Intendente Jacinto Sánchez, cuatro décadas de servicio público por vocación en la Policía Local

En 1982, en una promoción con 52 agentes, entre ellas las primeras mujeres -"Inma y Alejandra ya estaban"-, Jacinto Sánchez Moreno se incorporó a la Policía Local de Granada. Lo recuerda hoy, 40 años después, siendo portavoz del Cuerpo, cuando toma posesión como intendente, el puesto de más rango.
Fue la suya una de las promociones más grandes, con el socialista Antonio Jara como alcalde. En los primeros años de democracia los ayuntamientos estaban construyendo ciudad. Y Jacinto Sánchez se hizo policía local -"guardia municipal", como él mismo recuerda que los llamaban entonces.
Llegó "por vocación" al Cuerpo, vocación de "servicio público", como explica en una conversación con El Independiente de Granada. Trató de ser bombero, confiesa, pero su destino estaba en la Policía. Venía del Zaidín, "un barrio obrero y humilde". "Me conocía todo el mundo", en ese barrio era "el Niño de la Encarna".
Y él se incorporó a la Policía de Barrio. Entonces, como ahora -apunta-, se apostó por la Policía de Barrio, la más cercana. Y con un lema para reforzar esa cercanía: "La Policía Municipal es tu amiga". Lo hizo en el Albaicín y comenzó la larga trayectoria que lo convirtió en inspector en 2000.
La mayor parte de su larga y respetada trayectoria la ha desempeñado en Granada capital, aunque también formó parte de la Policía Local de La Zubia, donde fue jefe desde 2004 a 2011, "cuando vuelvo a Granada".
Como policía ha vivido momentos muy duros, que no olvida. Como los dos atentados de la banda terrorista ETA, en el Jardín de la Reina, que ocurrió "recién salido de un servicio de noche", y el asesinato del fiscal Luis Portero, entonces con José Moratalla de alcalde. O la explosión, un día de Santa Rita, patrona de los funcionarios, en un local del entorno de Elvira. Hubo decenas de heridos, entre ellos dos policías locales.
Los buenos llegan de la satisfacción del deber cumplido, cuando te agradecen un servicio o te felicitan. Y momentos inolvidables, como el primer ascenso del equipo de baloncesto a la ACB, acompañándolo desde el Palacio de los Deportes al Ayuntamiento. Y de grandes pasos, como participar en actos que eran impensables hace unos años, como la marcha del Orgullo.