Ismail I, el sultán de Granada que introdujo la pólvora y la artillería en Europa
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El uso de la pólvora como impulsora de proyectiles de artillería se documenta por primera vez en la conquista del castillo de Úskar, en el verano de 1324
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Granada se convirtió en fabricante de explosivos, tradición centrada en la capital hasta finales del XVI y se mantiene hoy en El Fargue
No se conoce el momento en que empieza su utilización con fines guerreros
La pólvora era conocida en China ya a principios del segundo milenio. O quizás antes. Y que era utilizada para vistosos fuegos de artificio. Todo muy lúdico. No se conoce el momento en que empieza su utilización con fines guerreros. Pero la ruta de la seda y la expansión del imperio mongol hasta próximo Oriente tuvieron mucho que ver con el acercamiento de este explosivo hacia Tierra Santa.
La caballería acorazada de los cruzados cristianos dejaba de ser competitiva frente a las ligeras cabalgaduras árabes
En la séptima cruzada, en 1250, el rey francés Luis IX, fue apresado en Egipto por un ejército árabe que utilizaba ollas de pólvora. Una especie de petardos que eran lanzados a los pies de la caballería pesada, más con intención de espantar y deshacer formaciones que para matar. Es la primera referencia a unos artilugios que estallaban y hacían ruido al paso de los semovientes, sembrando el pánico entre hombres y animales. Era una utilización descontrolada de la fuerza de aquella extraña mezcla de salitre, azufre y carbón. Pero ya era, sin duda, un arma de guerra. La caballería acorazada de los cruzados cristianos dejaba de ser competitiva frente a las ligeras cabalgaduras árabes.
Tan sólo dos décadas más tarde, es decir, en 1274, las ollas y su potencial bélico estaban siendo experimentados en el Magreb por la tribu de los Benimerines. Esta tribu magrebí la empleó ya en la toma de Sigilmasa. Los Benimerines cruzaron por vez primera el Estrecho de Gibraltar en 1275 y empezaron una serie de incursiones guerreras sobre Al-Andalus. Su intención fue frenar el continuo avance de los reinos cristianos sobre los reductos taifas musulmanes en la Península, principalmente el Reino nazarita de Granada. Este emirato cada día menguaba más desde las campañas de Fernando III y Alfonso X.
Este producto había saltado ya, por tanto, a tierra europea. Había entrado a la vieja Hispania por la puerta del Reino de Granada
Hacia 1303 el médico y botánico Abd-Allah ibn al-Baytan, residente en el waliato de Málaga (gobernado por el padre del futuro Ismail I) ya habla de fórmulas de pólvora; estaba experimentando con mezclas y porcentajes para mejor combinar el poder de sus explosiones. Este producto había saltado ya, por tanto, a tierra europea. Había entrado a la vieja Hispania por la puerta del Reino de Granada.
Imaginamos que, durante las dos primeras décadas del siglo XIV, la forma de comprimir la fuerza inmensa y descontrolada de la pólvora fue el secreto de guerra mejor guardado por alquimistas y militares de la Alhambra. En tiempos iniciales se utilizaban grandes morteros para pulverizar el carbón, el salitre y el azufre de una manera artesanal. Faltaba poco para que la artesanía de la pólvora se convirtiera en industria aprovechando la fuerza motriz de las abundantes acequias de Granada.
Pero lo que anhelaban era proyectar trozos de hierro o bolaños desde la mayor distancia posible. Acercarse a una muralla era arriesgarse a recibir un flechazo y un riego con brea ardiendo
Se conocía y utilizaba el inmenso poder de las ollas y las minas colocadas bajo túneles para derrumbar muros de castillos. Pero lo que anhelaban era proyectar trozos de hierro o bolaños desde la mayor distancia posible. Acercarse a una muralla era arriesgarse a recibir un flechazo y un riego con brea ardiendo.
Debemos especular cómo, de manera paralela, herreros y fundidores se afanaban en buscar un artilugio diferente a las descontroladas ollas abiertas. El fin era encauzar, dirigir y apuntar con la mayor exactitud posible a grupos de enemigos o sus fortalezas. Los herreros estaban buscando una olla larga, segura y fácil de dirigir a su objetivo, es decir, el cañón.
