La alcaldía de Luis Salvador sitúa contra las cuerdas a Sebastián Pérez
Cuando el secretario general del PP, Teodoro García Egea, llamó pasadas las diez de la mañana de ayer a Sebastián Pérez para decirle escuetamente que los siete concejales populares debían dar su apoyo a Luis Salvador, el presidente provincial ni se quejó. Algunos de los conocedores de la llamada lo atribuyen, no tanto al acatamiento de las órdenes sin rechistar, tan habitual en él, sino en tomar conciencia, tras una delicada etapa de ninguneo en la organización, que el partido le señalaba el camino de salida.
Sebastián Pérez habla con Luis Salvador, al que tapa la cara con una carpeta. Alejandro Casasola
Cuando el secretario general del PP, Teodoro García Egea, llamó pasadas las diez de la mañana de ayer a Sebastián Pérez para decirle escuetamente que los siete concejales populares debían dar su apoyo a Luis Salvador, el presidente provincial ni se quejó
El debilitamiento de su poder en las filas del PP provincial, su escaso peso en la organización regional e irrelevancia en el partido que lidera Pablo Casado explican la profunda decepción que los populares sufrieron ayer en la fiesta de la derechas. Y más, cuando el propio Sebastián dio por hecho en la tarde del viernes que "naturalmente" iba ser alcalde de Granada en la primera reunión con Luis Salvador.
De hecho, cuando César Díaz impartió sin demasiadas explicaciones las instrucciones a un atónito grupo popular, algunos amenazaron con romper la disciplina impuesta desde Madrid.
La única muestra de queja de Sebastián Pérez fue la de rechazar intervenir en el pleno constituyente en nombre del PP y dejar que lo hiciera César Díaz, quien ante la confusión generalizada aportó el golpe mortal al situar a Luis Salvador como alcalde durante cuatro años, lo que disipaba la posibilidad de la alternancia, que los populares filtraron para reponerse del golpe.
Pero nada está escrito ni hablado. Lo único sobre papel fue el decálogo revelado por Vox, con el que rebajaba sus exigencias, en el que se garantiza puestos claves para controlar el Ayuntamiento, tras un supuesto barniz de regeneración democrática. Luego, en la confusión del pleno, su portavoz, Onofre Miralles, dijo una cosa y la contraria: que no quería sillones, pero que sí querían estar en el gobierno. Un despropósito.
El debilitamiento de su poder en las filas del PP provincial, su escaso peso en la organización regional e irrelevancia en el partido que lidera Pablo Casado explican la profunda decepción que los populares sufrieron ayer en la fiesta de la derechas
Así que por deseo de Madrid, Luis Salvador se convirtió en el alcalde de Granada con el menor apoyo popular, pero, sin duda, en el mejor negociador y a diferencia de Sebastián Pérez, su amigo hasta ayer, con capacidad para influir en su organización. De hecho Luis Salvador se convierte en el alcalde de Ciudadanos de la ciudad más importante de España, gracias al apoyo de la extrema derecha y la claudicación del PP.
Corre por las venas de Granada, faro universal, belleza y envidia del mundo, la ultraderecha a la que Europa quiere cerrar el paso. Se lo debemos a un PP irresponsable y a un no menos irresponsable Ciudadanos, que ya no puede ocultar su presunta aversión a Vox, que necesita.
Corre por las venas de Granada, faro universal, belleza y envidia del mundo, la ultraderecha a la que Europa quiere cerrar el paso. Se lo debemos a un PP irresponsable y a un no menos irresponsable Ciudadanos, que ya no puede ocultar su presunta aversión a Vox, que necesita
Sebastián Pérez vivirá, mientras tanto, su peor feria del Corpus. El desprecio con el que ha sido tratado por su partido le señala el camino de salida, paradojas de la vida, justo cuando el partido de Casado se ha convertido, con el radical escoramiento a la derecha, en lo que tanto ha deseado: un Partido Popular sin complejos, conservador, sin concesiones, donde más a gusto se ha sentido siempre.
Ocurre esta nueva afrenta tras tumbarle previamente Madrid su propuesta de lista a las generales. Anoche, ya comentaban algunos de sus fieles que por dignidad tendría que irse antes de que le buscaran un carguito, que ya escasean, en la Junta de Andalucía. 28 años en política, en los que ha ido aprovechándose, primero, y luego destruyendo, a los que mandaban para abrirse paso. Ahora, está cerca de ser pagado por sus servicios con la misma moneda.
Es probable que Sevilla y Madrid esperen a la decisión judicial sobre el último congreso provincial, previsiblemente en el mes de julio. La consejera de Fomento, Marifrán Carazo, presente ayer en primera fila en el salón de pleno, al acecho para recoger el relevo y limpiar la era de una organización ya caducada en Granada.
Informaciones que te recomendamos:
- Luis Salvador, alcalde de Granada con un gobierno pendiente de cerrar con sus socios
- Luis Salvador, alcalde de Granada