Las voces y los ecos
Fundamental en política, saber apreciar la distinción entre las voces y los ecos. Lo contrario puede llevarnos a perder el “norte” de las cosas y a no saber desenvolvernos en la complejidad del panorama político actual.
Voces son las propuestas para cambiar el modelo de ciudad que existe. Un sistema de transporte que no condene a la población, sino que le facilite la vida; que sea eficaz, cómodo y rápido. Una proyección cultural de nuestra ciudad que nos sitúe en vanguardia de las ciudades del sur y, de paso, potencie sectores económicos emergentes granadinos, la música, el teatro, el diseño, el flamenco, etc. Una protección social adecuada para quienes más lo necesiten, sobre la base de que el empleo ha de ser la absoluta prioridad. Una organización municipal transparente, diáfana, democrática y abierta a la ciudadanía, que permita conocer el destino del último céntimo de dinero público.
Pocas voces se han escuchado estos últimos días en el debate político granadino, y la gran mayoría de ellas provenientes del PSOE, porque es de “voces” de lo que toca hablar y de lo que la gente espera que se hable.
Ecos son los asuntos colaterales, personales e intrascendentes para la vida de la gente. Que si “quítate tu, que me pongo yo”, que si me votas o te voto pero no gobierno; que si “me ofendes, me perdonas y me disculpas”; que si “contigo no negocio, ya negociaré con el de al lado”. En definitiva, aquellas cosas que significaban lo antiguo y lo pasado vuelven, al parecer, con más fuerza que nunca. Y lo hacen a cara descubierta, sin pudor y sin vergüenza. Y para que hablar del intento de golpe de estado que se pretendía dar en el gobierno de nuestra Diputación, al modo siciliano de compra directa de voluntades políticas.
Muchos, demasiados ecos se están escuchando estos días en el debate político, ninguno de ellos provenientes del PSOE, porque no nos interesa hablar de ello ni a la gente le interesa. Hagamos aumentar las voces y acallemos los ecos. Por decencia política.