En el año 1319 el emir granadino se vio sorprendido por una cruzada de los Infantes de Castilla (don Pedro y don Juan, tutores por minoría de Alfonso XI). Estuvieron a punto de tomar la capital; pero finalmente fueron derrotados por granadinos y benimerines el 25 de junio en las inmediaciones de Pinos Puente, donde ambos parientes del futuro rey perdieron la vida. Aquella batalla del Cerro de los Infantes propició que, en 1320, el emir Ismail rompiese todo tratado de sumisión con Castilla y Aragón. Castilla había entrado en un periodo de debilidad por guerras internas a raíz de la muerte de sus infantes.
Un imponente ejército reclutado por el quinto sultán de la dinastía nazarita y apoyo benimerín se dirigió desde la Alhambra en dirección Noreste se propuso acometer una arriesgada reconquista de las tierras cedidas por sus antepasados en los últimos años
El emir granadino debió sentirse fuerte. Había llegado el momento en que, en el mayor de los secretos, había probado positivamente su invento del cañón de pólvora. Un imponente ejército reclutado por el quinto sultán de la dinastía nazarita y apoyo benimerín se dirigió desde la Alhambra en dirección Noreste y se propuso acometer una arriesgada reconquista de las tierras cedidas por sus antepasados en los últimos años. Y lo hizo transportando el arma secreta de que disponía, traída a su Reino precisamente a través de sus aliados Benimerines que llegaban por oleadas desde el norte de África.
1324: Campaña de conquista del Altiplano
La campaña para recuperación de Baza y plazas del Altiplano (Orce, Castril y Úskar) la inició el emir granadino Ismail I a primeros de junio de 1324 (724 de la hégira). Su objetivo era expandirse al menos hasta la fortaleza de Mirabete, en el límite del que había sido reino de Murcia (cerca de La Puebla de Don Fadrique). Toda esta comarca estaba ocupada por los caballeros de la Orden de Santiago desde su acometida de 1243. Habían hecho caer el reino de Murcia y penetraron hasta Baza en una especie de adelantamiento.
No así el castillo roquedo de Úskar, ubicado en la escarpada Sierra de la Encantada, a unos 1.300 metros de altura. Parecía inexpugnable. El emir de Granada le puso cerco
Las plazas de Baza, Orce y Castril fueron recuperadas para el bando musulmán sin mayores complicaciones. No así el castillo roquedo de Úskar, ubicado en la escarpada Sierra de la Encantada, a unos 1.300 metros de altura. Parecía inexpugnable. El emir de Granada le puso cerco. Fue la primera vez que aparece documentado el empleo de la pólvora con uso propulsor de proyectiles. Es muy probable que antes ya se hubiese utilizado en otros lugares, al menos de manera experimental, pero no dejaron constancia escrita de que así fuera.
Los poetas musulmanes celebraron aquella importantísima victoria y la recogieron en sus casidas
Los poetas musulmanes celebraron aquella importantísima victoria y la recogieron en sus casidas. Abú Zakariyya b. Hudayl estuvo presente en el asedio de Úskar y describió con estas palabras lo que vio con sus propios ojos: “Creían que el trueno y el rayo estaban sólo en el cielo, pero uno y otro les han rodeado y no [precisamente] viniendo del cielo./ Figuras de forma peregrina, elevadas al cielo por Hermes, cayeron ordenadamente sobre los montes y los derrumbaron./ Ea, el mundo te hace ver cosas maravillosas, pues lo que hay en sus potencias no tiene más remedio que manifestarse/ .
(Hudayl fue visir de la Alhambra y maestro de Aljatib, de quien el autor de la Ihata cogió la noticia, ya que cuando ocurrió la toma de Úskar este historiador sólo tenía once años).
Fue precisamente el escritor y visir Ibn Al Jatib quien, años más tarde, en su libro Ihata (la versión castellana lleva el título de Historia de los Reyes de la Alhambra) nos dejó una crónica detallada de lo ocurrido entre los días 14 y 18 de julio de 1324 en Huéscar
Fue precisamente el escritor y visir Ibn Al Jatib quien, años más tarde, en su libro Ihata (la versión castellana lleva el título de Historia de los Reyes de la Alhambra) nos dejó una crónica detallada de lo ocurrido entre los días 14 y 18 de julio de 1324 en Huéscar: “Alineó [el emir] sus tropas para el asalto y disparó con un aparato imponente, que funcionaba con la ayuda de la nafta (nombre de la pólvora en árabe antiguo), unas bolas ardientes a una tronera de una torre inaccesible de su fortaleza y produjo unos efectos como los que producen los rayos del cielo. Bajó de ella la gente precipitadamente a rendirse a discreción”.
