'Fotos, risas y reuniones en la España cañí'
Por contextualizar, y por situar las cosas en su justo lugar. No sé que problema tienen con la risa nuestras derechas políticas y mediáticas y alguna gente más centrada pero igual de desnortada. La risa es sana y agradable, frente a lo insano y perjudicial que resulta estar todo el día vomitando rencor y odio. No es equiparable la situación actual, desde luego, a la que refleja la novela y la película El nombre de la rosa, de Umberto Ecco, pero debemos considerar a la risa como una magnífica acompañante de nuestras vidas, nuestras conversaciones y nuestros hábitos. Y también de nuestras fotos. Peor para quienes no lo hagan. Lo pienso de veras.
Ambos partidos, pues, tiene detrás muchos cientos de miles de españolas y españoles que los han votado libre y democráticamente. Y, además, la fuerza política que, al parecer, ha levantado más ampollas en cuanto a las risas se refiere, ha sido calificada por la cúpula del PP como "un partido político cuya tradición y legalidad no están en duda"
Al margen de lo anterior, están los hechos, que, sin duda, se podían haber desarrollado de alguna otra manera, pero se han desarrollado de la que se han desarrollado y bien está, en mi opinión. Se trata de una reunión, de evidente contenido político, entre l@s líderes de dos partidos políticos españoles, legales y legítimos. Una de las dos fuerzas políticas representadas en la reunión (con fotos y risas), el movimiento Sumar tiene 31 representantes en el Congreso de los Diputados. La otra fuerza política, Junts per Catalunya, tiene 7 representantes. Ambos partidos, pues, tiene detrás muchos cientos de miles de españolas y españoles que los han votado libre y democráticamente. Y, además, la fuerza política que, al parecer, ha levantado más ampollas en cuanto a las risas se refiere, ha sido calificada por la cúpula del PP como "un partido político cuya tradición y legalidad no están en duda". ¿Donde está pues el problema? En el hecho de la reunión, parece que no, dadas tan democráticas credenciales de Junts. Espero que tampoco en el sano ejercicio de la risa.
El problema para nuestras derechas políticas y mediáticas es que ninguna de esas dos fuerzas políticas parece tener la intención de apoyar la investidura del líder del PP, señor Feijóo
El problema para nuestras derechas políticas y mediáticas es que ninguna de esas dos fuerzas políticas parece tener la intención de apoyar la investidura del líder del PP, señor Feijóo. Ninguna de esas dos fuerzas políticas, junto a otras muchas, tampoco piensa apoyar el programa ultra, retrógrado y profundamente conservador que apenas se está atreviendo a esbozar el líder del PP. Incluso, una de las dos fuerzas tampoco piensa reunirse, al máximo nivel, con el señor Feijóo, en el caso de que este continúe en su despistada carrera hacia la nada más absoluta. Es más, parece que ambas fuerzas políticas reunidas a su máximo nivel están más en disposición de apoyar al futuro candidato del PSOE a la investidura, Pedro Sánchez. Que, a día de hoy, pareciera contar con más posibilidades de ser investido presidente del Gobierno, fruto del democrático, legítimo y razonable proceso de diálogo, debate, contraste de propuestas y posterior votación en la sede de la soberanía nacional, que es el Congreso de los diputados de España. Quizá ahí radique el verdadero problema para nuestras rancias, y poco propensas a la risa, derechas.
Estamos ante decisiones políticas. Hay quien puede decidir no reunirse o no apoyar a quien ofrece propuestas políticas perjudiciales para la mayoría social de este país o a quien no ofrece ningún horizonte de desbloqueo o distensión territorial
Estamos ante decisiones políticas. Hay quien puede decidir no reunirse o no apoyar a quien ofrece propuestas políticas perjudiciales para la mayoría social de este país o a quien no ofrece ningún horizonte de desbloqueo o distensión territorial. Habrá quien no desee reunirse ni apoyar a aquellos partidos políticos que caminan de la mano (o del cuello) de quienes son negacionistas del cambio climático, pese a las evidencias científicas; de quienes son crueles negacionistas de la violencia machista que azota a nuestra sociedad; incluso de quienes negaron también la validez y la utilidad de las vacunas contra el Covid no hace tanto.
Y habrá quien sí decida reunirse y apoyar a quien ofrezca ampliar el horizonte de distensión territorial, dentro de la Constitución obviamente, además de proponer profundizar en las políticas sociales y redistributivas que tanto benefician a las mayorías sociales del país. Todas son decisiones políticas legítimas. Todas las fuerzas políticas merecen el respeto democrático. Pero ese respeto democrático incluye no querer reunirse con ellas, ni, por supuesto, apoyarlas. Es de párvulos de democracia.