Alejandro Otero, el gran ginecólogo al servicio de la República
Alejandro Otero Fernández obtuvo en 1914, por oposición, la Cátedra de Obstetricia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada. Ese año, en diciembre, cumplía 26 años y se convirtió en el catedrático más joven. Nacido en Redondela (Pontevedra), se había licenciado en Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela y, antes de su llegada a Granada, había pasado por Alemania y Austria para ampliar sus estudios. Esas estancias, que le permitieron trabajar con investigadores y clínicos prestigiosos, serían muy importantes en su vida y en su brillante trayectoria como médico, truncada en España por el golpe franquista, que lo obligó al exilio, donde falleció en 1953.
Se convirtió en el catedrático más joven y encontró una facultad "muy decadente" en la que compró material de su propio dinero
En Granada encontró una facultad "muy decadente", sin recursos, sin materiales y con escasas inquietudes, apunta la ginecóloga Enriqueta Barranco en una conversación con El Independiente de Granada para acercarnos a la figura de Otero, al que ya dedicó su tesis doctoral en 1987 y cuya memoria ha recuperado con sus investigaciones. Quienes precedieron a Otero en la Cátedra no tenían ni espéculos para examinar a las mujeres. De su pecunio, agrega, compró instrumental clínico para empezar a ejercer. Los compraba en Alemania y los pagaba él, porque los recursos eran "escasos".
Desde ese momento, comenzó a "aportar sus conocimientos" para mejorar la atención al parto de las mujeres y a intervenir a las mujeres de manera segura. Uno de los datos que ofrece la doctora Barranco es muy significativo y ofrece una idea de los pasos tan importantes que dio: Alejandro Otero comenzó a intervenir con guantes de látex. Las operaciones se hacían a mano descubierta y ese avance, cuestionado por algunos de sus colegas, algo ahora impensable, evitaba infecciones y aumentaba el éxito de las intervenciones. Su ánimo fue el de "mejorar la atención a las mujeres".
Impulsor de hospitales: Clínico, La Salud y el Sanatorio de la Alfaguara
Al repasar, por etapas, la contribución como médico a la sociedad granadina de su tiempo, Enriqueta Barranco afirma con contundencia que Granada no ha reconocido la dimensión de Alejandro Otero y todo lo que hizo por la ciudad y por ofrecer una mejor atención médica a las mujeres y a las personas que no tenían recursos.
Ya en 1915, se trató de ampliar el Hospital San Juan de Dios, donde convivía la Beneficencia Provincial y la Facultad de Medicina -en lo que hoy es la de Sociología y Políticas-. Una década más tarde, en 1925, se creó la comisión para la construcción del Hospital Clínico, de la que formó parte Otero, que se encargó de perfilar lo que debía ser el Pabellón de Obstetricia y Ginecología. En 1931, ya con la II República y tras el nombramiento de Fernando de los Ríos como ministro de Instrucción Pública, se comienza a promover la nueva Facultad de Medicina. Alejandro Otero, como recuerda Barranco, influyó, desde el punto de vista político, para que progresara.
Antes, en 1924, inaugura un hospital privado, Nuestra Señora de la Salud, del que era copropietario junto a Víctor Escribano. Allí aplicaría radioterapia para tratar el cáncer de cuello de útero. A su clínica privada venía gente de toda España, movida por el prestigio de Otero que, también se había encargado de ayudar, como patrocinador, en la puesta en marcha del Patronato Antituberculoso de la Alfaguara. Una implicación que obedecía a que él mismo la había padecido.
Médico de la Casa del Pueblo, concejal por el Distrito Albaicín
Alejandro Otero se une a la Agrupación del Partido Socialista en Granada. Y también en esta faceta, la política, deja la impronta solidaria y comprometida con una mejor atención médica al alcance de toda la ciudadanía. Será, explica Enriqueta Barranco, médico de la Casa del Pueblo y atiende a las mujeres de los obreros de Granada con un objetivo: que no murieran en el parto.
Se convierte en un médico "querido y admirado por la clase trabajadora"
Se convierte en un médico "querido y admirado por la clase trabajadora". Un médico comprometido con los avances, como refleja también su vinculación a la Caja de Previsión Social de Andalucía Oriental que costeó un seguro de maternidad a la mujer trabajadora. Se las atendía en un consultorio médico por prestigiosos profesionales a través de una iniciativa -impulsada en 1928, según precisa la doctora Barranco- que mejoraba la asistencia médica a las mujeres trabajadoras en su embarazo.
