Ha sido y es adecuado, en Campaña electoral, hablar y debatir sobre los usos del suelo de las ciudades. No en vano, es el único recurso finito que existe, pues (por suerte, añado yo) no existe manera de aumentarlo. Hay el que hay y no hay más. Por eso afirmo que es muy adecuado debatir y proponer sobre sus usos, sus posibles transformaciones, las dotaciones o servicios a ubicar sobre el mismo o las prohibiciones al respecto, y sobre aquellas medidas políticas que repercutirán de una u otra manera, en su valor o precio, y por tanto, en las perspectivas económicas de sus propietarios. Es, pues, un debate importante e imprescindible que afecta a la vida de la ciudad y sus habitantes.

En esta campaña electoral, hay que reconocer que se están produciendo propuestas relativas al uso del suelo de Granada. La gran mayoría provienen del PSOE y conforman un modelo de ciudad que, sin caer en hipérboles léxicas, bien puede calificarse de sostenible, humana, amable, justa y equitativa. Que es, por otra parte, el objetivo del urbanismo, servir como medio de redistribuir beneficios y cargas y coadyuvar a un uso adecuado del suelo, dado ese carácter finito del mismo al que aludía al principio, y que supone pensar en las granadinas y granadinos del futuro, que, por pura lógica, dispondrán de menos suelo para sus necesidades que el que disfrutamos ahora.

Las propuestas socialistas conforman un modelo amable de ciudad, que piensa más allá del cortoplacismo rampante y egoísta que nos gobernó no hace tanto tiempo y que pretende volver a gobernarnos, a poco que la ciudadanía granadina se despiste

Destinar terrenos de Granada para la ubicación de empresas tecnológicas es pensar en el colectivo, incluso en el colectivo futuro, huyendo del beneficio inmediato que ha guiado la práctica urbanística de la ciudad bajo el gobierno del PP y cuyas consecuencias nefastas para Granada y sus gentes, estamos viendo día a día, por mucho que uno de sus responsables ahora se pretenda disfrazar (sin éxito, evidentemente) de candidato de "futuro". Nada más y nada menos. Destinar terrenos de Granada para la ampliación de instalaciones universitarias es invertir en un mejor futuro para tantas granadinas y granadinos y para gentes venidas de fuera de nuestras fronteras a ampliar sus horizontes académicos y profesionales. Destinar terrenos de Granada para ampliar el número de árboles y especies vegetales no es sólo invertir en calidad de vida colectiva, es también preservar ese terreno de otros usos futuros menos convenientes. Propuestas socialistas que conforman ese modelo amable de ciudad, que piensa más allá del cortoplacismo rampante y egoísta que nos gobernó no hace tanto tiempo y que pretende volver a gobernarnos, a poco que la ciudadanía granadina se despiste.

El PP con su candidato al frente ha propuesto (literalmente) abrir Granada en canal, de norte a sur, para construir un túnel para albergar vías para coches, aparcamientos para coches y seguramente algunos negocios anexos

No ha sido ni es tan habitual que se hable en Campaña electoral del subsuelo de las ciudades. Por diferentes razones, la posible gestión de este subsuelo no es objeto de propuestas. Sin embargo, en Granada estamos asistiendo en la actualidad a un cambio de tendencia. El PP con su candidato al frente ha propuesto (literalmente) abrir Granada en canal, de norte a sur, para construir un túnel para albergar vías para coches, aparcamientos para coches y seguramente algunos negocios anexos. Es decir, ha debido pensar que una vez esquilmado el suelo, ahora le toca al subsuelo, que, total, porque no hacer negocio también con el subsuelo. El modo irónico, incluso chistoso, con que la mayoría de la ciudadanía ha acogido esa disparatada propuesta, ya indica por dónde va el sentir de la gente, más que distante de las intenciones del PP.

No es el único asunto, desde luego, sobre el que se está hablando en esta Campaña para las Elecciones municipales del próximo 26 de mayo, pero si es un asunto que ocupa y preocupa. Cómo usemos nuestro suelo y nuestro subsuelo definirá la vida de Granada en las próximas décadas. Y parecen evidentes las diferencias de concepto entre la visión socialista y la visión de la derecha granadina. Algo a tener muy en cuenta en los próximos días.