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Eduardo Clemente Linares Fernández, maestro y socialista, fusilado en Víznar

Blog - Foro de la Memoria - Agustín Linares Viloria - Sábado, 9 de Julio de 2022
Esta es la cruda historia de Eduardo Clemente Linares Fernández, un maestro, de una pequeña pedanía, Casanueva, que se afilió al PSOE y a un sindicato de Enseñanza. Y, por todo ello, acabó fusilado en Víznar. Nos la ofrece Agustín Linares, uno de sus nietos.
Eduardo Clemente Linares Fernández.
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Eduardo Clemente Linares Fernández.

Eduardo Clemente Linares Fernández, nació el 11 de febrero de 1893, natural de Baza e hijo del matrimonio contraído entre Enrique Linares e Isabel Fernández.

Con 22 años y siendo padre de su primer hijo (Antonio), es ya profesor suplente de la Cátedra de caligrafía del Instituto General y técnico de Granada

Se casa con 21 años con Gertrudis Alises Molinero, natural de Málaga y cinco años mayor que él, los esponsales se celebraron en la Iglesia de San Gil y Santa Ana de Granada; a resulta de este matrimonio tuvieron cinco hijos: Antonio el mayor, Enrique, Eduardo, María Luisa, y José el menor.

Con 22 años y siendo padre de su primer hijo (Antonio), es ya profesor suplente de la Cátedra de caligrafía del Instituto General y técnico de Granada, y con esa edad solicita ser admitido a los ejercicios de oposición a las cátedras vacantes de caligrafía en las Escuelas de Comercio, convocadas en la Gaceta de Madrid de fecha 23 de julio de 1913.

Siendo padre ya de cinco hijos, se hace afiliado del Partido Socialista y con 40 se afilia a la Sociedad Trabajadores de la Enseñanza a la cual pertenecería hasta el último día de su vida

Perteneció a la F.U.E. (Federación Universitaria Escolar); en 1930, un 18 de febrero, con 37 años, y siendo padre ya de cinco hijos, se hace afiliado del Partido Socialista y con 40 se afilia a la Sociedad Trabajadores de la Enseñanza a la cual pertenecería hasta el último día de su vida.

En el año 1936 lo tenemos destinado en la escuela nacional unitaria de niños de Casanueva, anejo del municipio de Pinos Puente. No era este su destino, sino el colegio de Maracena, pero una permuta con la que iba a ser profesora de Casanueva, motivada por ser ella residente en Maracena al igual que su marido, (según creo recordar, en cualquier caso tenía vinculación con dicha localidad), se procedió al cambio.

Colegio de Casanueva, donde Clemente Linares impartió sus últimas clases en vida. Hoy convertido en Consultorio médico.

Lo que también sabemos por boca de su hijo menor, José; es que participó y ayudó a que las tierras de los caciques del pueblo, que no se cultivaban y no se aprovechaban en Casanueva, fueran trabajadas por los campesinos de allí, promoviendo una asociación o sindicato del campo

Al margen de su actividad profesional, y afiliaciones a las diversas agrupaciones mencionadas, lo que también sabemos por boca de su hijo menor, José; es que participó y ayudo a que las tierras de los caciques del pueblo, que no se cultivaban y no se aprovechaban en Casanueva, fueran trabajadas por los campesinos de allí, promoviendo una asociación o sindicato del campo. Ayudó a conseguir materiales y todo lo necesario para que la gente pudiera explotar dichas tierras.

Sabemos que fue un “socialista de acción”, como se documenta en un informe de la comisión depuradora en la que se lee textualmente que: “intervino en un mitin de Íllora con el protestante Salvador Íñiguez (represaliado también), hubo varios disturbios por lo que el protestante paso a la cárcel de dicho pueblo” -Clemente no era protestante, le atribuyeron que era protestante por tener tratos con un señor protestante que a la postre era también socialista como él, pero en fin, de qué extrañarse. Hago este inciso, porque en el informe aparece mi abuelo, como protestante-.

Por los documentos que componen el expediente de depuración de maestros, sabemos que Clemente era: “apoderado del frente popular” que estaba “muy en contacto con el personal de la Casa del Pueblo”

Por los documentos que componen el expediente de depuración de maestros, sabemos que Clemente era: “apoderado del frente popular” que estaba “muy en contacto con el personal de la Casa del Pueblo”, y “propagandista de izquierdas”; y por lo que sabemos por parte de la familia, amigo de Fernando de los Ríos.

Durante la mayor parte de mi vida, tuve la creencia que a mi abuelo, lo habían fusilado por ser maestro, simplemente maestro, así lo hacía saber a mis amistades cuando hablábamos de los sucesos de aquellos tiempos, incluso a mis hijos. Es la historia que nos habían contado nuestros mayores, la poca historia que nos contaban sus hijos, en esencia tres de ellos, Eduardo, María Luisa y José (mi padre). De Antonio el hijo mayor de mi abuelo, solo supimos que se exilio a Argentina, (era también maestro como su padre), se caso allí y tuvo una hija que como nosotros nunca conoció a su abuelo. De Enrique poco supimos, hasta mucho más adelante.

