Es lo que han debido pensar en el Ayuntamiento de Granada de cara al Pleno Extraordinario que se va a celebrar (o se está celebrando o ya se ha celebrado, según cuando se lea esta reflexión) en la mañana de este 7 de julio, San Fermín. Un Pleno extraordinario convocado, nada más y nada menos, que para la elección de la persona que ostentará la alcaldía hasta el mes de mayo de 2023 (es de suponer que, al menos, lo será hasta esa fecha). Y que, justamente por la importancia del asunto a tratar, debería de ser todo un muestrario de argumentos, razonamientos, propuestas y exposición de pareceres. Y, sin embargo, va a ser un Pleno sin palabras, salvo el obligado discurso final de quien resulte elegido alcalde de Granada.

Bastantes despropósitos, contradicciones, mentiras, sandeces y palabras que se lleva el viento hemos escuchado en este mandato municipal, desde el mismo día que éste se inició. Y fundamentalmente, en los últimos meses. Y de manera extraordinaria, en este último mes. Protagonizado este serial excesivo de "palabras" por las 14 personas que, hace 2 años, tomaron la decisión de convertir en alcalde a quien ha dejado de serlo hace una semana

Y es que, a veces, es mejor callar. Bastantes despropósitos, contradicciones, mentiras, sandeces y palabras que se lleva el viento hemos escuchado en este mandato municipal, desde el mismo día que éste se inició. Y fundamentalmente, en los últimos meses. Y de manera extraordinaria, en este último mes. Protagonizado este serial excesivo de "palabras" por las 14 personas que, hace 2 años, tomaron la decisión de convertir en alcalde a quien ha dejado de serlo hace una semana. Las 14 corporativas y corporativos más inoperantes, incompetentes, calamitosos e irresponsables que ha conocido esta ciudad. Desde luego, ordenada esa incompetencia y esa irresponsabilidad de mayor a menor protagonismo en el drama que hemos vivido. Empezando por quien resultó elegido alcalde en junio de 2019, al parecer con condiciones que no ha cumplido. Continuando con la cadena de mando municipal, hasta concluir en algunas y algunos que, la verdad, bastante han hecho con intentar transitar, calladamente, sin recibir los embates de la tempestad.

Quizá por eso, hoy van a callar (o han callado) quienes hace 2 años hablaron de un alcalde para 4 años (está grabado), y este mes se han llenado la boca afirmando que era para 2. Sin despeinarse. Quizá por eso hoy callarán quienes hace 2 años mostraron ostentosa y públicamente la papeleta de voto, al poco tiempo se arrepentían de esa hazaña, después miraban hacia Parapanda, más tarde acordaban apoyar al candidato del PP (sin firmar nada, por dios, la palabra es lo que vale), y al parecer, lo último que han anunciado es que presentarán su propia candidatura. Quizá por todo ello, hoy callarán quienes recuperaron la memoria de repente para recordar que lo que no era, ahora si lo es, coincidiendo esa repentina recuperación de los recuerdos con su abandono del partido que (aún se ignoran las razones) una vez los acogió.

Demasiado se ha dicho últimamente, y demasiado indecente, además de estéril para la ciudad. Demasiado e indisimulado interés personal ha desfilado ante nuestros ojos estas semanas. Demasiado ultimátum se ha lanzado, para cambiarlo a los pocos minutos por otro ultimátum, cada vez más altisonante y más ridículo

Demasiado se ha dicho últimamente, y demasiado indecente, además de estéril para la ciudad. Demasiado e indisimulado interés personal ha desfilado ante nuestros ojos estas semanas. Demasiado ultimátum se ha lanzado, para cambiarlo a los pocos minutos por otro ultimátum, cada vez más altisonante y más ridículo. Demasiada degeneración de la política por parte de quien supuestamente vino a regenerar. Demasiados afanes por parte de quien jamás ofreció no ya gestión ni solución de algún problema, sino ni siquiera un mínimo conocimiento de dónde estaba, porque estaba y para qué estaba.

Por eso, hoy, 7 de Julio, en el Patio del Ayuntamiento, es mejor que muchas y muchos callen. Desde luego, su silencio no ocultará su desvergüenza, su desprecio a la institución que no han merecido ocupar, su absoluta ignorancia del noble papel que la ciudadanía esperaba y espera de quien ocupa un sillón en el Salón de plenos. Pero al menos, ese silencio será el mejor legado que puedan dejar de su paso por el Ayuntamiento. La nada, la más absoluta nulidad.

Hoy es de los días en que el mejor servicio que las 14 personas que pusieron alcalde en 2019 pueden prestar a la ciudad, es permanecer en absoluto silencio.