El Banco de Alimentos de Granada alcanza su cifra récord de reparto de comida
El Banco de Alimentos de Granada (BAG) es uno de los pocos de España que no cierra en agosto por vacaciones y mantiene estos días una agitada actividad que, gracias a la solidaridad y el trabajo de un nutrido grupo de voluntarios, ha permitido repartir más de 2,2 millones de kilos de comida a las familias que más lo necesitan en el primer semestre del año, superando "con creces" las cifras del pasado ejercicio.
El director general del BAG, Indalecio García Sánchez, ha señalado en declaraciones a Europa Press que cada vez son más las personas, empresas y colectivos que donan alimentos, lo que facilita a esta entidad llegar a unas 64.000 personas al año.
En los dos últimos ejercicios, el Banco de Alimentos llegó a repartir unos cinco millones de kilos de comida en el conjunto de la provincia, a través de sus distintas delegaciones, y en el presente año todo hace presagiar que la cifra rondará los seis millones. No obstante, en el colectivo aclaran que su deseo sería que no hubiera necesidad de alimentos entre las familias y no fuera necesaria su labor.
Sánchez relata que la política de esta entidad se centra en la "lucha contra el despilfarro de excedentes que se producen" tanto en supermercados, cooperativas y grandes superficies, como en la agricultura y la pesca.
Además de nutrirse de estos excedentes, cuentan con donaciones de particulares en las recogidas de alimentos que llevan a cabo en momentos puntuales en supermercados y grandes superficies.
La recogida y distribución de los alimentos se realiza con la colaboración de los 250 voluntarios que de manera permanente echan una mano en las distintas sedes repartidas por la provincia; aunque en momentos de mucha actividad, como la gran recogida que se hace en noviembre, se llegan a implicar hasta 3.000 voluntarios.
Y es que, en sus 22 años de funcionamiento, el banco granadino ha logrado cosechar una amplia planta de voluntarios, con estructuras de equipos coordinados por jefes de zona que se mantienen todo el año. Todo ello, configurando un mecanismo perfectamente engrasado en el que la solidaridad es el principal combustible.
El Banco de Alimentos no entrega comida a particulares sino a asociaciones y colectivos, y todo está canalizado a través de lo servicios sociales, de modo que los beneficiarios son derivados por ellos.
El director general del banco de alimentos ha hecho un llamamiento a la sociedad para que sea solidaria, recordando que las principales carencias se encuentran en lo vinculado a la alimentación infantil, como las leches prenatales; un producto con un coste elevado y el único con el que puede alimentarse un bebé a determinadas edades.
También anima a los granadinos a colaborar como voluntarios, especialmente a las personas jubiladas que cuentan con más tiempo libre y puede "pasar un buen rato a la vez que son solidarios".