'Califato ¾ firman el manifiesto artístico del nuevo andalucismo'

Blog - Un blog para melómanos - Jesús Martínez Sevilla - Miércoles, 10 de Marzo de 2021
Califato ¾ – 'La Contraçeña'
Portada de 'La Contraçeña', de Califato.
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Portada de 'La Contraçeña', de Califato.

Si es cierto que estamos inmersos en la tercera ola del andalucismo, hay que decir que la vanguardia del mismo es cultural más que política. No hay un partido ni ningún otro tipo de organización que haya conseguido aglutinar las diversas corrientes de ese movimiento naciente, pero la riqueza de manifestaciones artísticas que llevan el andalucismo por bandera es incuestionable. La música popular en todas sus formas está sin duda en primera línea de este fenómeno, desde el revival del rock andaluz pasado por el filtro urbano de Taifa Yallah al psych rock aflamencao de Derby Motoreta's Burrito Kachimba, meritorios ganadores del Premio Ruido de la crítica española a disco del año por su debut, pasando por la mitificación de la figura de la desaparecida Gata Cattana o las nuevas generaciones de flamencos atrevidos e innovadores. Independientemente de que el andalucismo sea capaz de dar el salto y convertirse en una fuerza política con capacidad de influencia, este renacimiento musical está siendo un verdadero gustazo para quienes la estamos siguiendo de cerca.

De entre todos estos artistas, Califato ¾ se han erigido rápidamente en líderes discursivos e ideológicos. Su primer disco, Puerta de la Cânne (2019), se iniciaba con un “Mençahe der Profeta” declamado por Antonio Manuel, uno de los intelectuales más visibles del nuevo andalucismo, con su teatralidad característica

De entre todos estos artistas, Califato ¾ se han erigido rápidamente en líderes discursivos e ideológicos. Su primer disco, Puerta de la Cânne (2019), se iniciaba con un “Mençahe der Profeta” declamado por Antonio Manuel, uno de los intelectuales más visibles del nuevo andalucismo, con su teatralidad característica. Por si esto fuera poco, escriben los nombres de todas sus canciones y discos con la propuesta ortográfica para representar el habla andaluza EPA (Er Prinçipito Andalûh). La primera vez que los escuché en directo, se aseguraron de insertar cada pocos minutos dos samples que los posicionan claramente en la guerra cultural por la identidad andaluza: “ar caraho la Roçalía” y “Niño der Ershe, te vamô'a cohé”. Su fusión de la electrónica de baile más extrema con flamenco y música de Semana Santa era, desde luego, llamativa, pero en su disco debut por cada gran acierto había un horror equivalente. En conjunto, Puerta de la Cânne me dejó más bien frío.

Nada que ver con lo que me ha pasado con La Contraçeña. Este segundo álbum (lanzado, por si a alguien le quedaban dudas, el 28 de febrero, y con una portada que parece una versión punki de las clásicas de Triana) es más redondo, más profundo en sus fusiones, y más preciso en su forma de equilibrar estructuras y elementos de la electrónica, el flamenco y el pop. Es cierto que uno de los singles, “Te quiero y lo çabê”, es de nuevo terrible. Se trata de una rumbita de letra repetitiva y mareante, con un teclado muy hortera y una declaración de amor sincera pero tan machacona que, personalmente, no me apetecería recibirla en la vida. También es cierto que el sexteto sevillano se muestra incapaz de cerrar bien un disco: “Ecô der dormío” es un final amorfo y molesto para un trabajo tan bien planteado. Pero aparte de estos dos baches, el resto del álbum es todo un triunfo.

“Indiô der çûh” marca el rumbo desde un inicio con sus melodías de resonancias árabes, sus agresivas y metálicas percusiones y sus incendiarias zaghroutas. Es bastante evidente la inspiración en el trabajo de su colega Le Parody, concretamente en la canción “La Puerta” de su excelso Porvenir (2019), que ya remezclaron hace unos meses

“Indiô der çûh” marca el rumbo desde un inicio con sus melodías de resonancias árabes, sus agresivas y metálicas percusiones y sus incendiarias zaghroutas. Es bastante evidente la inspiración en el trabajo de su colega Le Parody, concretamente en la canción “La Puerta” de su excelso Porvenir (2019), que ya remezclaron hace unos meses. Pero como mencioné la semana pasada en referencia a las acusaciones contra C. Tangana de haber plagiado a Califato, estos seis entienden el robo como un deber artístico, y demuestran la valía de esta premisa en más de una ocasión en La Contraçeña. En “Tó ba a çalîh bien mamá” toman prestada la guitarra de la versión de Johnny Cash de “Hurt”, el estribillo de “No Woman, No Cry” de Bob Marley y las cuerdas de “Whatever” de Oasis (a su vez un cuasi plagio de The Beatles), pero crean con esos elementos una canción absolutamente única, un verdadero bálsamo en estos tiempos. Para ello es imprescindible la inspirada interpretación vocal de la charnega Queralt Lahoz, oscilando entre la dicción hip hop y un potente chorro de voz.

