'Godspeed You! Black Emperor quieren que hablemos de Gaza'

Blog - Un blog para melómanos - Jesús Martínez Sevilla - Miércoles, 23 de Octubre de 2024
Godspeed You! Black Emperor – "NO TITLE AS OF 13 FEBRUARY 2024 28,340 DEAD".
Portada de "NO TITLE AS OF 13 FEBRUARY 2024 28,340 DEAD", de Godspeed You! Black Emperor.
Discos Marcapasos.
Portada de "NO TITLE AS OF 13 FEBRUARY 2024 28,340 DEAD", de Godspeed You! Black Emperor.

No es fácil hacer música con contenido político. O más bien, no es fácil hacer buena música con contenido político: hay demasiado riesgo de caer en el discurso panfletario o en los lugares comunes, de decirle al público lo que quiere oír (o lo que es lo mismo, no decirle nada). Hablar de forma directa de los problemas o conflictos que quieres abordar no suele funcionar, porque a menudo resulta forzado o falto de ingenio, pero ser demasiado abstracto queda aún peor, como un gesto vacío. Personalmente, pocas cosas me generan un rechazo tan instintivo como el mal arte político: siento que me están tratando con condescendencia y, al mismo tiempo, que me están manipulando. Por eso, aunque puede haber otros artistas que me interesen menos en sus propuestas sonoras, el odio que me provocan grupos como Los Chikos del Maíz o La Raíz es mucho más profundo y radical. Asimismo, cuando alguien consigue incluir un elemento político en su música de manera exitosa, sin someter su proceso creativo a un “mensaje”, sino transmitiendo a través de la propia obra sus perspectivas y permitiendo al oyente reflexionar sobre las suyas (el mejor ejemplo de los últimos años para mí sería Kendrick Lamar), mi admiración también es aún mayor.

Hay artistas (menos de los que sería deseable) que se han posicionado públicamente al respecto, pero no hay tantos que hayan decidido abordar el tema en su música. Lo cierto es que lo entiendo: no es fácil hacer arte acerca de un genocidio de un modo que tenga sentido

Creo que no hay ningún asunto político más urgente e importante en nuestros días que el genocidio que Israel está llevando a cabo en Gaza. Más de un año de matanzas continuas, de violaciones del derecho internacional, de crímenes de lesa humanidad, en un contexto de ocupación y apartheid que dura ya tres cuartos de siglo, y que cuenta con el benepláctio y hasta el patrocinio de los gobiernos occidentales. Hay artistas (menos de los que sería deseable) que se han posicionado públicamente al respecto, pero no hay tantos que hayan decidido abordar el tema en su música. Lo cierto es que lo entiendo: no es fácil hacer arte acerca de un genocidio de un modo que tenga sentido. Nada menos que Macklemore ha sido uno de los pocos que se ha atrevido a hacer una canción sobre el tema, y su “Hinds Hall” funciona sorprendentemente bien gracias a que se hizo al calor de las protestas estudiantiles: es una llamada a luchar por lo que es justo. Pero sobre la destrucción, sobre el exterminio en sí mismo, ¿cómo vas a hacer música? “¿Qué gestos tienen sentido cuando hay pequeños cuerpos cayendo?”.

El nombre del disco lo dice todo: junto al “no título”, aparece el número de palestinos asesinados por Israel, según el Ministerio de Salud de Gaza, hasta el día en que terminó la grabación

Esa pregunta se hacían Godspeed You! Black Emperor. El legendario grupo canadiense de post-rock nunca ha escondido sus ideas políticas, pero al anunciar en agosto la llegada próxima de su octavo álbum con una nota de prensa, se hacían esa pregunta retórica. El nombre del disco lo dice todo: junto al “no título”, aparece el número de palestinos asesinados por Israel, según el Ministerio de Salud de Gaza, hasta el día en que terminó la grabación. Lanzado finalmente el pasado 4 de octubre (la semana en que se cumplía un año de barbarie), diría que es una prueba evidente de que han sabido responder su propia interrogación. "NO TITLE AS OF 13 FEBRUARY 2024 28,340 DEAD" es una obra poderosa, abrumadora, en la cual, sin usar prácticamente palabras (salvo un breve poema en español en “RAINDROPS CAST IN LEAD”), GY!BE consiguen hacer arte político de primer orden sobre la mayor vergüenza de nuestro siglo. Y lo hacen siguiendo el patrón al que nos tienen acostumbrados, con sus canciones épicas de lenta construcción a partir de elementos simples y repetitivos que llevan a unos clímax de una potencia emocional incontestable.

En medio de la devastación más absoluta, GY!BE eligen centrarse en la única emoción que puede servirnos para hacerle frente: la esperanza

Los paisajes sonoros que GY!BE crean en sus canciones siempre han oscilado entre lo distópico y lo eufórico, entre la desolación de resonancias post-apocalípticas de algo como “The Dead Flag Blues” y el puro éxtasis de tintes espirituales de temas como “Storm”. Podría parecer que lo más lógico, en un disco que trata de algo tan trágico e inconcebible como un genocidio, sería enfatizar ese primer tono más sombrío. Pero el secreto de este álbum es que optan por lo contrario: las canciones más efectivas son aquellas (la mencionada “RAINDROPS CAST IN LEAD” y “BABYS IN A THUNDERCLOUD”, ambas de trece minutos de duración) que estallan en momentos de pletórica trascendencia, con guitarras luminosas, bajos robustos, baterías atronadoras y el siempre brillante violín de Sophie Trudeau dibujando figuras conmovedoras. En medio de la devastación más absoluta, GY!BE eligen centrarse en la única emoción que puede servirnos para hacerle frente: la esperanza.  No en vano, la última canción del disco se titula “GREY RUBBLE – GREEN SHOOTS” (“escombros grises, brotes verdes”), como ya en su anterior LP cerraron con un mesiánico “OUR SIDE HAS TO WIN”.

Eso sí, no se trata de una esperanza vacua, gratuita, ciega, sino de una que es consciente de la brutalidad de los crímenes cometidos y la profundidad de las heridas que se han generado

Eso sí, no se trata de una esperanza vacua, gratuita, ciega, sino de una que es consciente de la brutalidad de los crímenes cometidos y la profundidad de las heridas que se han generado. Es el reflejo de esa obstinada insistencia humana en creer en la posibilidad de un futuro mejor contra toda evidencia, como forma de sobreponerse incluso a la más vil de las opresiones; ese inextinguible destello de dignidad que sobrevive al más tenaz de los exterminios. Es esa preciosa guitarra que atraviesa el enervante sonido de los drones al principio de “SUN IS A HOLE SUN IS VAPORS”, del mismo modo que la luz del sol atraviesa el humo y la ceniza después de un bombardeo. Y es de eso de lo que va este disco sin título, pero con mensaje, esta lección magistral sobre cómo hablar de lo que sucede en nuestro mundo a través del arte. Un álbum que nos invita, como oyentes, a hablar de ello nosotros también y a luchar contra este genocidio con todas las herramientas a nuestro alcance. Así pues, no olvidemos a los (al menos) 42.718 asesinados; no caigamos en el cinismo; no renunciemos a la posibilidad de la justicia; no desesperemos: resistamos.

 

 

Imagen de Jesús Martínez Sevilla

(Osuna, 1992) Ursaonense de nacimiento, granaíno de toda la vida. Doctor por la Universidad de Granada, estudia la salud mental desde perspectivas despatologizadoras y transformadoras. Aficionado a la música desde la adolescencia, siempre está investigando nuevos grupos y sonidos. Contacto: jesus.martinez.sevilla@gmail.com