'Que el circo municipal no nos tape el déficit democrático'
Es una táctica política extendida, sobre todo, en aquellos ámbitos donde prima cierto trilerismo sobre la solidez argumental, el pretender distraer la atención política y mediática con asuntos llamativos y espectaculares para ocultar lo verdaderamente importante. Unas veces dicha táctica resulta plenamente exitosa y otras sólo logra alcanzar un relativo éxito. En el caso del Ayuntamiento de Granada, hemos de reconocer que, a día de hoy, esa táctica parece ofrecer buenos resultados para el gobierno bipartito de PP y C's, pues mucho se habla de lo espectacular y circense y poco de lo importante. Habrá que estar muy atentos al devenir de los acontecimientos para comprobar si el éxito es total, o por el contrario, la táctica es desnudada a través de una estrategia política que ponga en primer lugar del debate lo realmente importante.
Recurriendo al titular de este post, llamaré "Circo" al indecente ejercicio de escaqueo de sus responsabilidades como gobernantes que nos están intentando ofrecer los dos medio alcaldes de la ciudad y otros dirigentes de sus partidos. Que si en 2 años, me toca; que no te toca. Que eso lo decidimos aquí; que eso lo decide Madrid. Que me peleo, si no; que dos no se pelean si uno no quiere. Que te vas a enterar; que no añado polémica al asunto, etc, etc. El aspirante a alcalde diferido, intentando mantener movilizada a su tropa y más o menos unida en torno a un objetivo superior
No cabe duda que ofrecer una imagen de crisis en las relaciones entre los socios que (des)gobiernan la ciudad, PP y C´s, alimentada por declaraciones explosivas de sus dirigentes, ultimátums sin fecha, exigencias sonoras sin titubeos y golpes de pecho ridículos, es un asunto llamativo y espectacular. Y si a eso se le añade, un escatológico debate sobre el estrechamiento o no de manos y su significado profundo, en el que una parte otorga valor notarial al mismo, y la otra lo reduce a mera metáfora, eso sí, mostrando indulgente, incluso resignadamente, grandes dosis de paciencia y comprensión, rayana en el ascetismo, con las demandas contrarias, ya tenemos el "cocktail" completo, con el que llenar titulares y páginas, minutos de radio y televisión y tertulias y corrillos. Y para intentar que no se hable del alarmante déficit democrático que está mostrando el bipartito gobierno municipal de Granada.
Recurriendo al titular de este post, llamaré "Circo" al indecente ejercicio de escaqueo de sus responsabilidades como gobernantes que nos están intentando ofrecer los dos medio alcaldes de la ciudad y otros dirigentes de sus partidos. Que si en 2 años, me toca; que no te toca. Que eso lo decidimos aquí; que eso lo decide Madrid. Que me peleo, si no; que dos no se pelean si uno no quiere. Que te vas a enterar; que no añado polémica al asunto, etc, etc. El aspirante a alcalde diferido, intentando mantener movilizada a su tropa y más o menos unida en torno a un objetivo superior. El aspirante a alcalde de 4 años, sosteniéndola y no enmendándola, cobijado en la certeza de que no va a irse de ningún modo, y que para echarlo haría falta una conjunción de alambiques políticos y numéricos, realmente imposible a día de hoy. Y no digamos para sustituirlo con alguna mínima garantía de seriedad.
Un circo en el que ninguna de las 2 partes (no olvidemos, PP y C,s) está pensando en Granada, en su futuro, en el bienestar de sus habitantes, en las necesidades de sus barrios, en las inquietudes de las personas necesitadas, en su proyección ni en sus proyectos. Tan sólo hablan de sus ombligos, de sus intereses personalísimos y de cómo mantener, en un caso, o alcanzar, en el otro, sus ególatras y enfermizas aspiraciones.
Y un insoportable tufo de superioridad moral al atreverse a clasificar lo que interesa o debe interesar de la actualidad política a la ciudadanía y lo que no debe interesarle, trayéndonos a la memoria el contenido de la novela de Orwell, "1984"
Confío y deseo que se termine el "circo", y aspiro a que el mismo haya servido para que sean mejor conocidos los personajes que nos (des)gobiernan, y por tanto, haya más elementos para juzgarlos y valorarlos, si es que no había ya suficientes elementos. E igualmente, confío y deseo que, una vez terminada la fase circense, se establezca un debate político para denunciar y combatir enérgicamente el grave déficit democrático que ofrece el bipartito municipal en su balbuceante, aunque verborreica, actuación, lo que constituye el verdadero problema de fondo de la vida municipal, una vez que los hechos han acreditado que el gobierno de PP y C,s no va a dejar de transitar por escenarios de inestabilidad, desconfianza mutua y descoordinación. Todo un logro para ni haber alcanzado los 100 días.