A VUELTAS CON LA ALTERNANCIA EN LA ALCALDÍA

Granada, ‘zona cero’ de la indignidad política

Opinión - Juan I. Pérez - Sábado, 24 de Abril de 2021
La formación del peor gobierno municipal de Granada es el episodio más execrable de la historia reciente de esta ciudad, a excepción de la detención del último alcalde del PP en el Ayuntamiento. Pero también el inicio de una cadena de maniobras de la peor política que siguieron en Murcia y continuaron en Madrid, en la que, como en Granada, para perpetrarlo algunos renunciaron a su dignidad y otros, tragaron quina. Un análisis oportuno ahora que, interesadamente, algunos quieren aventar la alternancia en la Alcaldía.
Fachada del Ayuntamiento de Granada.
P.V.M.
Fachada del Ayuntamiento de Granada.

La historia política de la Granada reciente se construye desde la ignominia que ha sufrido. Primero, con la detención hace cinco años del último alcalde del PP –José Torres Hurtado-, con la que se abrió la Operación Nazarí, la mayor trama de presunta corrupción urbanística en la ciudad. Luego, camino va de los dos años, la formación del peor gobierno de la ciudad que a duras penas tuvo que afrontar y a duras penas afronta, la peor etapa de la historia contemporánea por la pandemia.

Pocos casos existen en la historia municipal española de un bochorno semejante como el que caracterizó la creación del último gobierno municipal y la elección del alcalde de Granada, cuyo repaso de hechos vuelve a demostrar que la realidad a veces supera con creces a la ficción

Pocos casos existen en la historia municipal española de un bochorno semejante como el que caracterizó la creación del último gobierno municipal y la elección del alcalde de Granada, cuyo repaso de hechos vuelve a demostrar que la realidad a veces supera con creces a la ficción.

Puesto que en ella se dio el execrable intercambio de sillones, reconocido por las cúpulas de PP y Cs, con que los dos partidos despreciaron a la capital; la falta del cumplimiento de la palabra dada y la participación de personajes que para rubricar el pacto renunciaron a su propia dignidad.

Porque sucedió así:

Se convierte en alcalde de Granada por sorpresa el exsocialista Luis Salvador, -que en tiempo de prórroga se pone de candidato en detrimento de su compañero de partido y antes amigo Manuel Olivares, lo que no lo perdonará- al frente de la lista ciudadana menos votada de la derecha al pactar en el último momento, Teodoro García Egea, secretario general del PP, y Fran Hervías, secretario entonces de Organización del Cs, utilizar Granada capital como moneda de cambio por la que Cs apoya al PP para gobernar la Región y el Ayuntamiento de Murcia, así como la Diputación de Málaga, mientras que el PP, con los peores resultados de su historia, regala la alcaldía a Ciudadanos en Granada capital.

En el momento de que los 4 concejales de Cs y los 7 del PP reciben la noticia del cambio de sillones, a la desesperada Sebastián Pérez alcanza un acuerdo verbal con Luis Salvador –que ediles presenten confirman, entre ellos, Olivares- por la que acepta ceder la alcaldía al PP a los dos años, que se cumplen en dos meses.

Nada más constituirse el nuevo pleno, Sebastián Pérez recuerda el acuerdo verbal de la alternancia. Luis Salvador primero duda y luego lo niega. Lo niega también la dirección nacional –Fran Hervía- y regional de Ciudadanos –Juan Marín-.

Sebastián Pérez tensa la cuerda y al regreso del primer verano del gobierno de coalición PP-Cs, con alcalde de Cs, amenaza con romper el pacto de gobierno si Luis Salvador no reconoce la alternancia.

Para entonces, ya sabemos que el acuerdo entre las direcciones de los dos partidos del cambio de sillones no estaba escrito, sino que fue un intercambio de mensajes de wasap. A eso queda recudida Granada capital

Con lo que cae, el PP regional y nacional deja solo a Sebastián Pérez, que no le queda más opción que dimitir el último día de enero de 2020, primero, de presidente provincial, y luego de casi todos sus cargos municipales, -se queda en Emasagra- aprovechando la excusa de tener que votar a favor de una comisión de contratación municipal propuesta por Vox y presidida por la extrema derecha para fiscalizar su trabajo en la concesión de los grandes contratos de la ciudad.