En otra versión en árabe de la Ihata, aporta algún dato complementario…. “con el enorme instrumento servido de nafta disparó bolaños de hierro que incendiaron el arco de la bóveda de la torre fuerte de su fortaleza y empezaron a saltar chispas que cayeron entre los asediados, causando daños como los rayos del cielo. Y puso Alá el temor en sus corazones, y terminaron en las manos del sultán, pues se rindieron a discreción”.
La causa inmediata del bombardeo fue la traza, el día 18 de julio de 1324, de una nueva fortaleza en el llano y el surgimiento a su alrededor de la nueva ciudad de Huéscar.
La noticia de la ofensiva nazarita y benimerín, así como la utilización de la artillería por vez primera, recorrió todo el orbe con la rapidez de la pólvora
La noticia de la ofensiva nazarita y benimerín, así como la utilización de la artillería por vez primera, recorrió todo el orbe con la rapidez de la pólvora. Había aparecido la utilización de la pirobalística, es decir, la artillería, por vez primera en Europa. Entró al Reino de Granada a través del imperio Benimerín desde el Magreb.
Es de imaginar la gran potencia de fuego que arrojaron aquellos primitivos cañones nazaritas por sus bocas, pues existe un considerable desnivel donde debieron asentar sus bronces hasta los paños de murallas. Los grabados más antiguos nos presentan cañones en forma de ánforas alargadas, con grosores muy grandes en la cámara de carga.
No sabemos en qué grado contribuyó el uso de la pólvora en la consolidación y perdurabilidad del Reino de Granada, única taifa que quedó en pie a principios del siglo XIV
A partir de la rendición de Úskar, el emir Ismail I estableció su real en el llano frente al hins derrotado y lo tomó como base para sus siguientes campañas de conquista. No sabemos en qué grado contribuyó el uso de la pólvora en la consolidación y perdurabilidad del Reino de Granada, única taifa que quedó en pie a principios del siglo XIV.
El arma de guerra de Ismail I
Isamail I volvió a utilizar profusamente sus cañones y sus balas propulsados por pólvora al año siguiente, 1325, en sucesivas tomas, defensas de las ciudades y fortalezas de su frontera Nororiental y en Martos. Con lo cual quedó sobradamente documentado que fue el granadino el primer ejército europeo en utilizar como arma un invento chino que se remontaba varios siglos atrás.
No trascurrieron muchos años para que el uso de la pólvora se generalizada por los ejércitos cristianos y se extendiera rápidamente hacia el resto de Europa
Ismail I fue asesinado en el verano de 1325. Los siguientes emires de Granada continuaron fortaleciendo y consolidando el Reino; hicieron uso de la artillería en las batallas de Guadahortuna (1331), Cabra (1332), Algeciras (1342), Alcaudete (1408), Moclín (1408) … No trascurrieron muchos años para que el uso de la pólvora se generalizara por los ejércitos cristianos y se extendiera rápidamente hacia el resto de Europa. De hecho, ya en 1326 aparecen dibujados cañones del tipo nazarita en manuscritos británicos.
Los cristianos, vencidos y humillados en Úskar, continuaron todavía unos años más asombrándose de la utilidad de esta nueva arma: en el sitio que Alfonso XI puso a Algeciras (1343) volvió a recibir “muchas pellas de fiero que los moros lanzaban con truenos, de que los cristianos habían muy grande espanto, ca en cualquier miembro de ome que diese levábalo a cercén como si le cortasen con un cuchiello; e quiera que ome fuese ferido della, luego era muerto, e non avía cerugía ninguna que le pudiese aprovechar…” Esta descripción de los daños personales que recibían los soldados medievales por la metralla es trasladable en su totalidad a lo que debió ocurrir en el escarpado roquedo de Úskar durante los cuatro días que duró el bombardeo de su fortaleza.
