El año pasado fue seco y más caluroso de lo normal. Granada recibió un 23% menos de lluvia sobre el promedio histórico y 11 de los 12 meses tuvieron temperaturas medias más altas de lo habitual. Es la tendencia que está marcando el cambio climático, cada vez más evidente, más grave y más preocupante. 

Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la estación del aeropuerto registró el año pasado unas precipitaciones de 280 litros por metro cuadrado, un 23% menos que los 365 litros de media del periodo 1981-2010, el usado como referencia. 

En la primera mitad del año, salvo en marzo, hubo lluvia en niveles normales, incluso algo superior a la media, pero en la segunda mitad todos los meses registraron menos precipitaciones de lo habitual, como se puede apreciar en la siguiente tabla:

Fuente: Agencia Estatal de Meteorología. Datos de la estación del aeropuerto de Granada

Granada inició el otoño con los embalses al 34% de su capacidad, en conjunto. Ya hemos entrado de lleno en el invierno y el volumen de agua no solo no ha aumentado, sino que incluso está algo más bajo, al 33%.

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Como muestra el cuadro de arriba, de la web embalses.net, los pantanos de la provincia disponen en este inicio del año de ocho puntos menos de llenado que hace un año por estas fechas, cuando estaban al 41%, y casi 22 puntos menos que la media de los últimos diez años, que es del 55%. Una situación más que preocupante, máxime si en los próximos meses no llueve de forma abundante y se llega al final de la primavera con niveles de agua embalsada parecidos, dado que el verano, que cada vez dura más y es más caluroso, mermará mucho más unas reservas ya escasas. 

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) declaró la situación extraordinaria de sequía en el 80% de la cuenca a principios de noviembre, cuando había solo un 26% de agua embalsada en el conjunto de la cuenca. Dos meses después, las reservas solo han subido dos puntos, hasta el 28%. 

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El mapa de la CHG con el estado de la escasez de la cuenca muestra a su mayor parte en situación de emergencia, un estado en el que se incluye la Hoya de Guadix y las comarcas de Baza y Huéscar, con el pantano del Negratín, que aglutina la mitad de la capidad de agua embalsada de toda la provincia, a solo el 27% de su capacidad. Y con las zonas de la Vega alta, media y baja de Granada en situación de alerta. 

La situación se lluvias escasas se agrava al comprobar que las temperaturas máximas y medias no paran de subir. En 2021 solo hubo un mes más frío de lo habitual, noviembre. El resto de meses fueron más cálidos que el promedio histórico, lo que implica una mayor evaporación del agua embalsada, lo que merma aún más los recursos hídricos de la provincia, ya muy bajos. 

Fuente: Aemet. Datos de la estación meteorológica del aeropuerto de Granada

Como se observa en la tabla, de enero a octubre todos los meses han tenido temperaturas medias más altas que el promedio del periodo 1981-2010. Destaca especialmente febrero, con 2,2 grados por encima de la media de ese mes y, sobre todo, agosto, que fue el más cálido que se recuerda, 2,4º más que el promedio. Con 27,2º de temperatura media, fue incluso más caluroso que julio, el mes normalmente de mayor calor del año. 

El año 2021 tuvo, de esta forma, una temperatura media en Granada de 16,5 grados, 1,1º más que la media. La provincia es una de las que más está sufriendo los efectos del calentamiento global.