Clemente tuvo 15 nietos a los que nunca conoció, quince nietos que nunca conocieron a uno de sus abuelos; nietos, que no sabían de la actividad político sindical que ejercía su abuelo hasta que uno de ellos localizó el expediente de depuración de maestros ya citado.

Nietos que, en líneas generales, sabían que un día llegó un vehículo a la puerta de la casa de su abuelo, este, subió al coche tranquilizando a su familia diciéndoles: “tranquilos, volveré pronto” y no volvió jamás.

 “Pero hombre, es que no me conoces”, a lo que el otro contestó: “Por eso mismo que te conocemos”.

Contó un testigo presencial del último viaje, a la familia de Clemente, que después de cinco días detenido y antes de subir al vehículo en la calle Duquesa,-sede del Gobierno Civil en ese tiempo-, se dirigió a un conocido que estaba allí, “Pero hombre, es que no me conoces”, a lo que el otro contesto: “Por eso mismo que te conocemos”.

El último recuerdo que tiene José -el menor de los hijos que por aquel entonces tenía 9 años- era el ver a su padre subir al coche, y decirle adiós con la mano, mientras le sonreía.

Otra toma del Colegio de Casanueva donde Clemente Linares impartió las últimas clases de su vida, hoy convertido en Consultorio.

Es el relato que hace el menor de sus hijos, sobre la llegada de un vehículo a la casa, bajarse un ocupante fusil en mano, cargar el arma y exclamar: “Viva España”, -dirigiéndose a Clemente cuando este estaba sentado en el escalón de la entrada a la vivienda-, y tal cual el otro terminaba la exclamación, Clemente gira la cabeza hacia su esposa, y le comenta: “que viva España, pues claro que viva España, se pensará este que somos franceses”

Flases del momento, es el relato que hace el menor de sus hijos, sobre la llegada de un vehículo a la casa, bajarse un ocupante fusil en mano, cargar el arma y exclamar: “Viva España”, -dirigiéndose a Clemente cuando este estaba sentado en el escalón de la entrada a la vivienda-, y tal cual el otro terminaba la exclamación, Clemente gira la cabeza hacia su esposa, y le comenta: “que viva España, pues claro que viva España, se pensará este que somos franceses”; respuestas como esta, a la familia nos da a conocer el carácter de nuestro abuelo, pues en respuestas así, nos vemos todos reflejados, nos reconocemos, reconocemos a nuestro abuelo.

Sigue rememorando el menor de sus hijos, que junto a la vivienda, se encontraba el lugar de reunión del pueblo, en el cual los señoritos del lugar se reunían de tertulia, y le decían a Clemente, que: “cómo siendo un hombre versado, pudiente y con su posición no estaba con ellos, en lugar apropiado, en vez de con los otros”. De nuevo en situaciones como esta, nos vemos reflejados y reconocemos a nuestro abuelo.

“El carácter no se hereda, se aprende. El carácter viene, en parte, determinado por los genes. La Universidad de Sant Louis (EE UU) estima que la herencia es responsable en un 36% de nuestro estado emocional y mental. “(Cita extraída de una Web).

Última casa de Clemente Linares, en Casanueva, conocida como el Torreón o casa de los maestros.

Si hoy, sus nietos, podemos conocer a nuestro abuelo es gracias a los distintos caracteres de nuestros padres, y sobre todo por dos: su humor y por encima de todo, humanidad.

Hoy en día, sus nietos de una forma íntima han sabido sin ser conscientes, que con nuestros distintos caracteres, todos juntos formamos un perfil de carácter muy cercano al que debió ser el carácter de Eduardo Clemente Linares Fernández un maestro de una pequeña pedanía de nombre Casanueva que dejó viuda y 5 hijos, un 11 de agosto de 1936.

En el expediente fuera de plazo, localizado por la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica y aportado a la familia, consta que Clemente Linares “desapareció de su domicilio (…) y según averiguaciones, falleció en un hecho de armas, recibiendo sepultura en el Cementerio de Víznar”, según declaración de su viuda Gertrudis Alises. Estos términos son también corroborados por el presbítero Rafael Falla Sánchez.

Eduardo Clemente Linares Fernández acabó fusilado en algún barranco de Víznar. Allí también tratamos de localizar en las fosas a otros diez maestros, compañeros de Clemente Linares, de la provincia de Granada. Para que nunca se repita, para que nunca se olvide.

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Este es un espacio para el recuerdo y el homenaje a las víctimas del franquismo. 



Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.



En colaboración con y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada. 

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Aquí puedes leer más reportajes de la nueva temporada, la cuarta, del Foro de la Memoria:

Si no tuviste oportunidad o quieres volver a leerlos, puedes leer aquí los reportajes de la tercera temporrada del Foro de la Memoria:

Si no tuviste oportunidad o quieres volver a leerlos, estos son los reportajes de la segunda temporada del Foro de la Memoria:

Puedes consultar también los reportajes de la primera temporada del Foro de la Memoria en los siguientes enlaces:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de Agustín Linares Viloria

Es nieto del protagonista del artículo, Eduardo Clemente Linares Fernández.