La nueva arma que escupía fuego aparece citada en 1338 en Francia y en 1358 en Italia. Se sospecha que fue el cirujano inglés John Ardeme, que estuvo presente en sitios de ciudades nazaríes, quien exportó el descubrimiento a tierras europeas
La nueva manera de hacer la guerra de los granadinos fue pronto conocida y extendida por toda Europa. La nueva arma que escupía fuego aparece citada en 1338 en Francia y en 1358 en Italia. Se sospecha que fue el cirujano inglés John Ardeme, que estuvo presente en sitios de ciudades nazaríes, quien exportó el descubrimiento a tierras europeas. Pronto empezaron los manuscritos a recoger dibujos y descripciones de los primeros cañones, cohetes, bombas, torpedos, truenos de mano, culebrinas, mosquetones, etc. La muerte de catapultas, almajaneques y fundíbulos estaba cantada.
Había nacido la primitiva artillería europea a partir de las experiencias introducidas en la forma de hacer la guerra por los emires de la Alhambra.
La pólvora, industria puntera granadina
La generalización del uso de la pólvora en el Reino de Granada necesitó pronto de grandes producciones. Los morteros manuales no daban abasto para nutrir a cañones y primeros tiros de mano. Precisaban de medios masivos, industriales. ¿Y de qué medios mecánicos disponía el Reino de Granada por entonces? Muy sencillo: los “polígonos industriales”, es decir, su sistema fabril, estaban situados sobre las acequias de riego. Canales había, y los hay a centenares en la geografía tan montañosa del antiguo Reino de Granada. Esas acequias han sido la fuerza motriz indispensable hasta principios del siglo XX. Además, en la hoya de Baza, especialmente en Benamaurel había excelentes minas para extraer azufre y salitre, dos de los componentes básicos para fabricar el explosivo.
Aquella fue la primera reconversión industrial de la historia de Granada; muchos molineros de trigo se pasaron al negocio de fabricar pólvora
Nuestros antepasados nazaritas pronto se dieron cuenta de que los molinos de pan, con centenares de rodeznos y muelas, también servían para moler el carbón, el salitre y el azufre. Aquella fue la primera reconversión industrial de la historia de Granada; muchos molineros de trigo se pasaron al negocio de fabricar pólvora.
Y aquí volvemos a entrar en el terreno nebuloso de saber cuándo empiezan a establecerse molinos de pólvora sobre la Acequia Aynadamar, la que dio origen a la Alquería de El Fargue; sobre las acequias de Granada capital, como la de Romayla, bajo la Alhambra, la de San Juan en el Albayzín, la del Sancti Spiritus que corría paralela al Darro por su margen derecha y regaba lo que hoy son los barrios de la Magdalena y San Antón. También los molinos situados en la Acequia Gorda y sus ramales de Arabuleila. Y por qué no mencionar también las acequias de la Madraza que descendían por el Beiro.
Si Ismail I consiguió expandir y consolidar, aunque brevemente, el reino granadino de la dinastía Banu Nsar gracias al uso de la pólvora, su ejemplo lo aplicaron los Reyes Católicos casi dos siglos más tarde
Si Ismail I consiguió expandir y consolidar, aunque brevemente, el reino granadino de la dinastía Banu Nsar gracias al uso de la pólvora, su ejemplo lo aplicaron los Reyes Católicos casi dos siglos más tarde. Una imponente y pesada artillería batió las plazas que se le resistían a base de inmensas lombardas que precisaban de cientos de personas para trasladarlas y manejarlas. Todavía en la guerra final de Granada (1482-1491) resultaba muy lento y poco controlable el uso de la artillería. No obstante, en el sitio de Moclín (1485-86) y toma de Málaga (1487) fue decisivo el uso de la artillería por los Reyes Católicos.
Una vez tomada Granada, bien entrado el siglo XVI, fue el momento más esplendoroso de la industria de la pólvora negra granadina
Una vez tomada Granada, bien entrado el siglo XVI, fue el momento más esplendoroso de la industria de la pólvora negra granadina. Por la gran cantidad y calidad que producían y exportaban. Son famosos los contratos suscritos por Felipe II con los polvoristas Juan Real y Francisco Trujillo para suministrar a la armada de galeones de Indias y a las flotas de galeras del Mediterráneo. Porque la pólvora negra granadina tuvo fama de ser la mejor, más potente y con más demanda de toda España.
Tuvieron sus molinos situados junto al Tajo de San Pedro y en la actual Puerta Real, en lo que hoy es la terraza del café Suizo
Aquellos dos famosos polvoristas granadinos de finales del XVI tuvieron sus molinos situados junto al Tajo de San Pedro y en la actual Puerta Real, en lo que hoy es la terraza del café Suizo. No se era consciente por entonces del peligro que suponía almacenar miles de kilos de pólvora al lado de la población.
