Artículo de opinión por Francisco Vigueras y Juan Antonio Díaz

'2 de enero: un manifiesto por la convivencia'

Ciudadanía - Francisco Vigueras y Juan Antonio Díazf - Jueves, 2 de Enero de 2020
Francisco Vigueras y Juan Antonio Díaz, de la plataforma Granada Abierta, reivindican en este artículo la necesidad de variar el rumbo de la celebración del Día de la Toma, apostando por la convivencia, el respeto, la tolerancia y la interculturalidad.
Acto alternativo a la Toma, con Antonio Malpica y Juan Pinilla.
Granada Abierta
Acto alternativo a la Toma, con Antonio Malpica y Juan Pinilla.

Un año más, Granada Abierta ha celebrado el acto Toma no, Mariana si en la Fundación Euroárabe, con el apoyo de Antonio Malpica, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Granada, y del cantaor Juan Pinilla. Llevamos 24 años organizando este acto alternativo. Fue en 1995, cuando dábamos a conocer el Manifiesto 2 de Enero en el Palacio de la Madraza. Pedíamos entonces al Ayuntamiento de Granada sensibilidad democrática para transformar el Día de la Toma en una Fiesta de la Tolerancia. Planteábamos la necesidad de cambiar esta tradición sectaria y excluyente “por un acto integrador, inspirado en los principios de convivencia y respeto a las minorías, en el que nadie se sienta agraviado ni excluido”. Aquel manifiesto recibió la adhesión de destacados artistas e intelectuales, como Carlos Cano, Miguel Ríos, Luis García Montero, Antonina Rodrigo, Ian Gibson, José Saramago, Juan Goytisolo o Pedro Martínez Montávez, entre muchos otros. También recibimos el apoyo de Federico Mayor Zaragoza, entonces director general de la UNESCO, y del que fuera Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo. 

Durante cinco años, los gobiernos municipales del Partido Popular respondieron a nuestra petición con desprecio e incluso con insultos. A pesar del importante apoyo ciudadano que habíamos recibido, el entonces alcalde Díaz Berbel hizo unas declaraciones xenófobas, impropias de un político democrático: "que se pongan un turbante -dijo- y se vayan a Marruecos". José María Aznar, ex presidente del PP, llegó a decir que éramos "un grupúsculo de intelectuales necios que firmábamos manifiestos absurdos". Y por fin, en el año 2000, logramos nuestro primer éxito, cuando el gobierno tripartito, formado por PSOE, Izquierda Unida y Partido Andalucísta, decidió desmilitarizar el Día de la Toma e incluir la lectura de un Manifiesto por la Concordia y las Culturas, que decía así: “El Ayuntamiento de Granada, como institución que representa a todos los granadinos y granadinas, ha querido dar cabida a todas las culturas que construyeron su historia. La concordia entre los pueblos se construye sobre la base de la libre convivencia entre diversas culturas y con una forma de vida que preserve los derechos de todos los hombres y mujeres, cualquiera que sean sus creencias, su religión o su raza… El Ayuntamiento de Granada puede y quiere proponer a los granadinos una fiesta en la que quepamos todos… Elijamos la convivencia, el respeto y la tolerancia, elijamos la interculturalidad”. 

El Día de la Toma supone un riesgo para la convivencia democrática, con preocupantes enfrentamientos que dañan la imagen de Granada

Aquel 2 de enero del año 2000, con el comienzo del nuevo milenio, el Ayuntamiento de Granada tuvo la valentía de lanzar este mensaje solidario que significó un gran paso adelante para convertir el 2 de enero en una fiesta democrática, abierta a toda la ciudadanía. Pero aquel cambio duró poco tiempo, pues el Partido Popular presionó para eliminar esta llamada a la tolerancia y mantener la tradición a ultranza. Y la extrema derecha, que abucheó el manifiesto por la concordia cuando era leído desde el balcón municipal, se sintió más fuerte que nunca. Tomó la Plaza del Carmen para hacer soflamas islamófobas y pidió la expulsión de los inmigrantes musulmanes, siguiendo el ejemplo de los Reyes Católicos que expulsaron a judíos y moriscos. Desde entonces, el Día de la Toma supone un riesgo para la convivencia democrática, con preocupantes enfrentamientos que dañan la imagen de Granada. Pues una fiesta que necesita un amplio despliegue policial para evitar agresiones y otros actos violentos, no puede llamarse fiesta. Es decir, la Toma ha dejado de ser una fiesta para convertirse en una pesadilla, en un problema de orden público.

Para superar esta agria polémica, es más necesario que nunca recuperar aquel Manifiesto por la Concordia y las Culturas que se leyó el 2 de enero de 2000 en el balcón del Ayuntamiento

Para superar esta agria polémica, es más necesario que nunca recuperar aquel Manifiesto por la Concordia y las Culturas que se leyó el 2 de enero del año 2000 en el balcón del Ayuntamiento. Granada Abierta, con el apoyo del grupo municipal Podemos-Izquierda Unida considera que la mejor forma de empezar el año sería con una llamada la convivencia: “Proponemos abrir un debate sereno y hacer un esfuerzo de generosidad colectiva, poner el acento en la concordia y en la convivencia entre todas las gentes que habitaron y habitan esta tierra, sea cual sea su clase, identidad sexual o creencia. Y que el día de hoy sirva de homenaje a nuestra historia, a todo nuestro pasado, también al que significa la Alhambra, la marca de la ciudad, la que tanta fama, belleza y sustento nos ha dado durante siglos”.  Con este manifiesto, daríamos un primer paso adelante para que la celebración sea más acorde con los valores de una sociedad plural y democrática como la nuestra.       

La Plataforma Granada Abierta, heredera del Manifiesto 2 de Enero, considera que el tiempo nos dará la razón. Que la celebración de la Toma es una resaca del pasado que acabará muriendo, como dijo Tarik Alí cuando visitó Granada, y que es necesario fomentar el diálogo intercultural. Por eso recordamos las palabras de Federico García Lorca, el poeta del mestizaje: “Yo creo que el ser de Granada me inclina hacia la comprensión simpática de los perseguidos. Del gitano, del negro, del judío… del morisco que todos llevamos dentro”. Reivindicamos así la Granada de Mariana Pineda, García Lorca y Carlos Cano. Estamos convencidos de que la gran fiesta local de Granada será el Día de Mariana Pineda, símbolo de igualdad y libertad.