco de derechos democráticos en España, se han establecido leyes y decretos para que la VERDAD y la JUSTICIA sean los pilares sobre los que se asiente la necesaria REPARACIÓN a las víctimas del golpe militar, del conflicto armado y de las terribles décadas de represión. Tres pilares que han de ser la máxima GARANTÍA DE NO REPETICIÓN.
'Son muchos los pasos que se han dado, pero son muchos más los que quedan por dar'
Pero a pesar de marcos legales y de voluntades políticas, un año más nos congregamos en la tapia del cementerio de Granada para reivindicar la memoria de aquellas personas a las que arrebataron su bien más preciado, la vida, por su fidelidad a los principios democráticos de la Segunda República y a su voluntad inquebrantable de lucha por la libertad. Son muchos los pasos que se han dado, pero son muchos más los que quedan por dar, ya que miles de compañeros y compañeras yacen aún olvidados en las fosas que llenan nuestra geografía de la memoria del horror. Es por todo ello que los colectivos sociales que convocamos este acto de homenaje pedimos/exigimos a las instituciones democráticas de nuestro país el cumplimiento de las propias normas que nos hemos dado sobre la base de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
1. El DERECHO A LA VERDAD. Nuestra sociedad tiene que conocer los hechos que llevaron a que nos fuese arrebatada la democracia y con ello se impusiera un régimen de terror que durante años sumió en el oscuro abismo del miedo y la muerte a nuestro país, estando siempre presente la dignidad de la resistencia
2. EL DERECHO A LA JUSTICIA. Una justicia efectiva en los casos en los que sea posible, y una justicia moral en aquellos casos en los que el transcurso del tiempo haya borrado otra posibilidad.
3. EL DERECHO A LA REPARACIÓN. Ha de continuar la reparación del daño causado, una reparación que ha de incluir al conjunto de la sociedad española, a la que se arrebató su futuro en democracia y unas expectativas de desarrollo social que ya nunca se podrá recuperar.
Nuestra reivindicación de MEMORIA es un legítimo ejercicio de LIBERTAD en el marco de una democracia que necesita seguir avanzando. Así hoy, 20 de julio de 2019, hacemos nuestras las palabras de Juan Gelman, premio Cervantes 2007:
“...¿cómo murieron? ¿Quiénes lo mataron? ¿Por qué? ¿Dónde están sus restos para recuperarlos y darles un lugar de homenaje y de memoria? ¿Dónde está la verdad, su verdad? La nuestra es la verdad del sufrimiento. La de los asesinos, la cobardía del silencio. Así prolongan la impunidad de sus crímenes y la convierten en impunidad dos veces (...)
Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La memoria es memoria si es presente y así como Don Quijote limpiaba sus armas, hay que limpiar el pasado para que entre en su pasado. Y sospecho que no pocos de quienes preconizan la destitución del pasado en general, en realidad quieren la destitución de su pasado en particular...”