Capítulo XIII: 'Escenas zaidineras'
Escena I
En este par de instantáneas, tomadas al término de la década de los sesenta, podemos observar el edificio situado en el número 38 de la granadina avenida de Dílar, esquina con la calle Laureado López Muñoz (antigua cuarta transversal). En dicha casa del barrio del Zaidín residieron durante mucho tiempo mis tíos abuelos Conchita y Paco, los Chachos. De hecho, los dos aparecen en ambas fotografías, posando en el balcón del comedor.
En la parte derecha de la planta baja se han sucedido multitud de negocios a lo largo de los años: una tienda de lanas, una droguería, unos ultramarinos, una óptica, una heladería y la zapatería que continúa abierta en este 2021
Francisco Moreno Valverde (1919-1986) y Concepción Labrac López (1923-2014) compraron la propiedad a finales de los 50, cuando era una vivienda de una sola planta. Posteriormente, hacia 1963, construyeron la segunda altura, trasladando su domicilio a la misma y convirtiendo el bajo en varios locales comerciales.
En el local de la izquierda se instaló una barbería, que se mantuvo abierta durante casi medio siglo. Diego, su único titular, llegó incluso a ser mencionado por el poeta Javier Egea en el poema “Un día feliz” (Javier, tertuliano habitual del castizo bar Bernardo, se quitó la vida, el 29 de julio de 1999, en un ático de la calle Óscar Romero, nº 5, muy cerca de avenida de Dílar, 38). Tras la jubilación del primer barbero, uno más joven ocupó su lugar, inaugurando una moderna peluquería de caballeros que sigue a pleno rendimiento en la actualidad.
En la parte derecha de la planta baja se han sucedido multitud de negocios a lo largo de los años: una tienda de lanas, una droguería, unos ultramarinos, una óptica, una heladería y la zapatería que continúa abierta en este 2021.
Coda: una copia del manuscrito original de los versos de Javier Egea se puede leer en http://javieregea.com/un-dia-feliz/.
Escena II
La presente felicitación navideña, encontrada en el hogar de los Chachos y que calculo será de los sesenta o setenta, formó parte de una tradición ya extinguida: los trabajadores de diversos oficios, la mayoría de ellos desempeñados en la vía pública (serenos, barrenderos, carteros, basureros...), solicitaban el aguinaldo con este tipo de postales, complementando así los exiguos sueldos de la época.
Por lo visto, la barriada del Zaidín no disponía de un sereno a cargo del erario público, por lo que los vecinos tuvieron que costearse un vigilante privado para asegurar su tranquilidad nocturna
Por lo visto, la barriada del Zaidín no disponía de un sereno a cargo del erario público, por lo que los vecinos tuvieron que costearse un vigilante privado para asegurar su tranquilidad nocturna (o quizás sí que lo tuvo, pero no en el momento en el que se imprimió esta tarjeta). Hay que tener en cuenta que la urbanización del barrio se hizo por etapas y que algunas casas estaban aisladas del resto de la ciudad de Granada, rodeadas de campos de olivos y sin demasiado alumbrado municipal.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
- Capítulo I. 'En un bar, a orillas de la acequia Gorda'
- Capítulo II: 'Aquella niña de la Quinta'
- Capítulo III: Un indiano sin palmera
- Capítulo IV: Pavesas de la guerra civil en el Carmen de los Mínimos
- Capítulo V: Entre paratas y chumberas
- Capítulo VI: 'Estampas del abuelo perdido'
- Capítulo VII: 'El crimen de una noche de verano'
- Capítulo VIII: 'Bajo la sombra del patriarca alpujarreño'
- Capítulo IX: 'Un granadino en la Quinta del Biberón'
- Capítulo X: 'Días de cine y baile en la feria de Colomera'