Así que, cuando se presenta a las elecciones, se convierte en el segundo candidato con más votos, por detrás de Wenceslao Guerrero, y resulta elegido concejal por el Distrito Albaicín.
Y todo ello, un médico que llegó a ganar 100.000 pesetas anuales -de las de ese tiempo-. "Granada jamás le perdonó que siendo uno de los mayores contribuyentes, estuviera vinculado a la clase obrera. Y no solo por su compromiso en que tuviera una buena atención médica, sino con los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
Fue elegido concejal del Ayuntamiento de Granada en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. Representó a las AS de Lavadores (Pontevedra) y Loja (Granada) en el Congreso Extraordinario del PSOE en 1931 y a la AS de Granada en el XIII Congreso del PSOE en 1932. Elegido diputado del PSOE por Granada-provincia y Pontevedra en las elecciones generales de 1931, renunciando al acta de la primera circunscripción. Fue rector de la Universidad de Granada en 1932 y 1933, presidente de la Federación Provincial Socialista de Granada en 1933 y 1934 y candidato del PSOE por Pontevedra en las elecciones generales de 1933 sin resultar elegido. Perteneció al sector del centro del PSOE. Fue miembro del Comité Revolucionario de Granada durante la revolución de octubre de 1934 a consecuencia de lo cual estuvo dos meses en prisión. En abril de 1936 fue elegido compromisario del PSOE por Granada para la elección del nuevo Presidente de la República (Manuel Azaña). En septiembre de 1938 fue elegido vicepresidente de la Comisión Ejecutiva del PSOE.
Fuente: Fundación Pablo Iglesias
Incide la doctora Barranco en la implicación de Otero en la huelga de los trabajadores del tranvía que reclamaban mejores salarios. Él siempre tuvo coche y chófer en una Granada en la que el medio de transporte por excelencia era el tranvía. Pero los tranviarios estaban "mal remunerados". Iban con frecuencia a la huelga y, en una de las últimas, "Otero pagó a los trabajadores que no iban a cobrar los días que habían estado en huelga".
De ahí que, pese a su posición económica, cuando se marchó de Granada al estallar el golpe militar, disponía de poco dinero. Por gestos, enfatiza Barranco, como el que tuvo con la lucha de los trabajadores del tranvía.
Encargado de la compra de armas y la seguridad de las fábricas de armamento
Alejandro Otero huye de Granada al tener noticias del golpe de Estado contra la República. Llega a Valencia y termina en París, desde donde enviaría un telegrama a su exmujer, que se encontraba en Estoril en el que escribió: "Estoy en París. Estoy bien. Díselo a mamá".
Se conectaría entonces con el Gobierno republicano y en 1937, Indalecio Prieto, como ministro de Defensa, le propone a Juan Negrín su nombramiento como subsecretario de Armamento. "Alejandro Otero era un hombre de mucho mundo" y la República le encomendó la tarea de la compra de armamento y también la de controlar la seguridad de las fábricas de material de guerra en zona republicana.
En el exilio, ayudó a poner en marcha un Servicio Médico para los republicanos españoles
En el exilio en México Alejandro Otero siguió ejerciendo su profesión y acrecentando su prestigio como médico. Y, de nuevo, esa vocación de servicio hacia los demás. Porque no solo ejercía la medicina para quien podía sufragar los servicios de un médico tan reputado. Así, contribuyó a poner en marcha el Servicio Médico y Farmacéutico de la Junta de Auxilio a los Refugiados Españoles; prestó asistencia a las mujeres embarazadas de los exiliados y buscaba alojamiento a los exiliados republicanos que llegaban desde Granada. Alojamiento y calidez. A una de esas familias las esperaba en la casa en la que iban a residir, con una botella de vino de bienvenida.
Aparecen de izquierda a derecha:
Sentados
1.- Manuel González Marín (Cijuela)
2.- Enrique Bohórquez Leiva (Cijuela)
3.- Jesusa Ilarraza (Granada-Esposa de Julio Comba López Grande)
4.- Rafaela R. de Jiménez (Íllora-Esposa de Nicolás Jiménez Molina)
5.- Manuel Ruiz Castañeda (Láchar)
6.- Alejandro Otero Fernández
7.- Elena Fernández de Otero
8.- .......
9.- .......
10.- Matilde Cantos Fernández (Granada)
De pie
1.- Cecilio Ruiz Castañeda (Láchar)
2.- Librado García Medina (Iznalloz)
3.- Nicolás Jiménez Molina (Íllora)
4.- ......
