Granada capital está en "prealerta" de sequía y el Ayuntamiento pide un "consumo responsable"
El alcalde en funciones y portavoz del equipo de gobierno local, Jacobo Calvo, ha indicado este miércoles que Granada capital está en una situación de "prealerta" en cuestión de aguas, ante lo que ha pedido un "consumo responsable", y ha añadido que el Ayuntamiento articulará una "hoja de ruta" si no llega la lluvia en los meses de septiembre u octubre.
A preguntas de los periodistas, el también concejal de Medio Ambiente ha indicado que las medidas a establecer pasarían por el "ahorro" y el "compromiso y concienciación de la ciudadanía", en el marco de una planificación estratégica en esta materia.
"Ahora mismo la situación no es preocupante, en tanto se espera" que en septiembre u octubre se produzcan "las ansiadas lluvias", para, de lo contrario, "establecer una hoja de ruta en cuanto a ver qué posibles medidas" habrán de desarrollarse "en torno a este asunto", ha detallado Calvo.
Canales, al 76% de su capacidad
El principal embalse que abastece a la capital, Canales, se encuentra todavía en un estado aceptable, actualmente al 76,4% de su capacidad, un llenado muy similar al de hace justo un año (75,9%), gracias al deshielo de Sierra Nevada, si bien el pantano ha ido perdiendo rápidamente reservas de agua en los últimos meses. Al comenzar oficialmente el verano, el 21 de junio, estaba al 93,5%, por lo que su volumen de agua se ha reducido en 17 puntos en dos meses.
Por su parte, el otro embalse que surte de agua de consumo a la ciudad, Quéntar -mucho más pequeño, 13 hectómetros cúbicos frente a 70 de Canales-, tiene menos agua, un 58,7% de llenado, a fecha de este miércoles 24 agosto, algo más incluso que hace un año (55,3%), aunque también ha visto reducido notablemente su volumen de agua este verano, pues comenzó el estío al 85% de su capacidad.
En la provincia de Granada no se han producido hasta el momento restricciones de agua por sequía, si bien hay municipios que ya han anunciado medidas, como el de Almuñécar, que cerrará el agua de duchas de playas y lavapiés desde el 1 de septiembre, o Monachil, que tiene cerradas sus fuentes públicas.
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