Si te preguntan, responde
Nunca había tenido el gobierno de España una ministra feminista que sufriera los ataques machistas de sus adversarios políticos con tanta virulencia como los que está sufriendo Irene Montero. No es preciso que recuerde ninguno porque se mueven con soltura por redes sociales y por grupos de 'guasap' de todo tipo. Ataques que llegan rotundos de los partidos de derechas, de sus portavoces o voces femeninas más destacadas, pero también de sectores del socialismo o de medios de comunicación de apariencia progresista que siempre cerraron filas entorno a Leire Pajín o Bibiana Aidó, por ejemplo.
Irene Montero, Leire Pajín y Bibiana Aído coinciden en su llegada a los ministerios en su juventud. Esa juventud que desde una perspectiva machista es una zona de combate contra el feminismo más favorable, al tiempo que es el lugar en el que hay que frenar el avance feminista que dibuja el futuro. Son mujeres símbolo y por eso hay que destruir su reputación política cuanto antes, despreciar e ignorar su formación, situarlas en el lugar de lo sexuado, acusarlas de falta de experiencia o, lo de siempre y peor, acusarlas de que están ahí por ser quienes son respecto de sus parejas.
La carcundia, la derecha y también cierta parte del antiguo socialismo quieren destruir su valor simbólico porque así quieren frenar el nuevo y determinante avance feminista por la igualdad y por el bien de toda la sociedad, incluidos los hombres, que supone la ley de libertad sexual de las mujeres
Lo que ha ocurrido esta semana con la ministra Irene Montero, una mujer altamente cualificada, una política de garra capaz de hacer sombra, de hecho se la hace, a cualquier hombre, es exactamente eso. La carcundia, la derecha y también cierta parte del antiguo socialismo quieren destruir su valor simbólico porque así quieren frenar el nuevo y determinante avance feminista por la igualdad y por el bien de toda la sociedad, incluidos los hombres, que supone la ley de libertad sexual de las mujeres. Una ley hecha por mujeres con alta formación académica y jurídica que la inmensísima mayoría del movimiento feminista apoya sin fisuras.
Ha sido una lástima que la misma ministra que filtró un documento falso desde su gabinete ministerial, cuando Sánchez albergaba todavía la posibilidad de no formar gobierno con Iglesias, forzar la repetición electoral para debilitar lo suficiente a Ciudadanos, liquidar a Unidas Podemos para gobernar en solitario o con el ya olvidado Albert Rivera, sea la misma que filtró un documento de crítica y corrección del proyecto de ley en cuestión procedente del Ministerio de Justicia y de su propia vicepresidencia para debilitar la posición de la ministra de igualdad ante el Consejo de Ministros que debía aprobar la ley antes del 8 de marzo. Es una práctica tipo viejo PSOE, ese que no consiente que ningún avance en derechos se haga sin su protagonismo y sin sus condiciones de freno de mano para no ir rápido.
Esperemos que se corrija este desavío con diálogo entre los socios de gobierno, pero también con la determinación suficiente para seguir aplicando el programa de gobierno pactado. Para otra cosa no debe estar el gobierno de coalición, para otra cosa ya estaban el PSOE en solitario, las derechas o los socios minoritarios a los que el PSOE gustaba de dar codazos a diario y patadas en el culo en sus pactos de comunidades autónomas como la andaluza.
Esperemos que se corrija este desavío con diálogo entre los socios de gobierno, pero también con la determinación suficiente para seguir aplicando el programa de gobierno pactado
Mi hija tenía nueve añillos y me pidió que los sábados llevase a parte de su equipo deportivo en el coche porque no cabían todas en un solo vehículo. La tarde antes del primer partido se me acercó muy seria y me dijo: “Papá, mañana me vas a llevar a mí y a mis compañeras de equipo al partido, tú no digas nada, nos llevas y ya está.” Dijo esto y se fue tan pancha después de que yo le dijera que yo solo conduciría y estaría callado. Se me quedó la cara pensativa. La niña no quería injerencias y, como ocurre a esa edad hasta que se hacen mayores, no quería ser identificada por lo que es o dejase de ser su padre. Lo más curioso del asunto es que volvió al rato y, también seria me dijo: “Bueno, papá, si te preguntan, respondes”.
Pues eso, primero callar mientras se fraguaba la ley, y una vez que sale a la luz, surgen los ataques y todo el mundo pregunta, responder es lo que han hecho las portavocías, las vicepresidencias y multitud de hombres y mujeres concernidos por la importancia de que esta ley salga cuanto antes y se anuncie en un momento tan importante días antes de este ocho de marzo.