La falta de transparencia, la amenaza de Vox y las declaraciones opuestas marcan un espectáculo bochornoso

La estabilidad del tripartito en Granada salta por los aires antes de la formación del gobierno

Política - Juan I. Pérez - Martes, 18 de Junio de 2019
Te hemos informado puntualmente de lo que ocurre, pero te ofrecemos un análisis necesario para tratar de arrojar luz sobre la oscuridad, y que no leerás en otros medios, sobre la situación del pacto de gobierno en el Ayuntamiento de Granada, convertido en un lamentable espectáculo, a los tres días de la elección de Luis Salvador como alcalde.
Luis Salvador atiende a los periodistas este lunes.
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Luis Salvador atiende a los periodistas este lunes.

Sostienen con alfileres un acuerdo de las derechas y, lo que es aún peor, está convirtiendo en un lamentable espectáculo los tres primeros días del que llamaban gobierno del cambio, para dar estabilidad, la opacidad del pacto de última hora, la amenaza de Vox de impulsar una moción de censura si no entra en el gobierno, después de asegurar que no quería sillones, las declaraciones contradictorias de las organizaciones regionales del PP y Ciudadanos sobre la alternancia en la Alcaldía, y la autopuntualización del regidor, que negó que la extrema derecha entrara en el gobierno.

El acuerdo in extremis se rompe por las costuras 72 horas del pleno de investidura y como en el cuento de El Rey desnudo o El traje del emperador, deja entrever la desnudez de un pacto, que solo se preocupó de que el socialista Francisco Cuenca no revalidara la alcaldía y que tampoco cayera en manos de Sebastián Pérez

El acuerdo in extremis se rompe por las costuras a 72 horas del pleno de investidura y como en el cuento de El Rey desnudo o El traje del emperador, deja entrever la desnudez de un pacto, que solo se preocupó de que el socialista Francisco Cuenca no revalidara la alcaldía y que tampoco cayera en manos de Sebastián Pérez, vetado por Vox, aceptado a regañadientes por el PP, con amago de motín, sin un mínimo acuerdo programático, pero con promesas de reparto de sillones para todos, para que todos se sientan contentos.

El bochorno del desacuerdo en Granada ocupa, claro está en menor medida por aquello de la importancia relativa de la periferia, informativos nacionales tras Madrid o Barcelona.

Al alcalde con el menor apoyo popular directo de la historia de Granada, principal regidor de Ciudadanos en toda España, le estalla un pacto sin apenas arrancar, con un PP de Granada malherido, o al menos, el que aún representa Sebastián Pérez, cuyo grupo protesta con su inasistencia a los actos municipales programados hasta ahora, en la Feria del Corpus.

En su primer encuentro de verdad con periodistas, tras la toma de posesión del sábado, Luis Salvador tuvo que ejercer de equilibrista en la inauguración del Corpus chico, ante la presencia de dos concejalas de Vox, para dejar en el aire su incorporación en el gobierno municipal. Luego, en un audio enviado, puntualizó y dejó claro que no entrarán. Y antes, para contentar a todos, anunciar una Vicealcaldía para el PP, que el Reglamento Orgánico Municipal no recoge, y dos tenencias de alcaldía, se supone que para Cs y PP. De momento.



El alcalde, junto al edil de Cs José Antonio Huertas y las concejalas de Vox, Beatriz Sánchez y Mónica Rodríguez.

Al alcalde con el menor apoyo popular directo de la historia de Granada, principal regidor de Ciudadanos en toda España, le estalla un pacto sin apenas arrancar, con un PP de Granada malherido, o al menos, el que aún representa Sebastián Pérez, cuyo grupo protesta con su inasistencia a los actos municipales programados hasta ahora, en la Feria del Corpus

En una semana, calcula el regidor, habrá gobierno con su correspondiente reparto de áreas, y, como en el Gobierno bipartito de la Junta, cien medidas para cumplir.

