Asuntos internos
Asuntos internos son aquéllos que hacen referencia a la realidad que se vive "en el interior" de un ente, de una organización, de una asociación, o de un partido político. Que, supuestamente, sólo deberían importar y afectar a quienes forman parte de dicho ente, organización o partido. Y sin embargo, importan y afectan también "fuera" de los mismos, por diversas razones y motivos. Asistimos actualmente a una sucesión de "asuntos internos" en el seno del PP granadino, que, sin embargo, están alcanzando un importante nivel de repercusión pública. Asuntos internos que trasladan una imagen fundamentalmente de descomposición, de pérdida de las mínimas referencias, de no saber situarse en un escenario que los aleja del poder municipal, ése que el PP considera de su propiedad por designio divino.
"Al PP granadino no es que la 'oposición' le esté desgastando, parafraseando el célebre dicho, es que, literalmente, los está triturando en un carnaval de incongruencias, falsedades y mentiras, sin parangón en la reciente historia"
Al PP granadino no es que la "oposición" le esté desgastando, parafraseando el célebre dicho, es que, literalmente, los está triturando en un carnaval de incongruencias, falsedades y mentiras, sin parangón en la reciente historia. Que el máximo dirigente provincial, clamorosamente ausente del Salón de Plenos los 4 últimos años, se permita reprochar a algunos concejales su ausencia de una sola sesión, es sólo un ejemplo. Quien ha faltado, reiteradamente, a la mínima obligación que tiene un representante de la ciudad, sin ofrecer la más mínima explicación, carece de cualquier título para exigir a nadie dicho deber. Mucho menos para elevar ese hecho a instancia ninguna, pues en su caso nadie elevó nada a nadie.
Que la citada ausencia de concejales del PP en el Pleno municipal último, se haya producido a la hora de determinar una mínima posición de exigencia de transparencia y responsabilidad ante el más grave caso de corrupción conocido en la ciudad, que provocó el cambio de gobierno en Granada, es otro ejemplo de dicha descomposición política, que se muestra nítido a los ojos de la mayoría. A estas alturas, apelar a asuntos de conciencia personal, cuando estamos hablando de lucha contra la corrupción política y de intentar limpiar el nombre de la ciudad, suena a broma macabra.
Y que para intentar tapar o disimular tamaños desafueros, de nuevo el máximo dirigente provincial saque de la chistera el "conejo" de la moción de censura en el Ayuntamiento es ya el colmo de la incapacidad de asumir la realidad y la muestra más palpable de cómo los "asuntos internos" pueden llegar a convertirse en asuntos de interés público, para sorpresa (desagradable) de la ciudadanía. A veces, las más, convendría, que por una cierta higiene democrática, algunos asuntos siguieran siendo internos.