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Abrazos y sueños embotellados para regalar

Blog - La buena vida - Ana Vega - Sábado, 17 de Diciembre de 2016
El abrazo, una experiencia que deberíamos practicar más.
Antonio Vega Borrego
El abrazo, una experiencia que deberíamos practicar más.

A la hora de reflexionar sobre cómo establecemos y nos posicionamos una vez creados vínculos con las personas son fundamentales para Fina Sanz, dos conceptos: fusión y separación. Teniendo claro que separación no es sinónimo de ruptura del lazo ni fusión pérdida de identidad, estas dos experiencias pueden convertirse en un regalo.

Define fusión como la sensación psicofísica de placer, de bienestar, de completud a través de la unión. Así, el contacto, que puede ser físico o espiritual, con el otro hace parecer que todo cuanto necesitamos está ahí; ese momento cubre todas nuestras necesidades y nos reporta placer, un momento de felicidad. La fusión, como ella misma aclara, puede manifestarse con la naturaleza y todos los seres que hay en ella, con el arte y la belleza en general. Nos lo puede reportar un paseo por el campo, la visita a un museo o presenciar cualquier momento de creatividad en general.

Por otro lado se refiere a la separación como la forma de establecer los límites, las diferencias y la individualidad. La experiencia de la separación implica tomar contacto con uno mismo y reafirmarse. Reconocerse como ser autónomo que puede decidir en cada momento libremente qué hacer haciéndose responsable de la elección.

Como un ejercicio fácil de sentir las dos experiencias nos propone el abrazo como regalo para sentir la confianza, la seguridad, el abandono, la tranquilidad y la comunicación con el otro sin necesidad de las palabras. No es necesario que sea con vuestra pareja porque no se trata de un abrazo erótico; hagámoslo con quien tengamos confianza.

Se trata de encontrar la postura cómoda, recomienda que se haga tumbados pero también es posible hacerlo de pie aunque la sensación de abandono será mucho mayor si no tenemos que preocuparnos del peso de nuestro cuerpo. Cuando estemos cómodos nos mantendremos así sin hacer nada; centrándonos en nuestra respiración al principio para luego pasar a  escuchar con atención la respiración del otro. Seguiremos abrazados hasta que uno de los dos sienta la necesidad o el deseo de separarse del otro.

Fina Sanz recoge lo que esta experiencia de fusión nos va a reportar:

  • Poco a poco la respiración se irá haciendo más lenta, más profunda y tenderá a acompasarse con la de la persona a la que estamos abrazando.
  • Relajación muscular que nos hace sentir el peso de nuestro cuerpo.
  • Centrarse en las sensaciones y dejar de interpretar todo lo que se nos pase por la mente.
  • Sensación de seguridad y confianza en el otro.
  • Sensación pérdida de los límites y el tamaño de nuestro cuerpo.
  • Pérdida de la noción del espacio y distorsión del paso del tiempo.
  • Bienestar profundo por la sensación de protección y sentir todas nuestras necesidades satisfechas.
  • Estado de ensoñación y abandono de pensamiento racional.

​A mí me genera mucha inquietud mantener el abrazo incluso con las personas con las que tengo confianza por eso me propongo alargarlo un poquito cada vez que lo hago. Y también pido a las personas que ya saben disfrutar de los abrazos que respeten mis tiempos; así todo será más fácil.

Otro regalo para hacernos a nosotros  mismo o a las personas que apreciamos es quitarle el tapón a las botellas donde guardamos los sueños y dejar que se derramen para que puedan convertirse en realidad.

Diseño de Podenco Chucho. ilovemelilla.tk

 

   

Imagen de Ana Vega

Licenciada en Filosofía. Experta en Género e Igualdad de Oportunidades y especializada en temas de Inteligencia Emocional. Con su blog, La buena vida, no pretende revelarnos nada extraordinario. Tan solo, abrirnos los ojos un poquito más y mostrarnos que la vida puede ser más llevadera.