Avalistas y votantes con derechos
Momentos de debate en el PSOE, como ya he comentado en más de una ocasión. Debate político, debate sobre el modelo de Estado, sobre el modelo de partido y sobre nuestras relaciones con el resto de movimientos y fuerzas de la izquierda. El debate que corresponde hacer a una fuerza política centenaria, en momentos de incertidumbre y redefinición. Un debate que transcurre, en términos generales, con mesura, respeto y con la profundidad que merece.
Ahora me detendré en un aspecto del debate y del proceso de primarias que vivimos, que quizá pueda pasar desapercibido para el gran público, pero que afecta a la médula del ser socialista, a la esencia misma de la existencia de un sujeto colectivo, que es la militancia y su papel dentro de la estrategia socialista. Y no es baladí hacerlo, justo ahora que las diversas plataformas de apoyo a las diferentes candidaturas recaban los avales necesarios y pronto, empezarán a intentar recabar el voto de la militancia de cara a la votación del 21 de mayo.
Para mí, y para muchísima gente más, la militancia es clave para la articulación del proyecto político socialista
Me refiero a la consideración en que se tiene a la militancia, al papel que se está dispuesto a conceder a las decenas de miles de personas que, libre y voluntariamente, militan en el PSOE. Para mí, y para muchísima gente más, la militancia es clave para la articulación del proyecto político socialista. Para la interlocución con la sociedad y para trasladar el mensaje y el relato político a la ciudadanía. Para adoptar las grandes decisiones políticas y estratégicas, pues si éstas no se adoptan por el conjunto de nuestra base militante, nacerán carentes de la legitimidad política que se necesita para convertir dichas decisiones en conceptos mayoritariamente asumibles y compartidos por nuestra base social.
Ello exige considerar a la militancia como un conjunto de personas libres, inteligentes, preparadas y capaces para ejercer la política. Y también exige dotar a dicho conjunto de personas de la información adecuada y de los instrumentos deliberativos, comunicativos y decisorios que permitan dicho ejercicio. Sin ambages y sin trampas. Y, por supuesto, rechazando por falaz, que esa concepción de la política y de la democracia, se asemeje, ni por asomo, a posiciones populistas ni radicales. Más bien, forman parte de nuestra esencia de fuerza política democrática, responsable, abierta y bien anclada en el siglo XXI.
Es innegable que existe otra concepción, trasnochada y caduca, del papel que ha de asignarse a la militancia. Además de "aplaudidores" y agentes electorales ocasionales, les quedaría el papel de "avalar" candidaturas en procesos internos, preferentemente a instancia de parte, y el de "votar" candidaturas, no siempre en condiciones de privacidad y libertad. Triste derrotero al que se encaminaría la militancia socialista y su papel ciudadano, si esta concepción es la triunfante. Por eso, y aunque otros asuntos "estrella" parezcan acaparar la atención de las primarias del PSOE, conviene no dejar de lado la reflexión, el debate y la decisión sobre este importantísimo aspecto, y prestar atención a lo que ofrecen al respecto las diversas candidaturas en liza. Hay mucho en juego.