Hasta que el 18 de febrero de 1590 se produjo una tremenda explosión del molino de pólvora situado junto al Tajo de San Pedro. El resultado fue el resquebrajamiento de la Alhambra, la rotura de tejados, desvencijado de puertas, fractura de todos los cristales en una milla a la redonda, derrumbe de la torre de la iglesia de San Pedro, del convento de Zafra… En fin, no se llegó a conocer con exactitud el número de muertos, pero un poema de la época insinúa que fueron varias decenas.
A partir de entonces, las ordenanzas reales y municipales empezaron a presionar para que los molinos de pólvora se alejaran por lo menos media legua de las ciudades
A partir de entonces, las ordenanzas reales y municipales empezaron a presionar para que los molinos de pólvora se alejaran por lo menos media legua de las ciudades. A partir de 1612, el molino de Puerta Real se le nombra trasladado sobre la Acequia Arabuleila, más o menos en el pago posterior de Jardín de la Reina.
Se potencia El Fargue como única fábrica
El lugar más adecuado para concentrar la fabricación de explosivos eran las aguas que bajaban con fuerza desde la Fuente de las Lágrimas hasta el Albayzín. La actividad artesana que ya, desde finales del XIII o principios del XIV, debía funcionar como molienda polvorista en la alquería de El Fargue vio iniciarse su época dorada: empezaba a conformarse la Fábrica de Pólvoras de El Fargue. Se considera que esta factoría dedicaba pequeños talleres a hacer pólvora negra ya desde el siglo XIV; la podemos considerar como la más antigua de su género de toda Europa.
Aunque la primera referencia escrita en que aparece la Real Fábrica de Pólvoras de El Fargue data del 12 de abril de 1655
Aunque la primera referencia escrita en que aparece la Real Fábrica de Pólvoras de El Fargue data del 12 de abril de 1655. Dependiente por entonces, en calidad de veedor, del alcaide de la fortaleza de la Alhambra y Capitán General del Reino de Granada. Por esa fecha sus molinos ya debían acumular larga trayectoria y potencia pues se le encargó una partida de 4.600 kilos de pólvora negra para la Costa. Continuaron varias ampliaciones como consecuencia de la demanda por su buena calidad; se decía que su mayor tiro se lo confería el buen azufre de las canteras de Benamaurel. En 1698 fueron ampliadas sus instalaciones con la apertura de una fábrica complementaria en la capital, el llamado Refino situado en la huerta comprada a la Orden de San Juan de Dios con entrada por calle Fuentenueva.
Lo que fueron pequeños talleres junto a la cabecera del Beiro, en los siglos XVII y XVIII, empezaron a engrosar y ampliar sus terrenos hasta mitad del XIX en que pasaron de iniciativa privada (con veedor y supervisión del ministerio de guerra) a depender de Defensa. En 1812, tras la retirada francesa, hubo que reconstruir prácticamente toda la fábrica, los molinos fueron incendiados y su almacén de pólvora fue utilizada para volar las torres de la Alhambra.
El gran despegue de la fábrica de pólvoras de El Fargue llegó entre los años 1858-60 con la producción de 200.000 kilos de explosivos para la guerra en las colonias africanas
El gran despegue de la fábrica de pólvoras de El Fargue llegó entre los años 1858-60 con la producción de 200.000 kilos de explosivos para la guerra en las colonias africanas. Ya por entonces había pasado a hacerse cargo de su gestión el Cuerpo de Artillería. En el periodo 1890-94 sobrevinieron una serie de profundas transformaciones al descubrirse la pólvora sin humo. Los primeros cartuchos de la nueva pólvora salieron para Cuba en 1897. El perímetro y sus talleres no han dejado de crecer desde entonces. En las dos primeras décadas del XX España fue el segundo país más productor de pólvora del mundo, después de Alemania. Tras la I Guerra Mundial, en El Fargue se alcanzaba una producción anual de un millón de kilos de pólvora de fusil, más de 600.000 de cañón y 200.000 para bombas de aeronave. El catálogo de productos editado en la propia imprenta de la factoría incluía un repertorio de lo más completo en cuanto a municiones de esa época.
