Granada y sus guetos: Norte
Centro Cívico Norte. indegranada
No me gusta cuando se simplifica la política en una serie de anuncios mediáticos, entradas fotográficas en redes, debates de corta y pega o argumentarios publicitarios; y en paralelo no hay una clara posición política a favor de la igualdad y un compromiso ético en contra de la pobreza por parte de cualquier gobierno.
Durante los últimos meses se ha llevado a cabo una lucha contra los cortes de luz focalizada solo en un solo culpable: Los llamados Narcopisos. Una de las causas del actual conflicto eléctrico, pero no la única.
Aunque se ha comenzado la batalla contra esta lacra criminal a base de cañonazos.
Se ha mandado a la policia, acompañada por Endesa y otras instituciones públicas, para destruir, literalmente, los enganches ilegales en determinadas zonas del barrio Norte de Granada capital.
No se ha tenido en cuenta los daños colaterales que se cometerían al ejecutar determinadas actuaciones policiales y judiciales. Y la justificación pública es la discriminación entre quien paga y quien no paga. Un argumentario típico de la derecha más rancia.
No se habla de unas instalaciones eléctricas anticuadas, de los servicios públicos inexistentes en determinadas zonas del barrio.
No se habla de calles donde viven pobres que han estado olvidados por la mayoría de las instituciones públicas durante décadas.
No se habla de alternativas sociales y económicas focalizadas en una parte de la población que no tiene más alternativa que callar ante la obligación de mantener los enganches eléctricos por necesidad vital o por miedo a recibir represalias ante el cultivo ilegal.
Y así se contruyen o se desarrollan los guetos, no de vecinos y vecinas de origen multicultural, sino la acumulación de ciudadanos que comparten una única visión de la vida: Ser pobres.
No ayuda una clase política que no empatiza con personas más allá de anuncios estériles.
Estamos frente a un problema social que ha sido alimentado por dos afluentes: La pobreza y el olvido institucional durante décadas.
Este conflicto histórico que prejuzga a una población con serios problemas de inclusión social, tiene muchas ramificaciones que no se han analizado y evaluado
Este conflicto histórico que prejuzga a una población con serios problemas de inclusión social, tiene muchas ramificaciones que no se han analizado y evaluado.
En paralelo se han activado cortinas de humo que han permitido criminalizar aún más a unos vecinos que están viéndose señalados como eternos delincuentes.
La respuesta ilógica por parte de nuestros gobernantes es que los pobres, que no tienen ni para alimentarse, tengan que seguir enganchando la luz, pagando multas económicas y penales desproporcionadas, sin ninguna alternativa real que se comprometa a luchar contra la pobreza en Granada.
Por último, siento decir que esta circunstancia se da gracias a la complicidad de Endesa, la Subdelegación de Gobierno, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Granada.
Discriminar unilateralmente entre quienes pagan y quienes no lo hacen, sin realizar un análisis técnico cualitativo profundo sobre las causas de estos enganches eléctricos, es una señal de que estamos ante una clase política con una clara visión elitista sobre cómo luchar contra la desigualdad económica.
Ellos ya han elegido: Erradicarla gracias a castigos masivos con la maza en un lado de la balanza y el silencio culpable en la otra.
¿Y qué hacemos mientras dejamos sin luz a familias enteras en medio del invierno sin ninguna alternativa vital?
Nada...
¿Algunos saben qué es la evaluación de proyectos sociales o el análisis de políticas públicas? Necesitamos gestores públicos con una clara visión técnica y comunitaria.
Abran los ojos y déjense de "lo tengo en cuenta" o "es una cuestión difícil" para no tomarse en serio las necesidades de granadinos que más que vivir, sobreviven.