Más disparatada aún, pero igualmente efectiva, es “La bía en roça”, su reinterpretación de la soleá de Enrique Morente “Tú vienes vendiendo flores”. Tirando de sonido big beat, esa versión mainstream de la electrónica que copó las listas de éxitos en los noventa gracias a The Chemical Brothers, The Prodigy o Fatboy Slim, pero metiendo unos acordes de piano estilo house que no podían ser más old school, Califato subvierten la letra original convirtiendo las flores de Morente en diversas sustancias estupefacientes. También “Er carrito de lô muertô” toma prestados varios de sus elementos, desde el tono del bajo y los órganos sintéticos, que remite al sonido de La leyenda del tiempo, a ese impresionante final a capella de Andrés de Jerez por martinete y carcelera, con una letra que cantaba Manuel Agujetas. Pero tanto la inserción de esa serpenteante melodía que recorre de fondo toda la canción, como el expresivo uso de auto-tune en la voz del cantaor jerezano en los estribillos le dan a este corte una identidad propia.

También suenan estupendos los sevillanos cuando tiran por caminos (todavía) más sui generis. El mejor ejemplo es ese fantástico primer single, los “Fandangô de Carmen Porter”. Tirando de minimalismo, frente al expansivo sonido de la mayoría de otros temas, su sencillo armazón de percusión se colorea de matices lúgubres con unos sintetizadores etéreos y, más tarde, con un insistente bajo, para contar una historia de fantasmas contemporánea: la de la presencia inescapable de una expareja a través de las redes sociales

También suenan estupendos los sevillanos cuando tiran por caminos (todavía) más sui generis. El mejor ejemplo es ese fantástico primer single, los “Fandangô de Carmen Porter”. Tirando de minimalismo, frente al expansivo sonido de la mayoría de otros temas, su sencillo armazón de percusión se colorea de matices lúgubres con unos sintetizadores etéreos y, más tarde, con un insistente bajo, para contar una historia de fantasmas contemporánea: la de la presencia inescapable de una expareja a través de las redes sociales. En el extremo emocional opuesto, la relajada y divertida “Guahira playera” se ríe a costa de los guiris que asolan las playas de toda Andalucía, con las efectivas voces de Rosana Pappalardo y María José Luna alternándose con los chascarrillos de Manuel Chaparro y unos elegantes solos de trompeta y guitarra. El final resume a la perfección el espíritu de la canción: primero S Curro canta que “me eché una novia extranjera/me invitó a su AirBnB/cuando me quise dar cuenta/ya se me fue”; a renglón seguido, un turista pregunta en un torpe español que cuánto cuesta un taxi al aeropuerto, y Chaparro le contesta que le hace precio amigo: “cien euros, uan jandred yuros”. Igual de inconfundible es la “Çambra der Huebê Çanto”, que une castañuelas y una base boom bap a unas dramáticas cuerdas, una marcha de Semana Santa y los silbidos de western de Kurt Savoy.

Es verdad que hay alguna canción menor. “Er camión de lô elàô” es un disparate lleno de efectos extraños, aunque tiene mucha gracia cómo recuperan a El Penumbra, esperpéntico invitado al programa de Jesús Quintero, que cual Sun Ra onubense proclama que “los andaluces somos la primera potencia de inteligencia extraterrestre”. Es ingenioso también empezar “Camelamô naquerâh”, que reivindica en su título la legendaria obra teatral sobre el racismo antigitano de José Heredia Maya y Mario Maya y está cantada íntegramente en caló, con un sitar que recuerda al de Gualberto en la “Nana del caballo grande”: al fin y al cabo, el origen histórico del pueblo gitano se halla en la India, y las conexiones musicales del flamenco y la música india se han explorado ya a conciencia. Pero el tono agresivo del resto de la instrumentación, con esas guitarras heavys, y la dicción áspera de Chaparro, acaban tragándose estos elementos y quitándole buena parte del atractivo a la canción.

Pero por cada una de estas hay tres como “Pascual Márquez 33”: una sevillana deconstruida con un breakbeat exquisito, lleno de redobles que evocan los tambores de una banda de Semana Santa, y otros sonidos que trasladan a una feria. Y es que el nombre de la canción es la dirección de una caseta de la añorada Feria de Abril: una “amiga” de Curro le mandó a este su ubicación, “me dijiste que me pasara/pero al final no me pasé”, y ahora el cantante se arrepiente de su cobardía. La experiencia de escuchar “Canelita en rama” con cascos, con esa mezcla tan rica y densa, no deja lugar a dudas: es este un disco grande, un manifiesto artístico que, a pesar de un par de tropiezos, está destinado a ser recordado como un hito en la música alternativa española y, por supuesto, en la cultura andaluza. Y lo mejor es que el mes que viene tendremos también disco nuevo de los Derby Motoreta's. No sé qué será del andalucismo político, pero la música andaluza tiene cuerda pa' rato.

Puntuación: 8.1/10

Si quieres escucharlo, pincha en el siguiente enlace: Califato ¾ – La Contraçeña

Imagen de Jesús Martínez Sevilla

(Osuna, 1992) Ursaonense de nacimiento, granaíno de toda la vida. Doctor por la Universidad de Granada, estudia la salud mental desde perspectivas despatologizadoras y transformadoras. Aficionado a la música desde la adolescencia, siempre está investigando nuevos grupos y sonidos. Contacto: jesus.martinez.sevilla@gmail.com