'La réplica merecida, antes de la Política'
Termino de escribir estas líneas nada más finalizar la segunda votación sobre la investidura fallida del sr. Núñez Feijóo. Terminó la noche electoral del pasado 23 de Julio con 172 votos del Congreso de los diputados, y 2 meses y una semana después ha terminado su intento inútil de ser investido con los mismos 172 votos. Para hacérselo mirar, sin duda.
Digo investidura, porque de eso se trataba o se ha debido de tratar, pero, en realidad, no ha sido el caso. No hemos asistido a un ejercicio de ofrecimiento, de cierta humildad y de petición razonada y justificada de apoyos parlamentarios, que es lo que consiste una investidura, cuando el candidato no dispone de la mayoría suficiente
Digo investidura, porque de eso se trataba o se ha debido de tratar, pero, en realidad, no ha sido el caso. No hemos asistido a un ejercicio de ofrecimiento, de cierta humildad y de petición razonada y justificada de apoyos parlamentarios, que es lo que consiste una investidura, cuando el candidato no dispone de la mayoría suficiente. El candidato señor Feijóo y el PP parecen no haber escarmentado. El PP perdió (porque perdió) las Elecciones Generales, básicamente, por mentir, y porque, además, la ciudadanía lo pilló en la mentira, pero no han variado la estrategia. Han seguido "erre que erre".
Mintió Feijóo en su intervención parlamentaria, en los datos, una y otra vez. Mintió en las propuestas que realizó, porque todas y cada una de ellas fueron siempre rechazadas por el PP cuando hubo ocasión de votarlas. Y mintió cuando se refirió a los votos de los que disponía y de los que hubiera podido disponer. Resulta más que evidente que cualquier posible apoyo que hubiera podido obtener, automáticamente le hubiera supuesto perder los votos de Vox, con quien camina bien agarrado y con la soga al cuello.
Mintió, como viene siendo tónica habitual en él. Cuestión distinta es que sea innegable que manejó "soltura" parlamentaria, que no solvencia, como he leído en algunos medios. La solvencia política, para mí, es algo más que saber encadenar frases recurrentes y alusiones más o menos sarcásticas dirigidas a todo el arco parlamentario (bonita manera de intentar recabar apoyos, por cierto). Y cuestión distinta, también, es que haya resultado obvio que "superó expectativas". Así estarían las expectativas.
Feijóo presentó su candidatura, pero no a presidente del Gobierno, sino a líder de la oposición y a líder del PP. Lo cual, siendo legítimo, pues cada cual usa su tiempo parlamentario y el hecho de haber sido designado, como considera (y el resto lo puede criticar y actuar en consecuencia, solo faltaría), es en mi opinión un cierto fraude constitucional, y desde luego una deslealtad constitucional
Feijóo presentó su candidatura, pero no a presidente del Gobierno, sino a líder de la oposición y a líder del PP. Lo cual, siendo legítimo, pues cada cual usa su tiempo parlamentario y el hecho de haber sido designado, como considera (y el resto lo puede criticar y actuar en consecuencia, solo faltaría), es en mi opinión un cierto fraude constitucional, y desde luego una deslealtad constitucional (como no especificó las características del nuevo delito, no sabremos si era una auto prueba del mismo). Basta leer a los altavoces mediáticos y militantes del PP, para constatar que bien cumplió el objetivo. Seguirá siendo líder del PP un tiempo (ya veremos).
Pero dado que la sesión no era para eso, obtuvo la réplica merecida. Si no es la que esperaba y deseaba para sus objetivos, diferentes a los que dice la Constitución, pues qué le vamos a hacer. No puede esperar compensación política quien defrauda. Así que las mentiras, las falacias y la deslealtad constitucional obtuvo la réplica merecida, por inesperada, por "descolocadora" y por la contundencia (educada) de lograr poner al PP y a su candidato ante su espejo.
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Por resumir, Feijóo ejerció de jefe de la oposición, censuró al gobierno (no sabemos si al en funciones o al hipotético futuro) y aventuró futuras actuaciones. Y además lo hizo cansina, repetida y agotadoramente, para él y para quienes escuchaban. Y el Gobierno, lógicamente, no intervino, pues además de estar en funciones, el Gobierno se defiende y replica en una sesión de control o en una moción de censura. Y esta sesión no era ninguna de esas dos. De modo, que fin de fiesta.
Ahora viene la Política. La buena Política, la del dialogo y el debate entre quienes piensan diferente. Poner propuestas encima de la mesa, para explorar acuerdos. Señalar desacuerdos y calibrar el peso que estos pueden tener frente a los acuerdos. Ceder, rebajar, transaccionar. Lo que es la Política. El final de ese proceso, yo al menos, lo ignoro. Pero el camino no puede ser otro. Dialogar entre iguales, como escenificaron en el Congreso Feijóo y Abascal, es menos política. Como se vio, es chalaneo, chistecitos y guasonerías, a ver quien es el mas socarrón. No contribuye en demasía a alcanzar acuerdos basados en propuestas que sumen y enriquezcan.
Y para esa Política que reclamo, y que es la que necesita este país, la frase final de Oscar Puente viene como anillo al dedo. "La mejor España, merece al mejor PP". Parece que ni está ni se le espera, pero seria deseable y necesario que apareciera no muy tarde.