Para entonces, ya sabemos que el acuerdo entre las direcciones de los dos partidos del cambio de sillones no estaba escrito, sino que fue un intercambio de mensajes de wasap. A eso queda reducida Granada capital.

Pero hay más:

Tras la compra de voluntades del PP en Murcia, para evitar la moción de censura en la Región de Murcia impulsada por el PSOE y Cs- Fran Hervía deja Cs y se incorpora al PP. Entonces, como azul, ya reconoce que sí hubo un acuerdo verbal para el ‘2+2’. Vergonzoso.

Olivares estalla y sitúa contra las cuerdas a su alcalde

Esta semana, un nuevo capítulo del lamentable espectáculo. Manuel Olivares, portavoz del Cs, estalla y deja a su alcalde como mentiroso al asegurar que sí hubo un pacto para la alternancia en la Alcaldía con el PP a los dos años.

Enfrentado desde hace tiempo a Luis Salvador, Olivares justifica ahora sus declaraciones en que sus padres le "enseñaron a que no había que mentir" y a que "había que decir la verdad sobre todo", para remitirse posteriormente a la nueva versión del pacto por que el que fuera secretario de Organización de Cs Fran Hervías, ahora en el PP, que una entrevista con Ideal admite que hubo acuerdo para la alternancia en la Alcaldía.

Y el PP se la traga, otra vez

El PP se vio obligado a salir al paso. Fue su nuevo secretario general, Jorge Saavedra, quien admitió que "no ve lógico" que sea una formación con cuatro concejales, Ciudadanos, la que ocupe el sillón de la Alcaldía siendo el PP el partido "mayoritario" en el bloque de centro-derecha. Pero Saavedra insistió en dos ideas. La primera es que no hay documento firmado en el que se plasmara un compromiso para la alternancia, Y, la segunda, que a día de hoy el PP no suma 14 votos para hacerse con la Alcaldía.

​Designar un relevo a Luis Salvador a mitad de mandato para el PP es abrir un melón para el que no está preparado, cuando el candidato o candidata electoral del PP de Granada no está entre los actuales siete concejales

Y dijo más. Criticó la negociación que hicieron hace casi dos años PP y Ciudadanos, especialmente a la dirección de su partido.  Con ello censuraba a la dirección actual y a su secretario general, Teodoro García Egea, dado que el PP andaluz siempre fue irrelevante en esta negociación.

Saavedra llegó a decir que la dirección provincial hoy sí habría puesto en la mesa de negociación un nombre distinto a Sebastián Pérez para que el PP hubiera liderado el gobierno, en alusión a la negativa de la ultraderecha de apoyarlo para la Alcaldía. Entonces no fue posible, señaló el secretario provincial del PP, porque Pérez no sólo fue el candidato popular, también ostentaba la presidencia del PP granadino. La negociación fue liderada, y eso no lo dijo Saavedra, por las direcciones nacionales, que intercambiaron territorios.

"¿Queremos recuperar la Alcaldía? Sí, pero no sumamos 14 votos". "Por sentido común", lo "lógico" es afirmar que es el PP "el partido que merece la Alcaldía de la ciudad". "Lo tenemos absolutamente claro".

Pero Saavedra al señalar que la prioridad de su partido es recuperar la alcaldía, llevó al equívoco a algunos, creyendo que se negocia para arrebatar a Luis Salvador lo que el PP le regaló, la Alcaldía.

Ello llevó al portavoz del gobierno municipal del PP, César Díaz, a realizar al día siguiente de la comparecencia de Jorge Saavedra a efectuar unas declaraciones cuanto menos sorprendentes que concluyeron así: “Creemos que este es un debate que ya está superado y que en consecuencia por nuestra parte no hay nada que añadir”.

La operación de despiece de Ciudadanos que efectúa el PP, en una maniobra a la que se incorpora alguien con experiencia en estas labores, como es Fran Hervías, que ya descuartizó a UPyD para Albert Rivera, no va a seguir en Andalucía. Al menos hasta la convocatoria, probablemente adelantada, de las elecciones andaluzas.

