La plataforma La calle mata, que durante agosto ha mantenido abierto con sus propios medios un refugio climático para personas sin hogar, se ha concentrado este lunes a las puertas del Ayuntamiento de Granada para volver a recordarle al gobierno local que tiene la obligación de ofrecer recursos a estas personas. 

"¿Y ahora qué?", es la pregunta que lanza La calle mata, que con personas voluntarias, ha mantenido abierto durante agosto un local para dar cobijo a personas sin hogar durante las horas de más calor del día

"¿Y ahora qué?", es la pregunta que lanza esta plataforma ciudadana. Una de sus portavoces, Carmen Caballos, acompañada por una de las personas que ha utilizado ese recurso durante las semanas más duras del verano, en las que se han sucedido olas de calor, ha subido a Alcaldía para exponer estas reivindicaciones. Allí ha trasladado a la secretaria de la alcaldesa, Marifrán Carazo, las necesidades de las personas que viven en la calle y han vuelto a recordar la falta de recursos en la ciudad de Granada. 

Como han recordado, el refugio climático se habilitó en las instalaciones de Edicoma, una entidad que durante todo el año atiende a estas personas y cierra en agosto. En el local cedido por esta organización, voluntarios y voluntarias de La calle mata se han turnado para mantenerlo abierto y permitir que, en las peores horas de calor del día, estas personas pudieran estar en un refugio con aire acondicionado, donde se les ofrecía también algún refrigerio.

"El Tercer Sector no puede ni debe asumir estas obligaciones, que son de las administraciones públicas. Que se coordinen", ha trasladado a El Independiente de Granada Carmen Caballos para subrayar que "no es tan difícil" ofrecer este tipo de recursos a las personas sin hogar. "Lo hemos demostrado" este verano con esa iniciativa. Pero ha sido la ciudadanía la que se ha organizado ante la falta de albergues. Y ya está la vista puesta en el invierno. "Es inadmisible que llegue el invierno y que estas personas sigan muriendo en la calle", ha afirmado Caballos, integrante de este colectivo y activista de los derechos humanos. 

Son dos los tipos de recursos que necesitan las personas sin hogar. De un lado, los destinados a aquellas personas que tienen posibilidades de salir de esta situación. Con ellas deben trabajar los Servicios Sociales. De otro lado están aquellos dirigidos a quienes ya no tienen opciones de salir de la calle pero, como ha enfatizado, "siguen teniendo derechos". Como mínimo, necesitan un lugar en el que se les ofrezca una hamaca con una manta para dormir; un bocadillo y una ducha; y la opción de lavar la ropa. 

Eso era lo que podían hacer en las instalaciones de la calle Varela, junto a la Casa Madre de Dios. Pero se cerró. Era un centro de 'baja exigencia', al que las personas sin hogar acudían, hacían cola y podían acceder para pasar la noche. 

Al menos mientras se ha celebrado la concentración, la alcaldesa ni los ha recibido ni ha bajado a interesarse por las reivindicaciones de la plataforma ciudadana, cuyos integrantes lamentaban que no haya "dado la cara". "Como mínimo, que nos escuche".

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Un momento de la concentración. indegranada

Como Carmen Caballos ha expuesto en Alcaldía, quienes estaban concentrados a las puertas del Ayuntamiento no eran "alborotadores".

En el documento bajo estas líneas se recoge el sentir de las personas sin hogar y la plataforma La calle mata.

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Entre las voluntarias que se ha turnado este verano para mantener abierto el local de Edicoma, está Elisa Cabrerizo, exconcejala de la capital. "La experiencia de agosto ha puesto de manifiesto que no cuesta tanto. Los primeros cuidados, las cuestiones urgentes y básicas son fáciles de ofrecer", ha manifestado durante la concentración. Ha subrayado también la necesidad de "contar con las personas sin hogar" para decidir sobre estos recursos. "Son autónomas", ha señalado para recordar que buscar estas soluciones y tener en cuenta estos aspectos es lo que se espera de la política.