El padre de toda aquella modernización había sido el general Ricardo Aranaz
El padre de toda aquella modernización había sido el general Ricardo Aranaz, quien en 1900 redactó el proyecto de modernización y se ocupó de la subdirección y dirección entre 1898 y 1910.
La mayoría de los trabajadores de su plantilla en julio de 1936 fueron asesinados en los montes cercanos de Víznar por ser militantes y sindicalistas de izquierdas
El Fargue era el principal centro químico y fábrica de municiones de Granada cuando estalló la guerra de 1936. Por eso fue objetivo preferente de control de los militares sublevados. Ya desde las primeras semanas, la columna republicana de Maroto caminó desde Alicante y Almería en dirección a El Fargue para intentar hacerse con su control. La mayoría de los trabajadores de su plantilla en julio de 1936 fueron asesinados en los montes cercanos de Víznar por ser militantes y sindicalistas de izquierdas.
La Fábrica de Pólvoras de El Fargue se conformó hasta los años ochenta del siglo pasado como la principal actividad de la alquería del mismo nombre y de los pueblos que la rodean: Alfacar, Víznar, Huétor Santillán y Beas de Granada
La Fábrica de Pólvoras de El Fargue se conformó hasta los años ochenta del siglo pasado como la principal actividad de la alquería del mismo nombre y de los pueblos que la rodean: Alfacar, Víznar, Huétor Santillán y Beas de Granada. Funcionaba como un gran colectivo que tenía colegio, imprenta, economato, cine, teatro, iglesia, etc. En 1984 alcanzó su punto máximo de empleados, con 550. Fueron años en que la guerra entre Irán e Irak demandaba muchas municiones. Desde entonces, por decisiones políticas, comenzó a descender su producción y su plantilla. El suelo lo tocó en 2013, con sólo 74 trabajadores en plantilla. Se han formalizado desde entonces dos asociaciones con empresas internacionales de armamento y municiones; la de General Dinamics de 1999 no llegó a cuajar. Sí lo ha hecho la actual, con la empresa eslovaca MSM Group.
Hoy ocupa más de cien hectáreas de terrenos, con más de 125 talleres activos. Da empleo a 300 familias
Hoy ocupa más de cien hectáreas de terrenos, con más de 125 talleres activos. Da empleo a 300 familias. La proliferación de guerras en Ucrania e Israel están suponiendo una mayor carga de trabajo. Por supuesto, también el suministro al Ejército español y de la OTAN. Una tercera parte de su plantilla son mujeres.
Confiemos en que la tradición polvorista que entró en Europa hace algo más de siete siglos por el Reino de Granada no desaparezca o mengüe en exceso por decisiones equivocadas
En estos momentos se está a la expectativa de conocer la repercusión que tendrá el enrarecimiento diplomático con los israelitas y las zancadillas de una parte de miembros del Gobierno. Hasta ahora, la colaboración con los israelitas ha sido crucial para sostener la factoría granadina. El intercambio de trabajadores para formación es constante entre ambos países. Téngase en cuenta que muchas de las patentes utilizadas en Granada son de origen israelí.
Confiemos en que la tradición polvorista que entró en Europa hace algo más de siete siglos por el Reino de Granada no desaparezca o mengüe en exceso por decisiones equivocadas.
Para conocer todo sobre la historia de la pólvora y artillería, se pueden consultar los siguientes libros:
-Inventando la pólvora, fabricando la pólvora. El Fargue y la Fábrica de Granada. De Joaquín Alastrué Funes. Diputación de Granada. 2016 (En reedición actualmente).
-La Fábrica de Pólvoras y explosivos de Granada. De la Real Hacienda al Instituto Nacional de Industria, pasando por Artillería. Tesis doctoral de Francisco González Arroyo, vecino de El Fargue e hijo de polvoristas. 2013.
Los actos del 700º Aniversario de Granada y la pólvora comenzaron a principios de mayo pasado con la edición de un número especial de la revista histórica ALHÓNDIGA. Están continuando con conferencias, visitas guiadas a la Fábrica de Municiones de Granada, conferencias, conciertos, etc. Se está preparando una exposición itinerante por varias localidades. La ciudad de Huéscar acoge también diversos actos relacionados con la utilización de la pólvora en la toma de su castillo de Úskar y fundación paralela de la localidad hace siete siglos.
Los actos los está coordinando la Subdelegación de Defensa en Granada. Para más información: 700 Años. Granada y la pólvora.