La pax firmada y rubricada por Juan Manuel Moreno y Juan Marín, tras el caso Murcia, evidencian, sobre todo, el compromiso de no agresión por parte del PP a Cs en Andalucía. Aunque será difícil, dado el interés de ciudadanos en Granada de pasarse ya al caballo vencedor, que es PP y dejar atrás la aventura de un partido que erró al querer liderar la derecha y que cuando quiso virar al centro con Inés Arrimadas ya era demasiado tarde porque no era creíble.

Tampoco es momento para el PP de Granada de asumir el mando de un errante gobierno municipal en Granada y su mala gestión.

Designar un relevo a Luis Salvador a mitad de mandato para el PP es abrir un melón para el que no está preparado, cuando el candidato o candidata electoral del PP de Granada no está entre los actuales siete concejales.
Protagonistas

Fran Hervías: fue el todopoderoso secretario de Organización de Ciudadanos, un partido que según defendía cuando formaba parte de sus filas era el único “sin mochilas” y capaz de liderar una regeneración política. Tras la crisis de Murcia ha sido uno de los primeros en abandonar la formación naranja para integrarse en el PP, a pesar de que consideraba que el bipartidismo de PP y PSOE había “incapaz” de resolver los problemas de Granada. Fue uno de los negociadores de la Alcaldía de Granada y entonces defendió ante los periodistas que el acuerdo era para cuatro años. Ahora, ya con despacho en Génova, dijo en una entrevista que sí le hablaron de la existencia del ‘2+2’.

Teodoro García Egea: el número dos del PP de Pablo Casado fue el político que, según la versión de Sebastián Pérez, “vendió Granada” por Murcia -y otros territorios. Egea, protagonista de un vídeo en el que llevó la bandera de España al pico del Veleta, emulando ‘gestas’ similares de Vox, ha sido protagonista de otra desconcertante maniobra política en Andalucía, la quiebra del PP sevillano doblegando la voluntad de Juan Manuel Moreno.

Sebastián Pérez: el político que durante años llevó las riendas del PP en la provincia, que hizo y deshizo y consiguió incluso el gobierno de la Diputación Provincial, una de las instituciones que más anhelaba porque nunca la derecha pudo alcanzarla, está protagonizando una desagradable retirada política. Dolido con las direcciones regional y nacional de su partido, por no defenderle como cartel para el pacto de las derechas, sus movimientos han ido perjudicando al partido del que hablaba como ‘una familia’. Dimitió como presidente provincial, dimitió de sus competencias en el gobierno local y sólo conserva el acta y su conexión con Emasagra. Su principal objetivo desde junio de 2019 es ver cómo Luis Salvador es descabalgado de la Alcaldía. En ello sigue.

Luis Salvador: ha hecho de la política su profesión y quizás por ello no se inmutó cuando Sebastián Pérez amenazó con dinamitar el pacto de gobierno para hacer valer la alternancia y ahora lidia con los dardos envenenados que llegan desde su bancada. Él dice que no es fácil que le hagan salirse “del carril”, pero admite que el sillón de alcalde le obliga a “tragar quina”. Su mejor aliado en este momento es, curiosamente, Juan Marín, a quien quiso disputar el liderazgo en Andalucía.

Manuel Olivares: su gestión plana y sin respuestas para áreas tan necesitadas ahora de impulso, como el comercio, es un concejal que encaja mal las críticas que, sin embargo, él reparte sin medida. Enfrentado desde hace tiempo a Luis Salvador, a quien no perdonó que le cerrara el paso como candidato a la Alcaldía, no ha tenido inconveniente en agravar la tormenta política de la alternancia. No ha dado oficialmente el paso al PP, como sí ha hecho Hervías, pero se ha situado de su lado en la defensa de la alternancia, a pesar de que perjudica gravemente los intereses de Ciudadanos y una de las pocas alcaldías de capitales españolas que la formación tiene en estos momentos. Con sus palabras defendiendo la rotación al frente del gobierno local señala como mentiroso al alcalde, su compañero (de momento) de partido.