'Justo y evidente nerviosismo en el PP andaluz'
Lo de justo me lo parece a mí y a mucha gente más, aunque puede que haya también quien no lo vea justo, incluso lo vea injusto. Lo de evidente no creo que haya nadie con dos dedos de luces que niegue que el nerviosismo se ha apoderado de la dirigencia del PP andaluz, empezando por el otrora sonriente líder Moreno Bonilla, ahora con el rictus tenso, la mirada perdida y los labios (como hace tiempo) temblorosos, además de midiendo las palabras hasta límites insospechados.
Más exactamente, han sido descubiertas unas prácticas administrativas en el Gobierno andaluz que suponen que más de 400 millones de euros han sido concedidos prescindiendo del procedimiento legal
Es evidente (también) que se encuentra en fase de calibrar hasta las comas y los puntos que lee. Por algo será. Y lo que es (estoy dispuesto a conceder, a día de hoy, que lo que parece ser) es que, para entendernos, los han cogido con el carrito del helado, como se dice coloquialmente. Más exactamente, han sido descubiertas unas prácticas administrativas en el Gobierno andaluz que suponen que más de 400 millones de euros han sido concedidos prescindiendo del procedimiento legal. Por resumir, y por ceñirme a lo que un conocido y vergonzante vocero del gobierno andaluz ha calificado como un "debate técnico". Que, al parecer y según este vocero, la oposición socialista pretende elevar a escándalo a base de sobreactuación.
En efecto, y sé de lo que hablo, adjudicar contratos públicos mediante la técnica (prevista sólo para según que casos) del fraccionamiento de los mismos, para evitar la pública concurrencia y así poder adjudicarlos directamente, así en general, puede ser una cuestión técnica. Si la mencionada práctica es generalizada, o al menos demasiado habitual, tal y como acreditan los informes de la Intervención General de la Junta, la consideración exclusivamente técnica del asunto puede empezar a tambalearse. Si esa generalización de la práctica, hasta la presente, alcanza una cifra tan millonaria de euros (más de 400), no es descabellado pensar que la cosa de "técnico, técnico" no tiene mucho.
Escalofriante similitud que existe entre varias de las frases y calificativos empleados en los citados Informes de la Intervención y los que, en su momento, se emitieron con motivo de otro reparto de ayudas públicas también llevado a cabo en la Junta de Andalucía y que acabó convirtiéndose en el llamado "Caso de los Ere fraudulentos"
De momento, podemos dejarlo aquí. Aunque sólo sea para constatar, como se ha hecho ya en algún medio de comunicación, la escalofriante (para los actuales nerviosos y nerviosas) similitud que existe entre varias de las frases y calificativos empleados en los citados Informes de la Intervención y los que, en su momento, se emitieron con motivo de otro reparto de ayudas públicas también llevado a cabo en la Junta de Andalucía (bajo un gobierno de otro signo político, por cierto, ya sancionado doblemente en las urnas por el soberano pueblo andaluz) y que acabó convirtiéndose en el llamado "Caso de los Ere fraudulentos". Insisto, todo lo dicho, en aras a resumir y sintetizar la información de estas reflexiones, que no pretenden ser un Tratado de Derecho.
Puede que ambas situaciones sean diferentes. No creo que nadie lo sepa a día de hoy. Lo que es evidente es que ambas se iniciaron con informes, palabras, frases y hechos absolutamente equiparables. Cómo fue estirándose, agrandándose y ampliándose el primero de los casos, es cosa bien conocida. Cómo son conocidas sus consecuencias jurídicas, personales, políticas y también las constitucionales, que son las más recientes. Creo que el vocero vergonzante al que me refería al inicio de estas reflexiones no habló de "sobreactuación" cuando el asunto se inició y la entonces oposición política lo fue "elevando". No es relevante, precisamente por ser también conocida la complicidad mediática que tuvo aquella "elevación" y la descarada complicidad mediática que pretende tener esta "deselevación". Todo es conocido y bien sabido.
Seis años, seis lleva el nuevo Gobierno. Y ya no hay sonrisa, parapeto ni venda para taparse los ojos que pueda detener lo que, por otra parte, es la esencia de la democracia. Que la acción del gobierno es fiscalizada y controlada y si se aprecian prácticas irregulares, se investigan, se denuncian y se llega hasta el final
Basta observar la ofensiva mediática y política que resucita asuntos juzgados (en sede judicial y en las urnas, no se olvide), en un intento de que conductas absolutamente reprobables (¡Cuantas veces habrá que decirlo!) permanezcan en la memoria de la gente. Cómo si se pretendiera que las actuales irregularidades queden tapadas por aquellas irregularidades. Cómo si el recuerdo de anteriores "chorizadas", en palabras de un conocido liberal-progresista, como él se define, fuera suficiente manta para tapar las actuales "chorizadas". Pues va a ser que no. La justicia y la ciudadanía ya castigaron (y lo hicieron bien) la actuación del Gobierno anterior. Seis años, seis lleva el nuevo Gobierno. Y ya no hay sonrisa, parapeto ni venda para taparse los ojos que pueda detener lo que, por otra parte, es la esencia de la democracia. Que la acción del gobierno es fiscalizada y controlada y si se aprecian prácticas irregulares, se investigan, se denuncian y se llega hasta el final. Hasta el mismo final.
Sobre todo, cuando vislumbrar ese final y descubrir las verdaderas causas, consecuencias y beneficiarios de las citadas prácticas es asunto de no difícil entendimiento y comprensión, incluso para un párvulo de manual. La evidencia de ello es el intento desesperado de recuperar un relato ya acabado y sepultado por el Tribunal Constitucional.
La evidencia de ello es la estrategia de la mentira y la negación que hemos visto en la dirigencia del PP desde que se conocen los Informes, lo que acredita el impacto que les ha supuesto, a ellos y ellas que se creían protegidos por la sonrisa y el postureo de no hacer nada y aparentarlo todo
La evidencia de ello es la estrategia de la mentira y la negación que hemos visto en la dirigencia del PP desde que se conocen los Informes, lo que acredita el impacto que les ha supuesto, a ellos y ellas que se creían protegidos por la sonrisa y el postureo de no hacer nada y aparentarlo todo. La evidencia de ello es el nerviosismo que se les ve, se les nota y se les palpa. Lo que a mí, como he dicho, me parece muy justo.
Escribí en mayo del año pasado, en estas mismas páginas, que el declive de la mentira del PP andaluz había comenzado, y que Moreno Bonilla empezaba a ver resquebrajada su imagen de niño suavón que nunca ha roto un plato. La injustificada soberbia con que se están desenvolviendo ahora que se ha conocido la corrupción en su forma de gobernar, sólo acredita ese devenir. Empieza en Andalucía un nuevo partido, y me parece a mí, que el PP ha escogido las bolas equivocadas.