5.- Aurelio Almagro Gracia (Zaragoza)
6.- ........
7.- ........
8.- ........
9.- ........
10.- .......
11.- Florencio García (Cijuela)
12.-Julio Comba Lòpez Grande (Granada). Esta fotografía recoge las firmas de los asistentes a esa reunión.
Las imágenes, facilitadas por Enriqueta Barranco, forman parte del importante archivo documental que ha reunido a lo largo de sus investigaciones. Confía la doctora en que, las personas que no están identificadas, quizás lo puedan ser por algún familiar que lea este reportaje en el Foro de la Memoria.
Su memoria, reparada por la UGR
El franquismo procesó a Alejandro Otero. Fue juzgado en ausencia y condenado, entre otros delitos, por espionaje; depurado y desposeído de sus bienes. La Universidad de Granada, de la que llegó a ser rector, promovió en octubre del pasado año la reparación de los docentes y trabajadores de la institución que fueron represaliados, algunos de ellos asesinados, como el rector Salvador Vila, otros depurados y obligados al exilio para seguir viviendio, como Otero, que también llegó a ser rector.
La UGR saldó así una deuda con la comunidad universitaria que fue represaliada, aunque la ciudad de Granada tiene aún pendiente reconocer la gran aportación, para la mejora de la atención médica a la ciudadanía y por su ayuda a las personas más desfavorecidas, de Alejandro Otero, a quien, como se recordará, se le negó el nombre del nuevo hospital clínico en el PTS.
Enriqueta Barranco nació en Pinos Puente en 1950. Ginecóloga del Hospital Clínico San Cecilio y docente de la Facultad de Medicina durante varias décadas, la doctora Barranco, que fue una de las fundadoras del Servicio de Planificación Familiar en Granada, ha sido pionera en la implantación de métodos de planificación familiar tales como los dispositivos intrauterinos (DIU) y en estudios sobre la menstruación o sobre la salud sexual femenina cuando estas cuestiones, allá por los años setenta, eran poco menos que un tabú.
Sus ensayos -algunos en colaboración con el investigador Fernando Girón- han sido imprescindibles para la recuperación de la Memoria Histórica Democrática de figuras esenciales como la del también obstetra y rector de la UGR Alejandro Otero, exiliado tras la rebelión militar de 1936; también es autora de la biografía de la escritora y activista republicana Agustina González López, más conocida por el sobrenombre de La Zapatera, fusilada en Víznar en 1936.
Hija Predilecta de Granada, ha dirigido la cátedra de Investigación Antonio Chamorro-Alejandro Otero de la Universidad de Granada.
[La fotografía utilizada para la portada es un detalle de la fotografía de Alejandro Otero del archivo de la Fundación Pablo Iglesias, que figura también dentro de este reportaje en un documento gráfico facilitado por Enriqueta Barranco].
_______________________________________________________________________
Este es un espacio para el recuerdo y el homenaje a las víctimas del franquismo.
Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.
En colaboración con
Aquí puedes leer más reportajes de la nueva temporada, la cuarta, del Foro de la Memoria:
-
Ciencia para la Memoria
-
El proceso a Antonio Sáez Quirosa, maestro de Primera Enseñanza de Pinos Genil
-
'In Memoriam' de Ignacio Ruiz Prieto, presidente de la Sociedad Obrera 'La Federal' de Moclín
-
El Raposo, memoria de la resistencia antifranquista
-
En las entrañas de la modélica intervención en el Barranco de Víznar
-
La fosa del cementerio de Padul saca a la luz los restos de tres mujeres y la crueldad de los asesinatos franquistas
-
Los estertores de la dictadura en la Universidad de Granada: del Gobierno Arias a la muerte de Franco
-
Testimonios para salvaguardar la Memoria
-
‘Listas negras’: el seguimiento gubernativo de alumnos y profesores universitarios ‘subversivos’
-
Los hermanos Pleguezuelos Maurell, destinos marcados por la represión franquista
-
Halladas por primera vez mujeres en las fosas de Víznar
-
Eduardo Clemente Linares Fernández, maestro y socialista, fusilado en Víznar
-
Aproximación a Ítrabo durante la II República y la guerra: el alcalde Manuel Calderón Gutiérrez y la represión (y II)
-
Aproximación a Ítrabo durante la II República y la guerra: el alcalde Manuel Calderón Gutiérrez y la represión (I)
-
Memoria frente al olvido en el cementerio de Motril
-
Los trabajos en las fosas del Barranco de Víznar han recuperado ya los restos de 26 víctimas del franquismo
-
Universitarios que lucharon por las libertades democráticas
-
Ángel González Lastra, secretario general de la Federación Provincial de Juventudes Socialistas. De Llanes a Víznar
-
José Palanco Romero, 'el hombre de Azaña en Granada'
-
Recuperados de la fosa de Nigüelas los restos de 20 víctimas del franquismo
-
Una infancia robada por el franquismo
Si no tuviste oportunidad o quieres volver a leerlos, puedes leer aquí los reportajes de la tercera temporada del Foro de la Memoria:
-
'En memoria de Pablo Beltrán Reina, 'Paulino', fusilado por sus ideas de izquierda'
-
"¡Qué pena de mi hermanico, tan bueno siempre para su familia!"