Vox, en un ejercicio de incoherencia, exige ahora formar parte del gobierno municipal, cuando en la víspera del 15J solo se contentaba con un decálogo en el que rebajaba sus exigencias de supuesta regeneración, pero eso sí, asegurándose su presencia en tribunales y organismos para decidir el organigrama de mando del Consistorio.

Así, tras criticar el reparto de sillones, el partido de la ultraderecha esgrime ahora que el acuerdo suscrito entre los secretarios generales del PP y Vox, Teodoro García Egea y Javier Ortega Smith, respectivamente, exige integrar a Vox en un plazo de 20 días después de la elección del alcalde “en concejalías de gobierno y puesto de responsabilidad directiva en entes municipales”.

Así que más que un pacto, tan solo hubo una orden por parte de sus direcciones nacionales, de votar a Luis Salvador y ante las caras exhibidas en el pleno por los grupos de las derechas, nada más, sin saber muy bien qué vendría después. Y ya que lo sufre la ciudadanía que asiste atónita a un mercadeo sin precedentes, en el que dado que nada hay por escrito, las declaraciones contradictorias buscan enderezar un rumbo sin ruta que dé estabilidad a un gobierno mal fraguado, pero con absoluta legitimidad.

Pronunciamientos opuestos sobre la alternancia o no a los dos años de la alcaldía de Granada desde Sevilla, por la secretaria general del PP, Loles López, -de que sí se habló- y de Juan Marín, vicepresidente de la Junta y líder de Cs en Andalucía -que en principio Luis Salvador estará los cuatro años- echan gasolina a un incendio.

Los socialistas, de convidado de piedra y sin saber por qué en Jaén sí hubo pacto entre el PSOE y Ciudadanos, lamen las heridas y la concejala Ana Muñoz calificó de "esperpéntica" la situación que se está viviendo en el Consistorio al hilo de la "amenaza" de moción de censura que ha hecho Vox a menos de 48 horas de apoyar, con el PP, la investidura del nuevo alcalde.

Para el PP de Granada supone derribar de un plumazo ese mantra con que han cimentado toda su oposición durante décadas al gobierno socialista de la Junta, hasta que han llegado, resumido en el Sevilla nos roba. ¿Y ahora, que la alcaldía, el reparto de poder y el contenido del acuerdo se decide, de verdad, en Madrid?

Y si bien todo, que no, puede ser aguantable, el hecho de que todo se haya decidido y se decidirá en Madrid, irrita sobremanera cuando los dos protagonistas principales, más el PP por su larga historia que Ciudadanos, han denostado que las decisiones que afectan a Granada se tomen en Sevilla y Madrid.

Para el PP de Granada supone, además, constatar su escaso peso en la organización, al dejar contra las cuerdas a Sebastián Pérez, derribar de un plumazo ese mantra con que han cimentado toda su oposición durante décadas al gobierno socialista de la Junta, hasta que han llegado, resumido en el Sevilla nos roba; Ya está bien de que Madrid -con el PSOE en el Gobierno, claro- y Sevilla decidan y los demagógicos La Alhambra y Sierra Nevada se dirigen desde Sevilla. ¿Y ahora, que la alcaldía, el reparto de poder y el contenido del acuerdo se decide, de verdad, en Madrid?

Este martes, en la sede del PP en la calle Génova de Madrid se reunirán por parte de Ciudadanos Luis Salvador y el diputado por Granada y secretario de Organización, Fran Hervías, y por parte del PP, Sebastián Pérez, desaparecido desde el sábado, como todo el PP de Granada, y el secretario general, Teodoro García Egea.

Se supone que para cerrar definitivamente el acuerdo inicial, mientras Vox acecha y quiere lo suyo. Y para el alcalde, una buena oportunidad para demostrar la transparencia, de la que presume, y contarlo al detalle.

Preparados para todo y la ciudad parada, aunque no se altere que es Corpus.

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