Seguimos faltos de ‘influencers’
La competitividad entre el “Pie de la Torre” y la Plaza del Carmen, entre el presidente de la Diputación y la alcaldesa de la capital, no aporta dividendos a los granadinos de a pie, que venimos asistiendo atónitos a la deriva de la Junta de Andalucía para con nuestra provincia. Por ahora ni la pasta que ha costado la remodelación del Palacio de Niñas Nobles para lucimiento personal de ‘Francis’ Rodríguez, ni el potente aparato publicitario montado en torno a la Marifrán, han servido para que Granada cobre protagonismo en la toma de decisiones estratégicas sobre el futuro de nuestra ciudad.
Desde la llegada de Moreno Bonilla al Palacio de San Telmo, Granada va perdiendo peso en el mapa andaluz frente al eje Málaga-Sevilla e instituciones granadinas están siendo re-centralizadas, menospreciadas o en acoso y derribo, con la connivencia de diferentes poderes fácticos y mediáticos que hasta hace muy poco lucían los colores granadinistas
La sinergia que debiera producirse con la confluencia de ‘líderes’ locales, (permítaseme la licencia poética), del mismo partido político que el gobierno andaluz, está lejos de constituir un beneficio para nuestra provincia, una ‘influencia’ positiva; antes bien al contrario, desde la llegada de Moreno Bonilla al Palacio de San Telmo, Granada va perdiendo peso en el mapa andaluz frente al eje Málaga-Sevilla e instituciones granadinas están siendo re-centralizadas, menospreciadas o en acoso y derribo, con la connivencia de diferentes poderes fácticos y mediáticos que hasta hace muy poco lucían los colores granadinistas, lo que parece ser que era una cuestión de pose o postureo como se dice ahora.
Lo cierto es que más allá de algunos lugares comunes sobre “etarras, se rompe España y Venezuela” para alimentar el discurso contra el gobierno central, a la instalada derecha granadina en todas las instituciones públicas, (en las privadas siempre lo estuvo), no se le conoce ningún proyecto de ciudad, ni de la provincia, que la identifique. Ni siquiera en los muchos años que ha dirigido el gobierno de la ciudad podemos advertir alguna línea, directriz o elemento identificador de hacia dónde quieren que vaya Granada (capital y provincia), qué quieren que sea o cómo quieren que mejore. Durante muchos años, a muchos le fue bien y les bastó solo con ir contra Sevilla y contra los socialistas.
Orientar el PGOM hacia ese objetivo es confundir crecimiento con desarrollo, nivel con calidad de vida y alejarse de los objetivos de avanzar hacia una ciudad verde con una movilidad y un turismo sostenible
En el caso de la alcaldesa, si nos atenemos a la presentación del Avance del Plan General de Ordenación Municipal, el instrumento de planificación urbanística que proyecta el futuro de una ciudad, la más destacada y ‘brillante’ idea que hemos conocido es que pretende que Granada crezca hasta los 250.000 habitantes. Orientar el PGOM hacia ese objetivo es confundir crecimiento con desarrollo, nivel con calidad de vida y alejarse de los objetivos de avanzar hacia una ciudad verde con una movilidad y un turismo sostenible y hacia al necesario reequilibrio entre barrios y entre personas que sigue requiriendo nuestra ciudad.
En lo que respecta a la institución provincial, aparte de hacer hijo adoptivo al presidente de la Junta y lo del Palacete de Niñas Nobles, la llegada de los populares ha tenido como medida más destacada su modificación presupuestaria para derivar dinero, que debiera ir destinado a los pequeños municipios, hacia la capital y Motril.
Ante la orfandad y la ausencia de liderazgo local frente al gobierno asimétrico y absolutista andaluz ha aflorado una, aún tibia pero esperanzadora, respuesta de una parte de la sociedad granadina que ha conseguido torcer el pulso a varias decisiones contra Granada
Ante la orfandad y la ausencia de liderazgo local frente al gobierno asimétrico y absolutista andaluz ha aflorado una, aún tibia pero esperanzadora, respuesta de una parte de la sociedad granadina que ha conseguido torcer el pulso a varias decisiones contra Granada. La más reciente corresponde a la forzada ‘marcha atrás’ de la Junta de Andalucía a la puesta en marcha del Instituto Andaluz de Divulgación Científica en la vecina Málaga con la que se pretendía arrebatar al Parque de las Ciencias el protagonismo (y quizás algo más) en esta materia. Ante el silencio y la falta de respuesta y de compromiso de la alcaldesa y del presidente de la Diputación ha tenido que ser la movilización ciudadana con la Asociación de Amigos del Parque de las Ciencias al frente y multitud de personas que han levantado la voz y arrimado la pluma las que han impedido ‘la afrenta’.
Igual ha ocurrido con el fallido nombramiento del presidente del Patronato García Lorca por parte de la Diputación Provincial que intentaron sostenerlo a pesar de su in-idoneidad manifiesta tras conocerse sus ataques a las víctimas de la represión franquista y su gracieta de la ‘memez histérica’
Igual ha ocurrido con el fallido nombramiento del presidente del Patronato García Lorca por parte de la Diputación Provincial que intentaron sostenerlo a pesar de su in-idoneidad manifiesta tras conocerse sus ataques a las víctimas de la represión franquista y su gracieta de la ‘memez histérica’. Hasta que el asunto saltó a la prensa nacional y recibió el puntillazo de la dimisión de dicho Patronato de Laura Lorca, sobrina nieta de Federico y presidenta de la Fundación que lleva el nombre del poeta universal, los dirigentes populares aguantaron el intento de colocar al portavoz municipal del PP en Armilla. También en este caso fue decisiva, para que no se hiciera efectivo el nombramiento, la movilización ciudadana.
La Universidad de Granada también dobló el pulso a la Junta de Andalucía en el tema de las nuevas titulaciones de grado y másteres que negaba la Consejería de Universidad e Investigación y al final ha tenido que rectificar a pesar de que la negativa, decían, estaba muy fundamentada y se había hecho tras muchos estudios al respecto
La Universidad de Granada también dobló el pulso a la Junta de Andalucía en el tema de las nuevas titulaciones de grado y másteres que negaba la Consejería de Universidad e Investigación y al final ha tenido que rectificar a pesar de que la negativa, decían, estaba muy fundamentada y se había hecho tras muchos estudios al respecto. Con el respaldo del ecosistema empresarial, la UGR ha conseguido que se aprueben todas las titulaciones propuestas y ha demostrado que su oferta formativa sí que estaba fundamentada y era de justicia.
De estos tres ejemplos podemos extraer una doble lectura:
- que la respuesta de la sociedad granadina puede mover, como la fe, montañas, si está bien organizada y se mueven bien los hilos.
- que, si no hay movilización ciudadana, si confiamos en que los dirigentes instalados en las instituciones locales ejerzan de infuencers y vayan a cumplir con sus promesas de que “Granada, lo primero”, las llevamos claras.