La contaminación baja a la mitad en Granada durante el estado de alarma
Aunque la pandemia del coronavirus concentra la atención de todo el mundo en estas últimas semanas, la restricción de movimientos impuesta en el estado de alarma está provocando también un efecto positivo, además del de frenar los contagios: el descenso de la altísima contaminación que sufre Granada, principalmente por la reducción del tráfico.
Porque no hay que olvidar que, si bien han fallecido ya 49 personas en Granada con Covid-19, según las cifras oficiales, la contaminación provoca cada año la muerte prematura de al menos 660 personas en la provincia. ¿De dónde sale esa cifra? Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, la polución del aire aceleró la muerte de 33.300 personas en España en 2016, según el último 'Informe sobre la calidad del aire en Europa', hecho público el año pasado.
Por el peso de la población granadina en España, a la provincia le corresponden 660 de esas muertes por contaminación, aunque la cifra probablemente sea mayor porque la polución que sufre Granada y su área metropolitana (que concentra más de la mitad de los habitantes de la provincia) es una de las más altas del país tanto en partículas en suspensión como en dióxido de nitrógeno, los contaminantes más mortíferos.
Desde que el Gobierno decretó el estado de alarma, la calidad del aire en Granada ha mejorado notablemente, aunque apenas lo podamos apreciar, porque no salimos al aire libre salvo para lo imprescindible y, cuando salimos, la mente está ocupada en la pandemia.
Los datos confirman el descenso de la contaminación. Granada supera sistemáticamente los límites máximos permitido de dióxido de nitrógeno (NO2) en la estación de medición de Granada Norte, en la avenida Luis Miranda Dávalos de la capital, fijados en 40 microgramos/m3 de media anual. Por ejemplo, en marzo del año pasado el promedio fue de 43,6 microgramos/m3, según los datos recopilados por el Ayuntamiento a partir de las mediciones de la Junta, responsable de las estaciones de medición.
Y desde que se instauró el estado de alarma la media de estos días de confinamiento de marzo de 2020 ha sido de unos 13 microgramos/m3. Son unos niveles de NO2 desconocidos en Granada, cuyo descenso se debe a la reducción del tráfico, principal fuente de emisión de dióxido de nitrógeno, aunque también contribyuyen las calefacciones.
En el periodo enero-febrero de este año, la media de NO2 en la estación de Granada Norte fue de 54 microgramos/m3. Son los meses, especialmente enero, de concentraciones más altas de este contaminante, que coinciden con el frío del invierno en el que hay altos niveles de tráfico y de uso de calefacciones. Pero el salto de 54 microgramos a los 13 de estos días del periodo de alarma es considerable.
Sin embargo, en la otra estación de medición de la ciudad, ubicada junto al Palacio de Congresos, que no suele rebasar el máximo fijado en la normativa, se ha producido un aumento en los niveles de NO2, desde los 39 microgramos del periodo enero-febrero, a los 46 de promedio durante el estado de alarma.
El cuadro muestra los datos de cada contaminante y el Índice de Calidad del Aire, un promedio global, durante este miércoles, jueves y viernes, en la estación de Granada Norte, la que suele registrar los peores datos tanto en la capital como en la provincia. Cuadro extraído de la web municipal de calidad del aire.
Bajan también las partículas en suspensión
El otro contaminante con mayor efecto en la salud, las partículas en suspensión (PM10), en las que Granada también destaca negativamente a nivel nacional, también ha registrado un descenso en Granada durante el estado de alarma. En el periodo enero-febrero, la concentración de partículas PM10 en la estación de Granada Norte fue de 37 microgramos/m3, que han pasado a 19 microgramos de promedio en los días de confinamiento, prácticamente la mitad. Si lo comparamos con marzo del año pasado, igualmente se ha reducido, de 29 microgramos a 19.
En la otra estación, la de Palacio de Congresos, se ha pasado de 25 microgramos/m3 de enero-febrero a 17 durante el estado de alarma. Y, respecto a marzo de 2019, también se reduce: de 26 a 17.
Ninguna de las dos estaciones ha superado nunca los límites máximos anuales fijados por la normativa europea (40 microgramos/m3), que es la que se aplica en España, aunque suelen rebasar a menudo los límites diarios (sobre todo cuando hay episodios de polvo sahariano) y cada año superan el máximo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) de promedio anual, 20 microgramos. Pero durante estos días las dos estaciones han estado por debajo de esa cifra (19 en una estación y 17 en otra).