'El declive de Moreno Bonilla y el PP'
Es posible que, enfrascados y enfrascadas en sonreír sin parar, Moreno Bonilla y sus gentes aún no sean conscientes de que el declive del PP en Andalucía ha comenzado. Da igual las vueltas que pretendan darle al asunto de Doñana, los informes y contrainformes que se saquen de la chistera para intentar defender lo indefendible, así como las culpas que se empeñen en repartir. Incluso si, finalmente, reconducen el asunto y entran en razones. El hecho en sí del intento los delata. La soberbia con que Bonilla y sus émulos y émulas han tratado este asunto. La desfachatez con la que han mentido. El indisimulado intento de querer proyectar un liderazgo "a lo Ayuso", es decir, sobradito y despechado, muy sobradito, los ha retratado. Ya no vale el "yo no quería", están retratados y retratadas. Y el declive ha comenzado.
Sus alcaldables sonríen como si no hubiera un mañana, véase a Marifrán, aunque cada vez más escondida y pareapetada en cortes de prensa enlatados, temerosa de enfrentarse a la cruda realidad granadina que la dirigencia sevillana del PP le ocultó, para venderle un paradisíaco paseo por Granada, que ni existía ni existe
Además de no ser conscientes, es incluso posible que aún no lo sepan. Basta echarles una ojeada. Bonilla sigue sonriendo como si no hubiera mañana. Sus alcaldables sonríen como si no hubiera un mañana, véase a Marifrán, aunque cada vez más escondida y parapetada en cortes de prensa enlatados, temerosa de enfrentarse a la cruda realidad granadina que la dirigencia sevillana del PP le ocultó, para venderle un paradisíaco paseo por Granada, que ni existía ni existe. Ni se le espera además. El paraguas videograbado de Bonilla ya no basta. La sonrisa profidén por bandera ya está gastada. El periodo de gracia concedido ha concluido para el PP en Andalucía. Aunque no lo sepan.
El efecto Bonilla empieza a ser negativo, empieza a no servir de acicate, a ser un pequeño lastre. Porque el declive del PP andaluz ha comenzado, lento, pero inexorable
Y eso ocurre desde Moreno Bonilla hacia abajo, hacia las 8 capitales y las 8 provincias, impregnando a todas las candidaturas del PP de esa manera burda de ejercer la política. El efecto Bonilla empieza a ser negativo, empieza a no servir de acicate, a ser un pequeño lastre. Porque el declive del PP andaluz ha comenzado, lento, pero inexorable. La lentitud o rapidez del mismo, su mayor o menor perceptibilidad ciudadana dependerá, en muy buena medida, de los reflejos del PSOE andaluz, de su capacidad de articulación de un proyecto alternativo, de su implicación en las causas ciudadanas y de su arraigo en el amplio territorio andaluz. Básicamente dependerá de eso que la sensación de declive empiece a ser mayoritaria en la sociedad de nuestra tierra. Poco o nada cabe esperar de la reacción de quien vive feliz instalado confortablemente en el poder y además pretende trasladar cual dos gotas de agua, ese modelo en las próximas Elecciones Municipales.
El PP ha pretendido asimilarse a la sociedad andaluza procurando no pisar ningún charco problemático, poniéndose de perfil ante cualquier polémica existente, dando la callada o la sonrisa por respuesta y dejando, lentamente, que el tiempo transcurriera
El PP ha pretendido asimilarse a la sociedad andaluza procurando no pisar ningún charco problemático, poniéndose de perfil ante cualquier polémica existente, dando la callada o la sonrisa por respuesta y dejando, lentamente, que el tiempo transcurriera. Hasta aquí. No sé si estarán preparados y preparadas para cambiar el chip y ponerse el traje de faena que demanda la sociedad andaluza y, en nuestro caso, la granadina. No es un cambio fácil, pues significará el fin de la comodidad y la confortabilidad. Indigesto se le está haciendo a la candidata granadina, muy indigesto. Seguramente incomible se le va a hacer al sr. Moreno Bonilla. Porque, aunque aún no lo sepan o no lo quieran saber, el declive del PP andaluz ha comenzado.