Regeneración
Tenemos una gran oportunidad en Granada para la regeneración y para el cambio. Granada se ha convertido en el punto de mira de la política nacional desde el inicio de la llamada "Operación nazarí", hasta el Pleno de investidura de nuevo alcalde, previsiblemente el 5 o el 6 de mayo. La situación tiene grandes paralelismos con la situación política nacional, y toda la opinión pública y ciudadana van a seguir de cerca lo que pasa en Granada como un test. La actitud de todos los partidos políticos ha de traducirse, necesariamente, en otorgar la alcaldía al PSOE o permitir, por activa o por pasiva, que siga el PP.
Si en Granada fuera posible el cambio, ¿no es posible también en España?. Estamos, como he dicho, ante una gran ocasión colectiva de apoyar y apoyarnos en el discurso del cambio, protagonizado por “las fuerzas del cambio”. Y sustentado en la evidencia del bochorno público que ha supuesto destapar la corrupción del PP en nuestro Ayuntamiento. Pero hemos de dar un paso más.
La base del discurso de la regeneración y el cambio no debe ser exclusivamente la corrupción. La (presunta) corrupción ha hecho saltar por los aires a Torres Hurtado y sus Tenientes de alcalde de Urbanismo y Presidencia, pero no se trata sólo de echar a los corruptos, que también, sino de cambiar la ciudad, y de dar contenido a ese cambio. Granada se merece un discurso político que vaya más allá de la crítica. El cambio se hace para limpiar, sí, pero también para mejorar. Podemos ser muy transparentes, pero que la ciudad siga igual, y hay que demostrarle a la ciudadanía que queremos llevar a Granada a otro sitio y hacia otras metas.
Por tanto, hay que consolidar y agradecer el apoyo público mostrado por las fuerzas políticas de la oposición, pero sin olvidar que Granada ha estado gobernada por un Alcalde investigado, si, pero también por un alcalde y un equipo de gobierno que llevaba la ciudad a la irrelevancia en Andalucía, al aislamiento, a la falta de proyecto y de futuro. El PSOE agradece, responsablemente, el apoyo a un programa de cambio en Granada. Cambio en las personas y en las políticas. Cambio para regenerar y como he señalado, cambio para mejorar.
Por tanto, se abre un plazo de tiempo hasta la celebración del Pleno Municipal, para que de forma compartida añadamos a la retórica anticorrupción, la retórica del cambio en torno a unas pocas ideas-fuerza que deben ser los elementos que hagan comprender a la gran mayoría de personas de nuestra ciudad que no sólo hay que cambiar a este gobierno municipal por corrupto, sino también por antidemocrático, por perjudicial para los intereses generales, por injusto con las personas más vulnerables, por opaco y por prepotente.
Desperdiciar o volver la espalda al clamor popular que exige la regeneración de la vida municipal sería contrario a la demanda mayoritaria de la sociedad. Supeditar o condicionar esa regeneración al cálculo electoral, sencillamente lamentable.