'La sanidad no se vende'
Miles de personas en todas las capitales andaluzas se han ‘tirado a la calle’ este fin de semana en defensa de la sanidad pública y en protesta por el deterioro progresivo de la atención sanitaria. Aparte de la habitual guerra de cifras entre los convocantes, policía, medios de comunicación y los aludidos en las movilizaciones, lo cierto es que las manifestaciones han sido muy numerosas y entre los participantes había un gran descontento con la deriva que está teniendo la sanidad en nuestra comunidad autónoma, especialmente con la deficiente situación de la Atención Primaria.
La convocatoria que recorrió la Gran Vía de la capital granadina ha sido la más numerosa de toda la región rompiendo tópicos sobre la apatía que se atribuye a los ‘granaínos’ y poniendo de relieve que en algunos lugares de la provincia la situación se está volviendo insostenible
La convocatoria que recorrió la Gran Vía de la capital granadina ha sido la más numerosa de toda la región rompiendo tópicos sobre la apatía que se atribuye a los ‘granaínos’ y poniendo de relieve que en algunos lugares de la provincia la situación se está volviendo insostenible.
Allí estuve yo con mis calcetines de ‘Yayo, eres el mejor’, regalados por mis nietos y pensando especialmente en ellos y en mis hijos y en la importancia de la movilización para frenar, al menos, el camino que ha emprendido el gobierno andaluz hacia la privatización de nuestra sanidad y hacia el cambio de un modelo sanitario que ha sido un orgullo y envidia de otros países.
Entre la gente pude distinguir a mi médico de familia, al que nunca vi quejarse en la consulta y siempre ha cumplido con su profesionalidad en la atención, supliendo las carencias y limitaciones y sobreponiéndose a las dificultades vividas en los últimos años. También me crucé con la pediatra de mis hijos y con muchos amigos del sector sanitario. Muchas batas de enfermer@s y médicos y mucha gente ‘normal’ de la que me atrevo a decir que no frecuenta las movilizaciones callejeras.
Algún medio local ha titulado que éramos gente ‘varopinta’, me pareció entender que, en sentido peyorativo, al revés de la importancia y significado que tiene para mí esa ‘biodiversidad’. Porque en la manifestación del sábado había gente joven, de mediana edad y mayor, en una proporción similar, en la medida en que todos estamos sufriendo el deterioro de este servicio público que, hasta ahora, ha igualado a toda la ciudadanía, independientemente de su condición económica. Porque lo que estaba latente era el miedo a que esta conquista social de sanidad pública, universal y gratuita se vaya a perder. Así me lo expresaron diversos amigos y amigas con los que me re-encontré a lo largo de la marcha.
Lo que está en juego, a pesar de que Moreno Bonilla lo niega en público con descaro, es la desviación de fondos públicos hacia la sanidad privada, una especie de privatización encubierta además con dinero de nuestros impuestos
Creo que en esto radica la diferencia entre el problema actual y el que llevó a anteriores movilizaciones por la sanidad, que tuvieron especial relevancia en Granada. En aquella ocasión la preocupación era la calidad del servicio público sanitario que se había resentido tras la crisis económica y los recortes del gobierno central, aquí aderezado con el manipulado debate sobre dos hospitales. Ahora lo que está en juego es el modelo sanitario, la apuesta de la derecha y sus aliados mediáticos y financieros por convertir la sanidad en un negocio, negocio en el que participan precisamente los ‘dueños’ de los grandes grupos de comunicación y los bancos. Lo que está en juego, a pesar de que Moreno Bonilla lo niega en público con descaro, es la desviación de fondos públicos hacia la sanidad privada, una especie de privatización encubierta además con dinero de nuestros impuestos.
Por ello da risa la respuesta que la consejera de Sanidad ha dado tras las manifestaciones convocadas por la Mesa por la Sanidad Pública alegando que se ha aumentado el presupuesto destinado a Salud en Andalucía porque, por un lado, significa que con más dinero se gestiona peor, y por otro, esconde que ese dinero va, en lugar de a reforzar el sistema público de salud, hacia la sanidad privada que se está capitalizando con dinero público y se está pagando a las empresas a un coste mucho más alto que si se destinaran esos fondos a la sanidad pública. En todo caso hay que recordar que nuestra Comunidad Autónoma está entre las tres que menos presupuesto dedicó per cápita en 2022, solo superada, por la cola, por la de Cataluña del gobierno nacionalista (ahora sólo con Esquerra) y la colista del Madrid de Ayuso.
Mal hará el gobierno andaluz si menosprecia los mensajes lanzados en las protestas del sábado y en todas las movilizaciones que se están produciendo en muchos rincones de Andalucía
Mal hará el gobierno andaluz si menosprecia los mensajes lanzados en las protestas del sábado y en todas las movilizaciones que se están produciendo en muchos rincones de Andalucía. Mal hará si se queda contando cuántos asistieron a la manifestación porque el malestar de la ciudadanía está más extendido e irá creciendo y de la voz en la calle de “la sanidad no se vende, (se defiende)” y ahora el personal sanitario nos ha pedido que nos sumáramos a las manifestaciones al grito de “la sanidad está en tus manos”; pero de no producirse un giro por parte del gobierno andaluz, en primer lugar retirando la Orden que abre la puerta a la privatización de la Atención Primaria, a los andaluces nos quedará la posibilidad de poner la sanidad en la mano que deposita la papeleta en la urna.