'Quietud, vista larga y no alterarse'
Son tres virtudes cuya práctica agosteña acarreará importantes beneficios a quienes las practiquen, eso sí, con mesura, grandeza de miras y espíritu comprensivo. Por el contrario, caso de no practicarse, el ánimo andará decaído, la irritabilidad irá en aumento y no se percibirá, en su totalidad, el buen rollo que anida en la mayoría de la ciudadanía española. Son las cosas del estío y, también, son las cosas de la compleja política nacional en esta época tan dada a la hipérbole.
Quienes, por convicción, conveniencia o animadversión, consideran que la culpa de todo lo malo que ocurre en sus vidas y en sus aledaños, es del Presidente del Gobierno, bien pueden ahorrarse la lectura de estas modestas reflexiones, que sólo pretenden, en clave de racional ironía, contextualizar el qué, el cómo y el porqué de las cosas que ocurren en este país
Quienes, por convicción, conveniencia o animadversión, consideran que la culpa de todo lo malo que ocurre en sus vidas y en sus aledaños, es del Presidente del Gobierno, bien pueden ahorrarse la lectura de estas modestas reflexiones, que sólo pretenden, en clave de racional ironía, contextualizar el qué, el cómo y el porqué de las cosas que ocurren en este país y porqué una realidad tan aparentemente objetivable es capaz de llegar a ofrecer tan distintas y variopintas perspectivas, llegando al esperpento interpretativo o a la exageración deformante. Por otro lado, algo tan ibérico.
Más allá de que este blog se caracterice por una nunca disimulada defensa y reivindicación de la acción gubernamental nacional desde 2018 (lo mejor es que todos y todas sepamos donde estamos), lo cierto es que la deshilachada, histriónica y chabacana manera en que se ejerce la oposición, de todo tipo, a dicha acción de gobierno, contribuye, y no poco, a que esa defensa pueda verse relajada y ejercida con ironía. Tal es el nivel de ridiculez con que, a veces, se ejerce la legítima oposición al gobierno, que bien valdría tomarse un descanso en la reivindicación de lo positivo de su acción y simplemente dejar que la oposición siga y siga, hasta su definitivo desgaste. Pudiera no ser necesario hacer nada más.
Pero convendremos que ese ejercicio de quietud bien puede atemperar tanto ánimo exacerbado y acercarnos a un estado de comprensión de las posiciones no críticas con el gobierno.
Pero como el ánimo polemista y los deseos de debate de este (ocasional) columnista no decaen, y dado que el arsenal argumentativo que la oposición pone a disposición de quien quiera usarlo no ceja, pues aquí seguimos para poner de manifiesto las tres grandes virtudes con las que titulo este post. Quietud necesaria para ser capaces de parar un momento, respirar, incluso muy hondo, ensanchar la mirada y atisbar que por mucho que se repita una y mil veces, incluso que cada cual se lo repita una y mil veces, incluso alcance el paroxismo del autoconvencimiento y de la imposibilidad de error, la situación política en España está razonablemente bien y muy lejana al desastre. No pido más. No pido siquiera que nadie cambie de opinión y se convierta en un defensor del gobierno. Pero convendremos que ese ejercicio de quietud bien puede atemperar tanto ánimo exacerbado y acercarnos a un estado de comprensión de las posiciones no críticas con el gobierno. Al menos a un estado de comprensión. Sería un buen paso agosteño.
Vista larga para ser capaces de ver un poco (sólo un poco) más allá, para entender que lo que haya de venir tendrá que ser posterior, que no todo va a suceder a la vez ni al mismo tiempo
Vista larga para ser capaces de ver un poco (sólo un poco) más allá, para entender que lo que haya de venir tendrá que ser posterior, que no todo va a suceder a la vez ni al mismo tiempo. Y que cada cosa, cada hecho, cada situación o cada coyuntura política ha de desplegar y desarrollar todo su contenido antes de que llegue la siguiente. No es lógico ni entendible que esta simple regla de vida, resulte inasumible para la oposición al gobierno. Cualquiera en nuestra vida diaria, incluso familiar, aplicamos la vista larga. Hasta que no termina un fin de semana, no empieza la semana siguiente. Hasta que no es el Sorteo de Navidad, no es navidad. El curso escolar no empieza hasta que no acaban las vacaciones. Pues en política es igual. Resulta pavorosamente llamativo que esto no se entienda por la oposición política. Algo no ocurrirá hasta que no haya acabado lo anterior.
Y no alterarse, por favor, porque si te alteras y se te ve alterado o alterada, estás dando muchas pistas. Se te aprecia el nerviosismo, las ansias, la desazón, las prisas
Y no alterarse, por favor, porque si te alteras y se te ve alterado o alterada, estás dando muchas pistas. Se te aprecia el nerviosismo, las ansias, la desazón, las prisas. Todas ellas malas consejeras. Además, te obligan a ser cada vez más original y eso no es nada fácil. A ser cada vez más esperpéntico. Eso es algo más fácil, pero es muy perjudicial para la salud colectiva. Y a ser cada vez más hiperbólico, lo que ya he dicho que es muy ibérico, y quizá pueda ser aceptado. Por cada vez un más estrecho círculo de convencidos de que la culpa de todos sus males, y sus circundantes, la tiene el Presidente del Gobierno. Y vuelta a empezar.
De modo que quietud, vista larga y no alterarse. Y si me permiten, en este ecuador agosteño, algo fresquito para el gaznate.