-
'Hipólita Molina, la farmacéutica de Padul expoliada por el franquismo'
-
Valentín Pinto Tomás, el ‘distinguido’ comunista fusilado en Víznar
-
Los ‘rusos’ de Gabia Grande’, el sueño roto de la colectividad agraria de la Jara
-
Manuela Canalejo Rubio, asesinada por guardar una bandera republicana
-
Jacoba y 'Cristobicas' de Láchar. La historia de la represión perpetua
-
Rosario 'la Fregenala', la modista republicana del Realejo asesinada en Víznar
-
El comandante Antonio Ramos Herrero, el granadino que dio su vida por ‘salvar’ Madrid
-
Joaquín García Labella, jurista y político, asesinado en las tapias del cementerio de San José
-
La historia y ejecución de José Daniel Miranda Lara, ejemplo de compromiso
-
La fosa de Nigüelas confirma la brutalidad de la represión franquista en la provincia de Granada
-
'Manuel Ruiz Castañeda, el alcalde republicano que nunca pudo volver a Láchar'
-
'Armando Pardo y Antonia González. Del silencio a la reparación de su memoria'
-
Eugenio Ruiz Rueda, luchador por mejorar la vida de los demás
Si no tuviste oportunidad o quieres volver a leerlos, estos son los reportajes de la segunda temporada del Foro de la Memoria:
-
¿Están en el Barranco de Víznar los restos del 'Mellao de Santa Fe'?
-
Nietas de la Memoria, los efectos del franquismo sobre las mujeres españolas
-
'Cambio de Rumbo', II Parte: Por qué perdió la guerra la República, por Francisco Vigueras
-
Arqueología de la Posguerra, patrimonio en desmemoria en la sierra de Loja
-
Antonio García Ordóñez, último superviviente de la Agrupación Guerrillera de Granada
-
En memoria de Torcuato Olivencia Jiménez, fusilado en las tapias del cementerio de Guadix
-
Familia Robles Ramos, tres fusilados y el dolor de no conocer su paradero
-
Así eliminó el franquismo a los periodistas leales a la República
-
Rafael Guervós Cantano, maestro de primeras letras, legado vivo de integridad moral y profesional
-
Concepción Gallardo, de miliciana en Loja a silenciada por el franquismo
-
La familia López Mingorance, símbolo de la masacre del Carrizal
-
José Raya Hurtado, el viejo socialista que proclamó la República
-
Luis Fajardo, el alcalde que escribió una carta desde la cárcel, antes de ser fusilado
Puedes consultar también los reportajes de la primera temporada del Foro de la Memoria en los siguientes enlaces:
-
Antonio García Ordóñez, último superviviente de la Agrupación Guerrillera de Granada
-
La historia de la familia Miranda, masacrada por el fascismo
-
Manuel Valor Cara, de la cuesta del Pino al campo de concentración de Albatera
-
La lucha de un hijo para que no se olvide a su padre, el concejal Juan Fernández Rosillo
-
Depuración de maestros republicanos, uno de los episodios más infames de la represión franquista
-
Jesús Yoldi Bereau, profesor de la Universidad, intelectual y alcalde
-
Recordando a Matilde Cantos Fernández, una feminista 'avant la lettre'
-
Agustina González López, La Zapatera, fusilada por romper moldes
-
José Becerril Madueño, defensor de una avanzada educación pública de calidad, al servicio de Baza
-
Pedro Domínguez Mazo, el escultor bilbaíno fusilado en Víznar
-
Menoyo Baños, semblanza del ingeniero militar comprometido con la República
-
Últimas horas de Federico en el Gobierno Civil, lugar de violencia, terror y represión
-
Dióscoro Galindo, el maestro cojo fusilado junto a Federico García Lorca
________________________________________________________________
También te pueden interesar los siguientes artículos y reportajes: